Por Susy Quinteros –
Son distintas y variadas las versiones acerca del origen de los juegos olímpicos griegos. Se le atribuyeron a Cronos, padre de Zeus, a Heracles de la isla de Creta, y a Pélope, ganador de una carrera de carros, quien en agradecimiento organizó los juegos.
Pero según datos aparecidos en esculturas de la época, su fundación se debe al rey de Élida quien en el 884 AC organizó las primeras competencias en honor a los dioses. Los hombres más eminentes, filósofos, poetas, médicos políticos, escultores y guerreros, se asociaron de alguna manera a las manifestaciones deportivas griegas que tuvieron su máxima expresión en los juegos olímpicos. Se llevaban a cabo cada cuatro años, en verano, para facilitar el desplazamiento de los participantes y espectadores que llegaban de toda Grecia. Algunos viajaban hasta 40 días para estar presentes en la manifestación deportiva más importante de un pueblo que amaba las competencias. Las mujeres no podían participar.
Otras versiones afirman que sólo podían ser parte de las competencias las mujeres solteras, pero no las casadas, El último día, el sexto, los atletas se reunían frente al altar de Zeus, y los vencedores recibían la corona de olivos, hecha con ramas sagradas del bosque de la ciudad de Altis. También se los galardonaba con un hilo púrpura alrededor de las sienes.
Los ganadores quedaban eximidos de pagar los impuestos y sus estatuas, hechas por destacados escultores adornaban los jardines y lugares sagrados. Se consideraba vencedor simbólico de los juegos, al que obtenía la carrera del estadio, similar a la distancia de la que hoy tiene el maratón.
Si el transcurso de los juegos coincidía con alguna guerra, se suspendían, porque se respetaban lo que ellos llamaron la tregua sagrada. El emperador Teodosio, convertido al cristianismo, en el 393 AC, los suspendió por considerarlos paganos. Dos años después, las ciudades de Esparta y Olimpia fueron saqueadas y destruidas por los bárbaros. Rescatado su lugar de origen y parte de Olimpia en la era moderna, hoy sus ruinas son visitadas y veneradas por turistas de todo el mundo.
En una ocasión un soldado Persa exclamó – ¿Que clase de pueblo es este contra el que luchamos que no lo hacen por dinero, sino por una corona de olivo?-
Sq. 2024
Esta nota fue publicada por la revita La Ciudad el 27/7/2024