Por Alfredo Guillermo Bevacqua –
Los medios informativos dieron amplísimo espacio al fallecimiento del cantante Sergio Denis, ocurrido el último jueves, luego de una larga agonía de 14 meses, como resultado de una caída desde el escenario donde actuaba en San Miguel de Tucumán.
Federico, nuestro hijo Down, al escuchar la noticia, reaccionó inmediatamente y nos dijo, “Tenemos que hacer algo porque era amigo de Surco de Esperanza”. Y sí. Es cierto, era un amigo de Surco de Esperanza, porque la institución lo presentó en dos oportunidades en el Auditorio Municipal. A través de estas líneas cumpliremos con lo expresado por Fede; contaremos un gesto que tuviera en su última presentación en Concepción del Uruguay, auspiciada por Surco de Esperanza y que tuviera lugar el 19 de agosto de 2013.
En la última etapa de su vida artística, cuando ya sus cuerdas vocales habían perdido potencia y cristalinidad, suplía esa falencia con su simpatía, con su sonrisa permanente y su humildad. En las dos oportunidades que lo presentó Surco de Esperanza, las localidades en el Auditorio Scelzi se agotaron.
Él no tenía un cachet fijo, sino que el mismo surgía de un porcentaje por la venta de entradas. El costo de la entrada lo fijaba la institución organizadora, se contabilizaba cuantas localidades se habían expendido y se presentaba una rendición de todos los gastos que demandaba la presentación, incluida, publicidad, sonido, lugar, etc. (El dólar cotizaba entonces a $ 5,70).
Es común que los artistas exijan que en el camarín haya café, sándwiches, frutas de la estación y bebidas (Los Pimpinelas, nos exigieron Champagne; Vicentico, wiskhy Jack Daniel, y sándwiches de jamón crudo y tomate con pan de centeno, alguna banda de rock, docenas de botellas de bebidas energizantes). Sergio Denis, solo nos pidió “una botellita de agua sin gas”. En cada una de las presentaciones, lo invitamos a cenar luego de la actuación; lo desechaba, diciendo que “comería algo en el camino con los muchachos” (su hermano representante y la orquesta, compuesta por cinco integrantes), ya que tampoco aceptaba pernoctar en la ciudad.
Esa noche del 19 de agosto, actuó con su voz gastada, lo que no fue óbice para que desatara el delirio del público femenino, absoluta mayoría en el Auditorio. Después se sacó fotos, con todas las que le solicitaron, no abandonó jamás su sonrisa.
En uno de los camarines del Auditorio, al término de la función, llegó el momento de hacer los números y determinar el monto que le correspondía por su actuación de acuerdo a los ingresos y egresos que presentáramos. Esta tarea, la realizábamos con el hermano de Sergio, que era su representante. Se hicieron las cuentas y le correspondían al artista por su actuación una suma aproximada a los $ 25.000.-, los que fueron entregados en el momento. Una vez que Sergio terminó de firmar autógrafos y acceder al pedido de fotografías, emprendieron el regreso, luego de no aceptar la invitación a cenar.
Con otros componentes de la comisión directiva de Surco, nos quedamos juntando algunos elementos y ordenando algunas cosas en el interior del auditorio. Unos veinte minutos después, cuando ya estábamos en la vereda –en la esquina de 8 de Junio y Urquiza-, observamos que volvía el vehículo en el que se habían retirado y prestamente bajó el hermano representante. Nos dijo “me parece que hay una equivocación en los números”. Inmediatamente pensamos “le habremos pagado menos”. Pero nos dijo, “Uds. no incluyeron un gasto, por lo que nos pagaron $ 800.- pesos más de lo que nos correspondía”. Verificamos, tenía razón, y nos devolvió esa suma. Del error nos hubiésemos percatado seguramente al lunes, cuando volviéramos a juntarnos o a hacer el depósito bancario. Si es cierto, hizo lo que correspondía; pero cuando cayéramos en cuenta del error la posibilidad de reclamo era prácticamente nula.
Así de buena persona, así de “buena gente” era Sergio Denis. Contar ese gesto es el “hacer algo” que reclamaba Federico. –
Leyenda de foto: Integrantes de la comunidad educativa de Surco de Esperanza junto a Sergio Denis al término de su actuación.-
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 17/5/2020