CulturaCulturaCuriosidadesInterés GeneralNacionalesNovedadesOtrosOtrosPolíticaSociedad

Sobre el argentino, ese que se siente solo y que espera

El hombre que está solo y espera es un libro de Raúl Scalabrini Ortiz, publicado por primera vez el 15 de octubre de 1931 por la editorial de Manuel Gleizer. En sus páginas describe la soledad y el extrañamiento inmigrante llegado a Argentina en el siglo XIX. La frase “soy un indigente sembrador sin sembradío”, lo representa.

 Angelina Uzín Olleros / coordinacion@eldiario.com.ar

El libro El hombre que está solo y espera muestra la rara conjunción de elementos que hacen al sujeto que llega a estas tierras desde diferentes países europeos, habla del porteño y del argentino, haciendo la distinción pero marcando que el porteño es quien lleva la mayor parte de la caracterización de esta personalidad que crece al calor de una capital que recibe hombres del exterior y del interior del país. Scalabrini resalta dos sentimientos: el amor y la amistad. Desde allí explica lo que significa para ellos la conquista de la mujer y la amistad sincera, en medio de un entorno urbano que lo envuelve en eterna nostalgia.

El tango es lo que mejor caracteriza a este personaje que dramatiza cada gesto y cada decisión: es la poesía cargada en la observación de estos varones, tan diferentes a lo europeo.

Pero Scalabrini va más allá cuando pretende relatar el perfil de estos hombres, y los ubica en una esquina de Buenos Aires, en la de Corrientes y Esmeralda. Alguna vez otro escritor nuestro, David Viñas sostuvo en una entrevista: “yo no soy argentino, soy de Corrientes y Esmeralda”.

Lunfardo

A los hipotéticos lectores debemos advertirles que mucha terminología en lunfardo hace que sea necesaria la búsqueda de los términos. Hay también una permanente comparación entre los europeos (otros) y los argentinos (nosotros). Scalabrini dice: “Lo ajeno no contagia al porteño. El porteño es inmune a todo lo que no ha nacido en él. Es el hijo primero de nadie que tiene que prologarlo todo”.

Los argentinos estamos redactando el prólogo de lo que será nuestra propia narración, nuestra biblioteca, impregnada de voces ajenas pero inéditas en sus conjugaciones.

Más adelante el autor nos habla de la ciudad, del desamor que provoca, del desbalance entre el número de hombres y el número de mujeres que eran menos en ese tiempo, de las diferencias generacionales que provocó la inmigración. “Mano a mano con el porteño sin tacha en su sangre, el hijo del europeo nacido aquí soportó con entereza la inclemencia con que la ciudad trituró a sus habitantes, y también aquí la continuidad de la sangre se quebró. Escarnece el hijo los aguijones que fueron médula de la actividad paterna: su adineramiento sin tasa, su afán de progreso tangible… y tampoco el hijo del europeo urbano es de su progenitor, es hijo de la ciudad. Hay otro abismo entre los dos. Las penurias de la tragedia sexual ensamblaron en uno solo los espíritus del porteño de larga estirpe y del hijo del recién venido.

Hacer la ciudad

Prontamente la ciudad se pobló de cines y salones de baile, de bares y balnearios, se trazaron caminos al campo. La forma en que Scalabrini descubre esta ciudad nos recuerda a Baudelaire mostrándonos Paris en Las flores del mal. Hay, además, en su obra un claro pesimismo y la desconfianza hacia el progreso científico que vino de la mano de los positivistas. Entonces, afirma: “Ellos creían que el bienestar espiritual brotaría automáticamente cuando la república tuviera cuarenta millones de habitantes y hubiera en su territorio cien mil kilómetros de vías férreas e incomputable número de fábricas y manufacturas. En su obstinación mecánica y geométrica se olvidaron del hombre. Fueron lo más europeos de los criollos”.

Los fisiócratas trazaron las calles de La Plata, actual capital de la provincia de Buenos Aires. Hay aire geométrico que confunde a los desprevenidos con sus calles numeradas en diagonales. Hay un afán de mostrar a Europa en la arquitectura porteña, un puerto que nos abre al mundo a través del Río de la Plata y las vías del ferrocarril que nos llevan y nos traen desde el interior al puerto. Una geopolítica, decimos hoy, puesta al servicio de un modelo agroexportador del cual Scalabrini fue crítico tenaz.

Por largos tramos, describe el amor que siente el porteño por su ciudad; su apego es necesario para construir un sentimiento de pertenencia, una identificación con el paisaje urbano, con sus usos y costumbres. Dice entonces: “Las historias afirman que los atenienses del siglo de Pericles tenían amores semejantes con su ciudad.”

La sensación de desarraigo choca con el sentimiento de ser parte del lugar, ser y no ser al mismo tiempo; un letargo, una demora, un niño que pasó a ser viejo sin poder vivir plenamente su juventud. Al final del libro en una oración para ese hombre dice: “Soy un indigente sembrador sin sembradío.”

Química

Mucho antes que Zygmunt Bauman, Scalabrini utiliza la química para describir esta humanidad “portuaria” que se encarna en la subjetividad porteña, “Dos gases son el hidrógeno y el oxígeno, y en ser dos gases distintos se obstinan por mucho y muy enérgicamente que se los mezcle. Podrán variarse las proporciones, batirlos, trasvasarlos, presionarlos, y los dos gases seguirán irreductiblemente aislados ante la pericia del químico. Pero un agente cataléptico -una esponja de platino, una chispa eléctrica- determina su inmediata combinación en un compuesto cuyas propiedades rechazan toda relación de parentesco con los progenitores: el agua. El porteño es, una combinación química de las razas que alimentan su nacimiento. El porteño es esa gota de agua, incolora, inodora e insípida que brota en el fondo del tubo de ensayo o que el cielo envía para que la tierra fructifique”.

Y mucho antes que los pensadores de la posmodernidad, Scalabrini sostuvo nuestra propia posmodernidad. En una más de nuestras contradicciones, somos posmodernos a pesar de que nunca llegamos a ser modernos: “Un orden, de cualquier categoría, presupone un desorden postergado. Un orden estricto se establece sobre el máximo desorden de una trastienda. Lo difícil es descubrir el cuarto de cachivaches de un sistema. Pero en general, en el cuarto de cachivaches está la humanidad del hombre”, dice.

Salvo que, los posmodernos hablaron del “desván” de la historia, porque no conocen la palabra “cachivache”.

 

Raúl Scalabrini Ortiz fue escritor, ingeniero agrimensor, poeta y periodista, defendió la causa nacional y combatió a través de sus ensayos los métodos de sometimiento del imperialismo inglés. Nació el 14 de febrero de 1898 en la ciudad de Corrientes. Fue hijo de Ernestina Ortíz, una mujer oriunda de Entre Ríos descendiente de conquistadores de origen vasco, que se instalaron en la ciudad Paraná cuando arribaron al Río de la Plata. Su padre fue el naturista Pedro Scalabrini, un inmigrante italiano que llegó al país a los 20 años, en 1868, y sobrevivió como profesor de historia y filosofía en la misma ciudad entrerriana que su esposa. Murió el 30 de mayo de 1959 a los 61 años.

Armar valijas

El ejercicio fue imaginar que en un futuro impreciso sea descubierta una cápsula en el predelta entrerriano. En su interior los jóvenes exploradores podrían hallar libros, objetos singulares, del ayer, en medio de un mundo evanescente y audiovisual. Qué libros expresarían al menos una parte de las memorias, los relatos aquellos que en alguna medida nos toca actualizar, los versos y estrofas del desencanto y la maravilla de estar vivos. Qué materiales no podrían faltar, entonces, si la idea fuera que ayuden a interpretar el cosmos, el mundo y los dilemas de esta época.

Fuente: El Diario

Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 8/3/2022

Clima

El clima en la ciudad
14°
cielo claro
Humedad: 91%
Viento: 3m/s SE
Máx: 14 • Mín: 14
31°
Vie
34°
Sab
24°
Dom
24°
Lun
Weather from OpenWeatherMap

Related Articles

NacionalesEconomiaPolíticaSociedadTransporte

Denuncian que las concesiones viales de Milei triplican los peajes

«Es volver a un régimen nefasto y que fracasó en los 90»,...

NacionalesEconomiaPolíticaSociedadTrabajo

Mercado Libre recibió 39.000 millones en subsidios del Estado

El Estado aumentó en un 50% las exenciones impositivas que recibe Galperin,...

NacionalesEconomiaPolíticaSociedad

Endeudarse, quemar ahorros y vender pertenencias: las estrategias para llegar a fin de mes

La situación surge de un estudio realizado por el Indec. El 50,9%...

NacionalesEconomiaEducaciónPolíticaSociedad

Los docentes de las 66 universidades nacionales inician un paro de 72 horas

Las dos federaciones mayoritarias paran hasta el viernes en reclamo del cumplimiento...