El término “bullying” encierra diferentes situaciones ocurridas en distintos espacios. Tales acontecimientos están atravesados por consecuencias relacionadas al maltrato y hostigamiento hacia una persona. El Colegio de Psicólogos de Entre Ríos (COPER), lleva adelante un trabajo interinstitucional que requiere de una observación minuciosa y una dedicación continua, para que los profesionales que nuclea puedan abordar episodios de estas características.
Lisandra Dittler | coordinacion@eldiario.com.ar
El maltrato que genera una persona que hace bullying normalmente es intencionado hacia otro más débil que convierte en su víctima habitual, blanco de repetidos ataques, menoscabando por ejemplo, su autoestima, estabilidad emocional y su inclusión en su grupo de pares.
Al respecto, EL DIARIO dialogó con la licenciada en Psicología, Glenys Rochi Méndez, quien brindó más aportes sobre la problemática.
– ¿A qué se denomina bullying?
– Se trata de un conjunto amplio y diverso de conductas que pueden ir desde las más extremas como la violencia física hasta maltratos verbales. El señalamiento por parte del líder o referente del grupo al niño que es objeto de bullying, trae aparejado muchas veces que este hostigamiento sea llevado adelante por muchos compañeros.
– ¿Qué genera el bullying?
– Aislamiento o exclusión social, inseguridad, dificultades personales y malestares emocionales. Es un fenómeno muy preocupante porque se observa en niños cada vez más pequeños. Como todos, también tienen sus desencuentros con sus pares y muchas veces se llegan a situaciones de discusiones, pero hay que tener en claro que no todas las peleas son bullying. En cualquiera de las dos situaciones, como adultos debemos acompañar con la invitación al diálogo.
– ¿Cómo se identifica un caso de bullying?
– Lo primero que hay que tener el claro es que es una conducta agresiva, de hostigamiento y sistemática, es decir que se repite en el tiempo con una clara intención de dañar. Suele establecerse una especie de sometimiento por parte del agresor hacia la víctima con lo cual eso que comienza en un contexto de pares se torna asimétrico.
– ¿En qué contextos se percibe?
– Suele manifestarse en contextos donde los niños o adolescentes pasan mucho tiempo, fundamentalmente en las escuelas, clubes, redes sociales donde se llama ciberbullying o ciberacoso, teniendo en cuenta la característica de virtualidad donde se lleva adelante la acción.
Es importante tener en cuenta que el hostigador suele manifestarse cuando los adultos no están presentes, es decir, en el ámbito escolar, recreo, pasillo, baños, hora libre; en internet, en grupos de WhatsApp, o juegos en redes. En este sentido, muchas veces pasa que el hostigado es quien reacciona ante el acoso y suele ser al que se le llama la atención.
CONCIENTIZACIÓN
-¿Cómo prevenir situaciones de bullying?
– Es fundamental estar muy atentos al estado de ánimo con que los niños, niñas y adolescentes regresan de sus actividades diarias o cómo se sienten luego de pasar un rato en internet. Si expresan interés en volver a concurrir¸ y en aquellos que pueden expresar esto estar atentos a lo que refieren e inmediatamente poner en conocimiento a los establecimientos educativos o recreativos para que se pueda dar intervención.
Siempre la posibilidad de mostrarse abiertos al diálogo será favorecedor para que puedan contarnos lo que pasa. La astucia de los adultos en los contextos escolares generalmente, suele ser el primer eslabón tanto para detectarlo como para resolverlo.
– Las personas que sufren episodios de bullying, ¿comparten conductas similares?
– No necesariamente. Generalmente, el menoscabo que ocasiona en quien lo sufre es tal que no hay posibilidad de exteriorizarse de la misma manera con otros. A veces esperan que cesen las burlas o agresiones o muchas veces explotan como forma defensiva.
EL ROL DE LA PSICOLOGÍA
– ¿Cómo se aborda la problemática desde la psicología?
– Una buena intervención es llevar adelante talleres en escuelas primarias y secundarias y trabajar el respeto, la educación emocional como parte de una convivencia efectiva. No hay que olvidar que hostigado y hostigador son menores, que lo que viven no es sin consecuencias y que esta conducta agresiva con sus pares suele ser también una manifestación de su malestar.
Por supuesto que si padres advierten en sus hijos el sufrimiento de este tipo de violencia y consideran pueden acudir a un psicólogo matriculado en la provincia de Entre Ríos.
– ¿Cualquier psicólogo lo puede tratar?
– Los psicólogos solemos optar por las edades con las que trabajamos. Esta elección se basa en la formación, experticia y hasta límites personales ante nuestras prácticas. Suele haber psicólogos que han dedicado toda tu trayectoria como profesional de la salud mental a las infancias y adolescencias, por lo que recomiendo llamar al colegio de psicólogos de Entre Ríos para preguntar por estos profesionales.
– ¿Qué rol cumple el entorno, sea familia o amigos?
– Todos y cada uno de ellos cumplen funciones relevantes. Por ejemplo, los padres, maestros y profesores suelen ser quienes detectan estas situaciones y quienes intervienen primero. Los amigos o pares pueden tener un rol de espectador, es decir observar las situaciones sin intervenir, así sea recurrir a un adulto. También están aquellos que apoyan el acto violento con risas por ejemplo, y los que se suman al mismo con dichos u otros actos convirtiéndose en seguidores que apoyan al agresor.
La familia siempre cumple una función importante, ella es la primera mediadora de la cultura, muchas veces los niños suelen llevar adelante conductas o dichos que están naturalizadas en su hogar o bien, las mismas se llevan a cabo como una irrupción de su propio malestar o frustración manifestado en una “conducta violenta”. La familia no debe perder su lugar de contención, de amor, de escucha y diálogo con los menores.
Es interesante plantear el concepto de “bullying omisivo”, el cual aplica a quien debe adoptar una reacción positiva para evitar o poner fin al acoso. Serían aquellas inacciones llevadas adelante por adultos que desde su figura y rol de adulto y a sabiendas de los hechos, es decir frente a la imperiosa necesidad de intervenir en estas situaciones de hostigamiento, emprende una posición pasiva frente al conflicto, haciendo de cuenta que no existe, se trata de inacción, una omisión de un acto que debería llevarse adelante en pos del resguardo del menor.
– ¿En qué aspectos personales es afectada una persona que recibe bullying?
– En todos. Este sufrimiento daña la autoestima del hostigado, suele provocar aislamiento respecto a sus pares, y manifestaciones de malestares en su conducta. Por otro lado, el hostigador, que también es un menor o un adolescente, al momento de ser consciente de la acción llevada adelante suele experimentar remordimiento.
– ¿Hay datos de casos registrados en Paraná?
– Lamentablemente no tenemos registros sistematizados dado que suelen ser situaciones que se resuelven al interior de cada institución. Generalmente suele tomar notoriedad a través de los medios de comunicación y muchas veces es tarde para actuar.
– ¿En qué lugares y en personas de qué edades se suelen dar?
– Si bien esta problemática concierne a niños, niñas y adolescentes, las edades en que se suele manifestar con mayor frecuencia es entre 10 y 17 años, disminuyendo con la edad.
ACCIONES
– ¿Qué actividades o capacitaciones realizan en torno a la problemática desde el Colegio?
– Como reciente Consejo Directivo tenemos proyectos que atañen a la divulgación de estas problemáticas en ámbitos profesionales, la intervención activa en escuelas, articulaciones con el Consejo General de Educación. Y lo que resulta fundamental es la difusión en los medios de comunicación.
Invitamos a todos aquellos que consideren oportuno dirigirse a Italia 335 o al correo colegio@coper.org.ar este colegio está dispuesto a intervenir, asesorar y acompañar en lo relativo al tema.
El Colegio está en una campaña de concientización frente al avance de nuestras incumbencias profesionales de pseudocarreras dado que no cuentan con aprobación de CONEAU, algunas ni siquiera están avaladas para el ejercicio en nuestra provincia. Casualmente los destinatarios, a quienes no podemos llamarlos pacientes porque el individuo que ejerce esa pretendida carrera no es un profesional, son justamente los chicos, lo que vuelve imperiosa nuestra necesidad de intervención. Las psicoterapias son un campo específico de la psicología y no podemos dejar en manos de personas no capacitadas la salud mental de los niños y adolescentes.
Fuente: El Diario
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 27/10/2021
