Por Aníbal Gallay –
El 27 de febrero de 1812 a don Manuel Belgrano se le ocurrió inventar una bandera. ¿Una bandera de qué? No había un país, una nación… Pero le pareció oportuno tener un pabellón que identificara a las tropas.
Gobernaba el llamado Primer Triunvirato. Y cuando las autoridades se enteraron de este hecho, le mandaron a Belgrano una nota diciéndole que volviera todo para atrás, porque era una imprudencia andar haciéndose los independientes. Se ha denostado al Primer Triunvirato por esta actitud y se ha ensalzado a Belgrano por su idea. Sin embargo, la situación era muy complicada. La llamada Revolución de Mayo no tenía aun dos años. El Triunvirato hizo planteos del sentido común. Izar una bandera propia era como declararle abiertamente la guerra España. Para colmo sin haber declarado siquiera la independencia, era constituirse en una banda de alzados contra la autoridad. Además, no había ejército, ni marina, ni dinero para encarar una guerra. Lo único que había como ejército era un rejunte de paisanos novatos, aunque con algunos oficiales de cierta experiencia. Pero la nota del Triunvirato llegó tarde y Belgrano ya en el norte continuó con la bandera izada a orillas del Paraná, y la hizo jurar en Jujuy.
La cuestión de los colores de la bandera ha sido motivo de amplísimas discusiones entre los historiadores. Para algunos fue celeste y blanca y para otros azul y blanca. Sin entrar en demasiados detalles habrá que decir que es harto probable que haya sido azul. Y por qué fue celeste durante mucho tiempo. Porque Buenos Aires ganó la guerra civil, y el celeste era el color del partido unitario y del partido porteño en general. Esto de «partidizar» los símbolos patrios no fue precisamente un invento de los gobiernos populistas.
En la actualidad y oficialmente, desde 1943, los colores de la bandera son azul-celeste. ¿Cómo se define el color azul-celeste? Sigue siendo una incógnita.
La última reforma fue la del Presidente Alfonsín, quien dispuso que la bandera tuviera un sol en el centro. Hasta esa disposición el sol solo se utilizaba en las banderas de uso militar. ¿De dónde sale ese sol? Es el sol de los Incas, del que habla el Himno Nacional.
¿Y por qué una nación debe tener bandera? Hasta la Revolución Francesa la bandera era símbolo de una familia real. Al instaurarse las repúblicas y consolidarse las naciones en forma más o menos definitiva, la bandera pasó a ser el símbolo de esa comunidad nueva llamada Nación. Y ya no giraba alrededor de la bandera del rey, sino la bandera de la comunidad nacional. Si el símbolo de la Nación era el rey, lo será a partir de allí la bandera. Es una creación de la burguesía, de la filosofía racionalista y de los derechos individuales. Del grito Viva al Rey se pasó a Viva la Patria. De los colores reales a los colores nacionales. Dios ya no avalará al Rey, sino a la «sacrosanta bandera». Las tropas no serán guiadas por emblemas reales, sino por una bandera nacional, símbolo permanente de toda la comunidad unida por lazos históricos y culturales.
Vaya como acotación que el azul y blanco eran los colores el rey Fernando VII. La inspiración de Belgrano en el cielo o en el manto de la Virgen, no pasa de una leyenda escolar, muy simpática, pero sin fundamento.
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 27/2/2018