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Vigorexia

Por Susy Quinteros  –  

La vigorexia, -distrofia muscular o complejo de Adonis -, es un trastorno o desorden emocional en el que las personas se obsesionan por su estado físico hasta llegar a estados patológicos. Tienen una visión distorsionada de ellos mismos y se ven débiles y poco desarrollados muscularmente. Esta percepción los lleva a realizar una actividad física constante y compulsiva sin importar las consecuencias. Por este motivo abandonan las relaciones sociales y descuidan otros aspectos de su vida, dedicando todo su tiempo al entrenamiento. Afecta tanto a mujeres como a hombres. La comunidad médica internacional no la reconoce como enfermedad. Se observa mayoritariamente en el sexo masculino entre los 18 y los 35 años. El físicoculturismo es uno de los deportes que está comúnmente relacionado con este tipo de trastornos. Con frecuencia la vigorexia se asocia al consumo de complejos proteicos y de anabolizantes y a los trastornos alimenticios.

Las causas de esa obsesión por el aspecto físico pueden estar referidas a problemas fisiológicos, o emocionales, generalmente relacionados con el entorno familiar y social del afectado.

Imagen física 

Concurrir al gimnasio y hacer actividad física es muy recomendable, pero llevado a extremos es una obsesión que puede traer graves consecuencias. Cuando una persona sufre la necesidad compulsiva de tener un cuerpo musculado y desarrolla una visión distorsionada de si misma, viéndose poco definidos a pesar de haber adquirido una importante musculatura, padece vigorexia. El ejercicio físico se convierte en el centro de su vida y pueden llegar a dedicarle muchas horas al día en forma exclusiva. La obsesión por el cuerpo los lleva a contemplarse en los espejos constantemente y a pesarse varias veces al día. Si no realizan la actividad física diaria fijada, o algún motivo altera esa rutina, sienten ansiedad, frustración y culpa. Lo que puede comenzar con una simple idea, puede convertirse en un problema muy dañino. Al igual que en el problema inverso de la anorexia, en donde el objetivo es la delgadez, ven sus cuerpos imperfectos y por lo tanto no quieren exponerse al juicio de los demás.

Por otro lado los factores socioculturales como el culto al cuerpo y los modernos cánones de belleza que impulsan los medios, inciden negativamente sobre todo en las mentes de los jóvenes. 

¿Cómo se detecta a las personas con vigorexia?

-Tienen una imagen desproporcionada de sí mismos, se ven débiles.

-Están obsesionados por alcanzar un cuerpo musculoso.

– Practican deportes sin importar las condiciones climáticas, molestias físicas u otras obligaciones.

– La mayor parte de sus horas las dedica a los ejercicios, dejando de lado sus compromisos sociales, laborales y culturales.

– Se frustran cuando no pueden cumplir con la rutina propuesta.

-Completan la actividad física con una dieta extremadamente rica en alimentos proteicos, carbohidratos y pobre en lípidos, para aumentar la musculatura corporal.

– Con el fin de lograr sus objetivos, optan además por el consumo de anabolizantes o esteroides que faciliten el aumento de las proporciones musculares.

– Baja autoestima.

– En general son personas introvertidas a las que les cuesta aceptar su imagen corporal.

– Presentan bruscos cambios de conducta.

Las consecuencias 

Quienes padecen este problema adquieren una masa muscular desproporcionada que no se condice con su talla y contextura física. Pueden tener problemas óseos y articulares debido al peso extra del esqueleto. Aumenta el riesgo de padecer enfermedades.

Pueden presentarse mareos, dolores de cabeza, lesiones hepáticas o cardíacas. Falta de agilidad, acortamiento de músculos y tendones.

Tratamiento para lograr una recuperación efectiva

Esta patología debe tratarse a nivel multidisciplinario centrándose sobre todo en terapias cognitivo-conductuales destinadas a modificar la autoestima, la imagen corporal y la superación del miedo al fracaso. Es necesaria la participación de especialistas en nutrición para corregir los trastornos metabólicos. Durante el tratamiento es muy importante e imprescindible el apoyo de la familia y de amigos cercanos.

¿Se puede prevenir la vigorexia? 

Se puede prevenir desde diversos puntos de vista, por ejemplo:

Los padres, entrenadores y educadores físicos deben poner el acento en la valoración personal trabajando sobre la autoestima, para que se valoren y se acepten como son.

Insistir en el logro de un equilibrio entre el cuerpo y la mente por medio de disciplinas realizadas concientemente.

Es necesario impulsarlos hacia la práctica de otras actividades deportivas menos nocivas para el cuerpo.

Alertarlos en contra de las trampas de modelos de belleza difundidas por la sociedad actual.

Hay una delgada línea entre querer estar bien y la obsesión. Lo primero es saludable y lo segundo tiene connotaciones síquicas. Esas personas se sienten mal cuando no realizan las actividades físicas programadas. Lo saludable es lograr un equilibrio entre lo que es correcto desde el punto de vista corporal y la imagen estética que quieran lograr. También es importante que el gimnasio sea un espacio de disfrute, un encuentro personal y único que haga bien y regresen  con la sensación de haber hecho algo positivo.

Susy Quinteros – Profesora Nacional de Educación Física

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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