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Auge de las «compra ventas»: la gente vende para llegar a fin de mes

El 41,7% de los argentinos es pobre, según los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) sobre el segundo semestre del año pasado. No obstante, desde el Observatorio Social de la Universidad Católica (UCA), afirmaron que en enero de este año, tras la fuerte devaluación de diciembre, el 57,4% de los habitantes estuvo por debajo de la línea de pobreza.

En este marco, son cada vez más los hogares a los que les cuesta llegar a fin de mes, y en muchos casos el empobrecimiento se torna más evidente, en medio de una crisis que se profundiza ante esta marcada pérdida del poder adquisitivo y de la ausencia de ingresos en las personas expulsadas del mercado laboral.

En este contexto, creció la oferta de mobiliario y otros artículos usados. Si bien las plataformas digitales son una vidriera, muchos son vendidos por sus propietarios directamente en los locales de compraventa que aún funcionan, como una salida inmediata para obtener un dinero que ayude a afrontar alguna urgencia. Así lo confirmó a UNO Dimas Franco, propietario de un comercio del rubro al que su familia se dedica hace varias décadas en Paraná, en el que hoy venden artículos nuevos y usados. Al respecto, señaló: “Hace un tiempo atrás en general quienes traían algo para vender lo hacían por desuso, era muy puntual el caso de la gente que venía con algo porque no llegaba con el dinero o porque por ahí les surgía alguna enfermedad o algo así y necesitaban plata. Pero hoy en día la gente vende muebles y otras cosas porque no tiene para comer”.

En este marco, analizó: “Si se hace una evaluación al día de la fecha, hay mucha gente que no llega a fin de mes y se está dando lo que se veía antes, en el 2000 y 2001: hay mucha gente a la que no le alcanza para comer todo el mes, y es muy lamentable”.

Según explicó, lo que más compran en su local son muebles, y sobre este punto aclaró: “Nosotros trabajamos amoblamiento para casas, comercios, e industria; es muy grande el rubro. En el caso de que alguien quiera vender un electrodoméstico o una electroherramienta usada, yo pido factura de compra y si no la tienen, solicito que vayan a la comisaría a hacer una exposición policial declarando que el artículo que venden es suyo. Entonces por ahí ha mermado la oferta de estas cosas de segunda mano y tenemos más lo que son electroherramientas y electrodomésticos nuevos, porque la gente no se quiere tomar esa molestia. Pero hoy está complicado el tema de la venta de cosas robadas y nosotros tomamos ese recaudo: lo que es usado tiene que estar impecable y con sus respectivos papeles”.

Mayor pobreza
Gustavo Arellano, propietario del negocio de compraventa de antigüedades La Gárgola, situado en calle Echagüe, coincidió: “Desde que empezó el año, noto que hay más oferta”. Aunque en su caso observó: “Se ve más que algunas personas lo hacen por necesidad, pero también aparece gente que ante la pérdida de algún familiar vende sus cosas; al menos todo lo que he estado comprando últimamente ha sido porque falleció un familiar y como los herederos ya tienen su casa armada no las necesitan”.

Sobre los valores de este tipo de artículos, aclaró: “En general, en el 80% de los casos hay acuerdo entre lo que la gente pretende y lo que se está pagando en el mercado. Por ahí buscan orientarse en Mercado Libre sobre los precios, pero se trata de un mercado que no es el nuestro, porque también siempre depende del poder adquisitivo de cada localidad y, obviamente, no se pueden comparar los precios de Buenos Aires con los de Paraná; aparte la plataforma cobra una comisión y a eso no lo ven. Pero al margen de esa cuestión, muchas veces creen que es la misma pieza que tienen y no es así: cambia el sello, el origen, la antigüedad. Hay muchas cosas que hay que considerar en este tipo de compraventa y ahí vienen las confusiones”.

Mercado singular
En su local, que funciona hace 20 años, comercializa muebles, vajilla, cristalería, iluminación, cartelería y demás. Con respecto a la demanda, explicó que en la actualidad los muebles de mayores dimensiones no tienen demasiada salida, habida cuenta de que muchos departamentos tienen espacios reducidos y por practicidad sus habitantes optan por otro tipo de artículos. “La tendencia hoy es el mueble pequeño, que se adapta más a un departamento; ya sean mesitas, consolas, sillones individuales, por ahí alguna silla de estilo es lo que actualmente tiene más demanda, más allá de que en Paraná hay mucha gente interesada en las antigüedades; inclusive lo que me sorprende que mucha gente joven se acerca”, afirmó.

Por último, comparó: “Hay un prejuicio en torno a que las cosas antiguas son carísimas, pero hoy en relación a lo que salen los productos nuevos es más accesible: por ejemplo, comprar un vaso acá cuesta un tercio de lo que vale en un bazar y es otra calidad, ya que hablamos de cristales tallados”.