El Museo de la Ciudad fue nuevamente escenario de una charla en el marco de los festejos por los 240 años. La llegada de la comunidad judía a La Histórica y su importancia con los años, fue el tema de la misma.
En el Museo de la Ciudad se llevó a cabo anoche el segundo encuentro del ciclo de charlas organizado en adhesión a los 240 años de la fundación de Concepción del Uruguay. En esta oportunidad, el invitado fue el docente e investigador Gustavo Sirota, quien tras la presentación efectuada por el director de la casa, Pedro Fruniz, abordó la temática de las colectividades de inmigrantes y, en particular, la presencia de los judíos en La Histórica ante un auditorio conformado por funcionarios y vecinos interesados en conocer más sobre los aportes de esa importante comunidad en la sociedad uruguayense.
Sirota expresó en los minutos previos a la conferencia que “la idea que teníamos con Pedro Fruniz, de quien destaco la importante labor que lleva adelante él como su equipo en el Museo de la Ciudad, era invitar a otra colectividad. Al final se decidió hablar sobre la comunidad judía, que tiene más de 100 años de presencia en Concepción del Uruguay”.
Sirota agregó: “En realidad, hay rastros judíos en el siglo XIX de personas que tenían relación con el general Justo José de Urquiza. Entre ellas su secretario, Mardoqueo Navarro, seguramente era de origen judío por como escribía. Desempeñó tal cargo del 59 al 62 y fue el mejor, según el profesor Macchi. Además de miembros de la Logia Mazónica e internos de La Fraternidad. Y, a partir del siglo XX se da una presencia muy importante. Ente 1910 y 1919 hubo 155 estudiantes de origen judío en el Colegio de Uruguay. Hay una obra muy interesante del profesor Celomar Argachá al respecto. Estimo que entre 1915 y 1920 eran 400 los judíos en una ciudad que tenía 15.000 habitantes. Después todo lo que fue la construcción de la vida comunitaria, muy importante para los judíos.
En el caso local, ya en 1910 había una institución, en 1923 funcionaba el Cementerio, desde el 1930 la Escuela Hebrea en la sede de Ameghino 130, donde funciona hoy el Centro Social Israelita Argentino. Allí está la sinagoga y el salón. Además hubo equipos de fútbol y de básquet, donde jugué hasta el 82/83 en los campeonatos de la Liga local. Es decir que hubo y hay una presencia judía importante”.
Reconstruir la historia de los antepasados
Tras aludir a aspectos como el de la gastronomía y los dialectos y a los trabajos de investigación elaborados en torno al tema, Gustavo Sirota enfatizó que “son cosas que uno hace porque le gusta, tiene tiempo y con la que ha colaborado muchísima gente. Está bueno rereconstruir la historia de nuestros antepasados. Más allá de sentirme judío -aunque no practico la religión, sí el hecho cultural-, para mí es importante sentirse agradecido”. “Mis abuelos, cuando vinieron a la Argentina, llegaron perseguidos, con lo puesto, sin saber el idioma y sin conocer nada. En Argentina encontraron un lugar que no solo los recibió, les permitió desarrollarse, tener su vida, familia y nietos en la Universidad, algo que, para ellos, era impensado. En ese sentido, debo agradecer a la Argentina por habernos cobijado”, afirmó el profesor en un mano a mano con este diario.
El docente aludió también al aporte en la cultura, el deporte y la gastronomía.
(fuente: La Calle – fotos muro de Viviana Sansoni)
