Tercera Parte
Por Angel J. Harman –
⊛ Delitos:
En Argentina, por ejemplo, los delitos contra la propiedad aumentaron más de un 200 por ciento en 20 años. La relación de la sociedad con el delito urbano cambió desde la reinstalación democrática, con fuerte énfasis en los ’90 y con un pico luego de la crisis del 2001, para luego tener un amesetamiento después del 2003, aunque desde el 2007 no tenemos datos de las encuestas de victimización (…). [“La relación entre percepción de inseguridad y delito efectivo es el doble”. Entrevista a Gabriel Kessler, Página 12, lunes 23 de agosto de 2010]
En relación con el delito, siempre se adjudicó a los sectores populares y marginados la condición o propensión a ser delincuentes, de manera que en la literatura, en el periodismo, en el cine, en el humorismo y la caricatura, los “delincuentes” estaban asociados con los sectores populares y sus rostros han sido identificados con personas con rasgos no europeos, es decir, con los criollos mestizos (de español, indígena y africano).
Ya en tiempos de José Hernández, el reclutamiento forzoso, el cepo, la cárcel, se aplicaban al pobre campesino, al gaucho, tal como el poeta ha descripto en forma magistral en el “Martín Fierro”. Y estas penalidades con formas nuevas, continuaron hasta el presente.
«La ley es tela de araña,
En mi inorancia lo explico;
No la tema el hombre rico,
Nunca la tema el que mande
Pues la ruempe el bicho grande
Y solo enrieda a los chicos.»
Sin embargo, los estudios sobre las actividades delictivas, los fraudes al Estado y el desapego por las normas legales, han revelado que sus principales actores han pertenecido a la élite social (es decir, los grupos más encumbrados de la sociedad).
Las estafas al fisco, a las empresas estatales, los grandes negociados, el acaparamiento de la tierra pública, las bancarrotas y quiebras fraudulentas, el endeudamiento, la fuga de capitales, siempre han estado relacionados con los grupos más poderosos de la sociedad.
La otra revelación es que estos sectores han eludido la acción de la justicia (que ellos controlaban), mediante sobornos, o la prescripción de las causas, o la aplicación de generosas amnistías dictadas por el poder político que ejercían sus pares.
⊛ Emigración de argentinos 1976-2001:
La emigración argentina se concentró sobre todo en varios períodos históricos, el primero después del golpe de Estado de 1966 que produjo una emigración muy cualificada de técnicos y científicos, luego durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional (dictadura militar) de 1976 a 1983, cuando más de 30.000 personas que tuvieron que exiliarse, después durante el año 1989 y 1991 durante un proceso de hiperinflación hubo una masiva emigración a EE. UU. y Europa3y el segundo durante la crisis de diciembre de 2001, que ocurrió en el gobierno de Fernando de la Rúa, tras la cual 800.000 argentinos se fueron del país.
- 806.369 argentinos, el 2,1 por ciento de la población, emigraron del país a partir de la crisis económica de 2001, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). (17-08-2009).
©Ángel J. Harman
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Fuentes consultadas
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ADAMOVSKY, Ezequiel, Historia de la clase media argentina. Apogeo y decadencia de una ilusión, 1919-2003, Buenos Aires, Planeta, 2010
ADAMOVSKY, Ezequiel, Historia de las clases populares en la Argentina. Desde 1880 hasta 2003, Buenos Aires, Sudamericana, 2012
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http://www.econ.uba.ar/www/institutos/economia/Ceped/publicaciones/dts/DT%2015%20-%20Arakaki.pdf
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