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23 de septiembre de 1973: muere el poeta chileno Pablo Neruda

Las circunstancias que rodearon la muerte de Pablo Neruda, el “poeta del pueblo”, que murió el 23 de septiembre de 1973 en una clínica de Santiago de Chile pocos días después del golpe de Estado que derrocó al gobierno de Salvador Allende aún permanece en las dudas de si se trató o no de un crimen.

Es algo irrefutable que el diplomático chileno sufría un cáncer de próstata, pero en los últimos años han surgido dudas sobre la causa de su deceso. Una teoría que cobró impulso cuando un equipo internacional de forenses reveló que el premio Nobel de Literatura de 1971 no murió de caquexia, alteración profunda del organismo provocada por algunas dolencias, a pesar de que así consta en el certificado de defunción.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores se basaron en pruebas genómicas y proteómicas que se realizaron en laboratorios especializados de Dinamarca y Canadá. Además, el estudio descubrió la presencia de una bacteria potencialmente mortal en un molar del autor de Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924), si bien los expertos admitieron que necesitaban indagar más para obtener una respuesta concreta sobre qué provocó realmente el fallecimiento.

La familia del fallecido poeta denunció a principios de septiembre de 2018 que dicha investigación está paralizada por culpa de la deuda que el Gobierno chileno tiene con dos laboratorios internacionales. El impago ha impedido que se realice una última pericia en un laboratorio de Canadá, cuyo resultado es fundamental para la resolución del caso, según señaló el sobrino de Neruda y abogado de la familia, Rodolfo Reyes.

Los restos de Pablo Neruda fueron exhumados por orden judicial en 2013 a raíz de una querella por homicidio y asociación ilícita que el Partido Comunista y uno de sus sobrinos interpusieron después de que el chófer del poeta asegurase que fue envenenado por agentes del gobierno militar con una inyección en la clínica donde estaba internado. No obstante, la investigación no encontró ninguna evidencia clara que apoyase esta teoría.

Además, los militares ordenaron a las librerías retirar sus obras y algunos de sus libros fueron quemados “como escarmiento público” a los ciudadanos que se acercaran “a los ideales comunistas y socialistas”, explicó el director general de la ESERP Business Et Law School en Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca durante la presentación de su libro Pablo Neruda. Ensayo biográfico inédito de la infancia, adolescencia y juventud. Un trabajo que incluye, entre otros documentos, dedicatorias manuscritas del autor a otros escritores -como Julio Cortázar, Rafael Alberti o Homero Arce-, así como una oda compuesta especialmente para la artista Violeta Parra.

Si bien el académico admite que el diagnóstico sobre la enfermedad del que fuera cónsul de Chile en España no era esperanzador y su cuadro médico era complejo –debido también a sus ataques de gota-, el cáncer de próstata que padecía el poeta era “de lento desarrollo”, lo que le hubiera podido permitir vivir, tal vez, unos años más.

“Él entra de urgencias en un hospital con fiebre. No se sabe si le ayudaron a morir por miedo a un levantamiento de masas”, sostiene Barquero. Al respecto, cabe destacar que Neruda mantenía una estrecha amistad con Salvador Allende, que murió el mismo día del Golpe de Estado de 1973, tan sólo 12 días antes que el poeta. Los entresijos de esta relación se exploran en el libro Pablo Neruda y Salvador Allende. Una amistad, una historia (Editorial RIL, 2014).

Un amargo final para un hombre que fue capaz de endulzar el corazón de millones de personas con poemas como este:

Puedo escribir los versos más tristes esta noche / Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos» / El viento de la noche gira en el cielo y canta / Puedo escribir los versos más tristes esta noche / Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

Sus restos mortales fueron cuatro veces enterrados hasta que en abril de 2016, 43 años después de su muerte, se cumplió el deseo que el poeta expresó en Canto general: “Compañeros, enterradme en Isla Negra, frente al mar que conozco”. La historia dirá si Neruda descansa ya por fin en paz.
(Fuente: Publicado en Pensamiento Discepoleano)

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