Por: Ing. Carlos HARTWIG (1) –
Si partimos de nuestra historia, de la que poco hablamos y se busca ocultar, veremos cómo desde el inicio de nuestra independencia, lo que trabajan para un pequeño sector, nos han ido mellando en forma paulatina y gradual nuestra soberanía, esto se puede observar con solo realizar un repaso a grandes rasgos de nuestra historia.
En 1810 declaramos la libertad, que luego se plasmó en la declaración de Independencia, nuestra primera declaración de Independencia y nuestra primera Constitución el 29 de junio de 1815 (las Instrucciones del año XIII y el Reglamento de Tierras), lo que obligó a Buenos Aires, que no estaba de acuerdo con la misma a convocar a una nueva declaración de independencia el 9 de Julio de 1816, con el objetivo soslayado de recortar nuestra independencia y soberanía. Que diferente hubiera sido nuestro país hoy si Buenos Aires hubiera aceptado la Independencia y Constitución que fueron aprobadas por la Liga de los Pueblos Libres en Concepción del Uruguay en 1815 con Artigas.
Pero un pueblo que quiere ser libre e independiente siempre encuentra las formas de combatir a los que roban usando nuestros ríos, que los querían libres y abiertos para beneficio de ellos. Y esto se plasma el 20 de noviembre de 1845 en la Vuelta de Obligado, nuestro grito de la Soberanía y se confirma con la derrota de la flota anglo-francesa en la Batalla de Punta Quebracho, el 4 de junio de 1846, donde reconocen y aceptan su derrota y que el Río Paraná es nuestro.
Pero en 1853 vuelven las familias Patricias y la Oligarquía a claudicar y entregar nuestra soberanía ante el poder mundial incorporando en nuestra Constitución lo que querían los perdedores de Punta Quebracho “la libre navegación de nuestros ríos”. La pregunta es ¿libres de quien?, como diría Jauretche en su Zoncera N° 8, “¿de nosotros mismos?”, SI, pero en beneficio de ellos, los Ingleses, Franceses y del Imperio de los Braganzas.
Y esto continúa hasta nuestros días, entre los que queremos un país industrializado que genere riqueza y trabajo para el pueblo y el país de unos pocos, que solo produzca materia prima para enriquecer la economía de los imperios con suculentas ganancias para unos pocos cipayos y una masiva pobreza y falta de trabajo para el pueblo.
Ya lo decía en 1810 Belgrano, no exportemos cuero, exportemos zapatos, o el intento de Industrialización de Urquiza con instalar en Santa Cándida el primer frigorífico del país en 1870 quedando trunca, instalándose el primero en 1883, o Sarmiento que en 1883 trajo al país la primer Colonia Alemana en un acuerdo con Bismark para industrializar el país, entre otras la industria del vidrio y no pudo ser, ya que en lugar de bajar en Buenos Aires, donde era su destino, lo hizo en el Departamento Federación, siendo esta la única Colonia Alemana que hay en Entre Ríos.
Esto fue rápidamente combatido, por los descendientes de los que nunca quisieron la libertad y la independencia de Argentina, provocando la caída de la Presidencia de Sarmiento, a estos que solo les interesaba la actividad agropecuaria extensiva y vacuna, y son los que tienen el poder para aplicar sus políticas colonialistas y de producción de materias primas primarias.
Por ello, cada vez que se intentó industrializar el país se vieron las interminables listas de golpes de estado por gobierno militares, todos, sin excepción para servir a la entrega del país a las potencias extrajeras, lo que formó un ejército de invasión, no uno defensivo del estado.
Pero cuando el pueblo se organiza puede y en 1945, con Perón, por 10 años se plasmó el mayor proceso de industrialización del país, algo que molestó en demasía a los grupos de poder agro-vacuno obligándolos a mostrar su cara inhumana, la del odio a la sociedad y al pueblo.
Con un nuevo golpe de estado, al servicio de estados extranjeros, se inició un proceso de desindustrialización del país, que paulatinamente fue desmantelando lo hecho, pero sembró la semilla de progreso y la industrialización en la sociedad y especialmente en las Universidades Públicas y Gratuitas que formaron profesionales que luchan por la defensa de la Soberanía y la creación de fuentes de trabajo calificada para las industrias lo que permite una mejor distribución de la riqueza y una mayor calidad de vida.
El Consenso de Washington de 1989 obliga a reprimarizar la economía, para lo cual primero endeudaron a los países con el FMI y luego obligaron condicionando la economía para que no industrialicemos y seamos productores de materia prima o commodities. Estas exportaciones de productos primarios (petróleo, productos agropecuarios con poca o nula industrialización, minerales, etc.) permitiendo ingresar divisas para que estos estados endeudados, durante los golpes de estado y/o gobiernos neoliberales.
Entonces usted se preguntará:
¿Qué tiene que ver lo antes dicho con el dragado y balizamiento del rio Paraná? La respuesta es sencilla: Todo.
El control y la administración de ríos y puertos por parte del estado es lo que va a dar el marco para planificar qué tipo de país queremos. Si queremos un país que vende materia prima con bajísimo valor agregado, generando muy pocas fuentes de trabajo como ocurre con los productos agrarios, los biocombustibles y los metales y minerales, o queremos un país con empleo y sin pobreza.
Si lo que queremos es exportar lo más bajo posible y sin mano de obra que agregue valor solo necesitamos grandes buques como los Panamax, New Panamax y Post Panamax que abaratan los costos de la exportación beneficiando a las grandes cerealeras y a los consumidores de otros países en perjuicio de nuestros trabajadores, y además, provocando un gran daño ambiental en el Río Paraná y toda su zona de influencia, algo que cada vez es más visible en las costas de Santa Fe y Buenos Aires principalmente.
Entonces estoy diciendo, ¿Qué no quiero que se exporte más por barcos? NO, no es así.
Hay que exportar todo lo que se produzca en forma sustentable, siempre cubriendo las necesidades de nuestro mercado interno primero, y el mejor medio de transporte es el barco, pero planificándolo y poniendo nosotros las condiciones que movemos por nuestros ríos el 50% de las proteínas vegetales del mundo y no los países extranjeros en beneficio de ellos, debemos defender nuestro trabajo y la necesidad de dar trabajo a nuestra sociedad.
Hay que exportar, pero sin provocar daño ecológico en la cuenca del Plata, y eso es posible, para ello debemos usar los puertos de aguas profundas de ultramar que están sobre el Océano Atlántico y llevar nuestra producción hasta esos puertos en barcazas, eso no solo sería ambientalmente mejor, sino que le aportaría, a esa materia prima, valor agregado por la logística, ya que no solo no se necesitaría dragar el río, lo que permitiría la recuperación del daño causado, sino que se crearía un corredor logístico por el canal Magdalena.
Hay que tener en cuenta que el canal natural del Río Paraná y de La Plata permite transportar barcazas de hasta 10 a 12 pies de calado sin necesidad de dragado y es una forma muy eficiente de generar riqueza y mano de obra local, que tanto necesitamos, permitiendo además reactivar distintos astilleros que hoy se encuentran cerrados o con escasa producción y abrir otros nuevos, lo que aportaría más puestos de trabajo y mano de obra nacional que tanto hacen falta.
Aceptar que continúe este proceso de privatización de las vías navegables, es aceptar y delegar nuestra soberanía a países extranjeros, que planificarían nuestros recursos y complejos en función de sus necesidades que se basan en un modelo de despojo con concentración de la tierra, recursos y territorios por parte de las grandes corporaciones, que por razones económicas plantean el monocultivo y la mono-producción como proceso productivo (la especialización) lo que produce la destrucción del suelo, perjudicando a las economías regionales y eliminando la biodiversidad, en un claro proceso neo-extrativista, con ganancias solo para los sectores involucrados con un desprecio por las necesidades de las mayorías.
Los inversiones que estos planes generan, en la zona, son aquellos proyectos de infraestructura previstos por el IIRSA en materia de transporte, energía y comunicaciones, que fueron consensuados en el año 2000 por varios gobiernos latinoamericanos y cuyo objetivo era facilitar la extracción y exportación de los productos primarios a países del primer mundo, a un bajo costo, basados en un proyecto neocolonial desarrollista.
Todo esto provoca una fuerte fragmentación social y regional, configurando espacios socio productivos dependientes del mercado internacional que condiciona y fundamenta su accionar en las necesidades de otros estados. Se justifica este tipo de producción económica en la demanda global de bienes pero sin tener en cuenta ni importar la necesidad de la población local que pierde calidad de vida y daña su medioambiente, solo para estar al servicio del otro como si fuera su esclavo, implementado un proceso económico neo-desarrollista.
Por todo esto, y mucho más que sería muy largo de exponer, es que debemos exigir al gobierno que asuma su deber y obligación de implementar, por medio de una empresa nacional, la Administración, el Dragado, Balizamiento y Control, no solo de nuestros ríos sino también, de los puertos y de la política de exportaciones del país, como lo hacen todos los países desarrollados del mundo, sin ir más lejos EEUU, con sus vías navegables, que no las dejan en manos de empresas transnacionales que las adquieren con privatizaciones engañosas y orquestadas bajo la presión del poder financiero mundial, que aprietan hasta los más altos cargos políticos, y con la complicidad de algunos representantes de los trabajadores del sector.
Todo esto es solo la punta de un iceberg, que se completa con lo que no se habla pero todos los involucrado conocen, el contrabando la sub y sobre facturación, la venta en negro, etc. que suman valores, que permiten adornar a cualquiera, que están el orden de los 30.000 millones de dólares anuales, que se pierden, se desaparecen y desfinancian las ciudades del interior del país, y más grave aún, el contrabando de armas, la trata de personas, la drogas y todo lo que puedan imaginarse, que manejan y comercian los cárteles del mal y los delincuentes, prueba de ello son 28.000 kilos de cocaína de máxima pureza incautadas en Alemania en un barco que salió de Argentina.
Hay mucho más, no es solo sacar 33 millones de toneladas de lodo del lecho del río para que puedan ingresar grandes buques para llevarse nuestros productos primarios, es la vida de los pueblos y la soberanía de un país, es poder organizar y planificar que queremos ser y que queremos hacer, no que lo planifiquen desde afuera como a una colonia, solo porque es ventajoso económicamente para un pequeño grupo de la sociedad.
Esto se trató de retomar en el 2003, y mucho se avanzó, pero en 2015 se entró en un nuevo retroceso como el que vivimos a lo largo nuestra historia, no hemos podido independizarnos ni ser soberanos como para organizarnos y planificar nuestro futuro, con errores y aciertos, pero que sean nuestros y no que lo planifique desde afuera. Para esto no endeudaron ilegalmente, ese es el mecanismo de condicionamiento y dominación, que sirven para condicionar y apretar a los gobiernos obligándolos a que adopten las medidas que se ajustan al plan que el poder hegemónico y financiero mundial, por lo que debemos ser claros y exigir que el gobierno cumpla con el compromiso que asumió con el pueblo, ese es nuestro objetivo.
Por eso decimos, estamos en el momento exacto para que el Estado se haga cargo de las vías navegables, han finalizado los contratos de entrega y no hay posibilidad de reclamos o que realicen juicios tribunales buitres, de otros países, por daños y perjuicios o que sancionen al país por incumplimiento de los contratos en la Organización Mundial de Comercio.
POR ESTO AFIRMAMOS SIN DUDARLO: “ESTE ES EL MOMENTO” LA SOCIEDAD ARGENTINA LE EXIGE AL ESTADO NACIONAL:
- DEROGACIÓN DEL DECRETO 949/20.
- Creación de una Empresa Estatal con participación de las provincias, del Organismo Estatal de Vías Navegables y de la Administración General de Puertos SE, como coordinadora de la gestión de puertos públicos y Mientras tanto, reactivación del Organismo Estatal de Vías Navegables.
- Creación de un Ente mixto nacional de control, con participación de las provincias.
- Privilegiar como vía principal al Canal de Magdalena (por sobre el Canal de Punta Indio), y para su pronta concreción, acelerar el proceso de dragado y balizamiento, que debe ser realizado por una empresa estatal como históricamente se realizó.
- Control inteligente a los puertos privados, con organismos del Estado Nacional como AFIP, UIF y SENASA, y los respectivos de los Estados El control inteligente más allá de una inversión relativamente importante al inicio traerá aparejado una mayor recaudación en lo inmediato.
- Derogación del convenio entre el Ministerio de Transporte y la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo), para que ésta última realice un control de transparencia de la licitación, pues eso es DECLINAR SOBERANÍA ante una organización que aboga por la irrestricta libre empresa, favoreciendo a las empresas transnacionales.
- Al término de la concesión no prorrogarla, sino buscar al mejor precio, que se mantengan los trabajos de dragado y balizamiento con las características actuales de profundidad y ancho de la red troncal, la que deberá ser administrada por el estado, exigiendo información veraz y poniendo el control pertinente y HASTA TANTO ESTÉ A PUNTO LA VÍA MÁS NATURAL Y BENEFICIOSA QUE ES EL CANAL DE MAGDALENA, y el punto 6.
- Por ser de interés nacional el RECUPERO DE LOS PUERTOS PARA EL ESTADO NACIONAL y PROVINCIALES, propiciamos la apertura de nuevos puertos como el de Ibicuy (ER), remozamiento y puesta en valor de todos los puertos no sólo los cercanos a Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
- Hacer estudios de impacto ambiental que tengan en cuenta los perjuicios de distinto tipo que puede traer un dragado más profundo para posibilitar buques de mayor calado transitando, así como el impacto a la industria naval local, a los trabajadores que directa o indirectamente se vieran afectados, a los pobladores ribereños y a la flora y fauna nativa.
- Analizar la conducta y funcionamiento del Ministerio de Transporte para verificar las razones de su aparente impericia, falta de celeridad y oscurantismo al mantener en vilo a los argentinos, y desinformados sobre asunto tan importante, y por NO PRESENTARSE a pesar de peticiones de comparecer en el Senado de la Nación, para informar sobre una cuestión de soberanía. No hay ocupación militar y no vamos a ser invadidos porque no renovemos una concesión cuyo plazo legalmente EXPIRA, luego de 25 año. Tampoco vamos a ser enjuiciados en tribunales internacionales de comercio como el CIADI o tribunales neoyorquinos, pues aquí no hay conflicto por incumplimiento contractual, NO HABRÍA LITIGIOS, y nuestro país está en todo su derecho de no renovar dicha concesión y constituir una empresa nacional de dragado.
- Es el momento de recuperar las flotas, fluvial y de marina mercante, pues argentina gasta 5000 millones en flete marítimo y 300 millones en flete fluvial, y hora de renovar el plantel de dragas, buques balizadores y de estudios y buques pesqueros, defendiendo la industria nacional, promoviendo su construcción en astilleros y talleres navales argentinos y por ende potenciar el EMPLEO En tal sentido impulsamos la aprobación de un Fondo para el Desarrollo de la Industria Naval (FODIN), proyecto con estado parlamentario que espera tratamiento.
- Ante la duda que demuestra el Gobierno Nacional sobre la factibilidad de las propuestas de recupero de soberanía sobre ríos y puertos, y por tratarse de un tema de interés nacional y estratégico, es que nuestro movimiento y otros conglomerados políticos y personalidades, solicitamos al Gobierno Nacional se efectúe una consulta popular, establecida en el 40 de la Constitución Nacional y ley reglamentaria, para que el pueblo soberano se exprese en las urnas. Esto no requiere gastos muy grandes al estado porque se podría anexar a las boletas de Paso o definitivas próximas.
(1) Carlos HARTWIG, Ingeniero y militante político
