Por Germán Bercovich –
El paso del Gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, por Concepción del Uruguay, refrendó algunas posiciones que viene sosteniendo desde hace ya un tiempo.
Como opositor al gobierno nacional, parado desde un lugar peronista, Urtubey deja gusto a poco. Quizás sea intencional, y no busque el voto más tradicionalmente peronista. Uno se pregunta, entonces, cuál busca. En el tramo que definirá las candidaturas presidenciales, el salteño intenta ubicarse como una de las alternativas que absorba al tercio del electorado que no irá con Macri ni con Cristina. Ciertamente no será la izquierda más pura. Ni aquellos que (no sé si existen) corren por derecha a Macri. Restadas estas columnas, pareciera que Urtubey pescará en aguas poco pobladas.
Su discurso intenta, por momentos más a la manera macrista que cristinista, llenar algunos grandes temas nacionales (Educación, por ejemplo) con frases voluntaristas, innegables desde la intención, pero con poco recorrido de profundidad. El perfil que mostró Urtubey en la UCU comulga con su figura de aliado de Cambiemos, el mismo perfil que le permitió perder por 6 puntos el año pasado, en su propio terruño, Aquel que vaya como opositor a las elecciones 2019, y no haga hincapié en la desastrosa distribución del ingreso que desarrolló este gobierno, entrega el arma argumental más letal con la que puede dispararse a esta gestión. Si, además, esta cesión se produce enarbolando la bandera peronista, el panorama ya no solo aparece flojo de papeles solamente, sino también sospechoso.
El Gobernador habló de “los últimos cuarenta años” de mala gestión a nivel nacional, metiendo en la misma bolsa sistemas de gobierno que divergen sustancialmente en numerosos puntos. No rescató, en su análisis, nada de lo bueno hecho por los gobiernos kirchneristas. Ni siquiera las medidas que son consensuadas por todo el arco político.
Habló de Cambiemos y del Frente para la Victoria como espacios que adolecen de un fuerte personalismo. Cierto en el segundo caso. Falso en el primero. Si algo es valorable dentro de Cambiemos, es que puede apoyarse tranquilamente en 3 o 4 figuras fuertes. Las coordenadas políticas que observa el Gobernador son al menos discutibles. Cuando alguien más o menos informado escucha un análisis tan curioso, acompaña una sensación de extrañeza que no comulga con el deseo de apoyo.
Se le consultó sobre cuál sería su modo de compensar la “inseguridad”. Habló allí de recuperar el dominio exclusivo de la fuerza por parte del Estado. Indiscutible que el pueblo armado no es una señal de seguridad. Pero indiscutible también que hay una estructura estatal armada corrupta, desbandada en el uso de la represión, que mata. Los casos los conocemos. ¿Y no merecía, al menos una mención allí también, hablar de los grandes núcleos duros de gente con necesidades básicas insatisfechas? Responder solamente con mano dura a la inseguridad pareciera básico e insuficiente.
Siempre es interesante escuchar a los grandes actores de la política nacional. Y más aún un presidenciable. Urtubey dejó como opositor, en la UCU, gusto a poco.