Una decisión del intendente de Concordia, Francisco Azcué, desató un debate silencioso pero intenso en el ámbito político de Concepción del Uruguay. Esta semana, el jefe comunal concordiense firmó un decreto para reducir a la mitad la cantidad de asesores del bloque opositor en el Concejo Deliberante, PJ, que contaba con más de 30 asesores para apenas cuatro concejales.
La medida, acompañada por un fuerte discurso en favor de la austeridad, no tardó en repercutir en nuestra ciudad, donde la cercanía geográfica y el espejo político activaron algunas reflexiones internas que, aunque no se hicieron públicas, comenzaron a circular en los pasillos del Concejo.
“La política no puede seguir funcionando con lógicas de casta”, sostuvo Azcué, y agregó que el dinero ahorrado se destinará a áreas clave como higiene urbana, atención ciudadana y defensa del consumidor. Según explicó, esta es la primera de una serie de acciones para “terminar con los privilegios” y reasignar recursos hacia los servicios que los vecinos realmente necesitan.
En Concepción del Uruguay, la noticia fue seguida con atención. Aunque el tema no se trató oficialmente, en el Honorable Concejo Deliberante ya se escucharon comentarios al respecto. Un integrante del cuerpo deliberativo, expresó durante una charla off the record con Ojo Urbano una reflexión que da cuenta del contraste: “Acá no hay asesores. Nunca hubo. Y sin embargo, el Concejo funciona, debate, sesiona y legisla sin necesidad de estructuras paralelas”.
La misma fuente agregó que; a diferencia de otros municipios como Concordia —que incluso tras el recorte mantiene 16 asesores por bloque—, en nuestra ciudad los concejales trabajan sin asesores contratados, con un presupuesto ajustado pero gestionado con responsabilidad. Esta realidad no ha impedido avanzar en ordenanzas clave, ni frenar la labor en comisiones, ni dejar de escuchar a los vecinos. Lejos de los titulares rimbombantes, en Concepción del Uruguay hay un Concejo presente, austero y activo.
El debate que se abrió, aunque aún no tomó estado público, pone en discusión los costos de la política y el uso de los recursos públicos. Pero también pone en valor una forma de hacer política que, sin tantos recursos ni estructuras accesorias, sigue dando respuestas. En un contexto de crisis económica y demandas sociales urgentes, mostrar eficiencia con lo que se tiene también es una forma de cuidar la democracia.
(fuente: https://ojourbano.com.ar/)
Colaboración de Juan Martín Garay
