Por Camila Montesino Mársico (*)
La agenda de ciencia, tecnología y universidad tomó mayor relevancia entre el segundo cuatrimestre del año pasado y lo que va de este. Con planes de luchas en las diferentes facultades de la provincia, que variaron entre charlas, marchas y toma de facultades, se ha visibilizado el conflicto que atañe al sector. Recientemente los docentes universitarios y universitarias cerraron la negociación paritaria de 2018 y retomaron las medidas de fuerza frente a las negociaciones del 2019.
En agenda está también el recorte presupuestario para Universidades y el sistema de ciencia y tecnología. El fuerte ajuste en el Conicet llevó al organismo a su funcionamiento mínimo este año, lo que genera que muchos investigadores y científicos y científicas tengan que cambiar de empleo y, en los casos más radicales, abandonar el país.
Reducción en becas
Los y las estudiantes universitarios de la provincia de Entre Ríos no quedan por fuera de las consecuencias que se están viviendo debido a los brutales aumentos del costo de vida y achique del gasto público impulsados por el Gobierno Nacional. La modificación de los programas de Becas Nacionales gestadas por el gabinete nacional ha significado para el sector estudiantil una reducción de los montos con que se contaba para los gastos en general. Teniendo en cuenta que se congeló el presupuesto destinado Becas, el antes llamado ‘Programa de respaldo a estudiantes de Argentina’ “ Progresar” no tuvo actualizaciones mensuales, se dieron de baja sin razón beneficiarios o beneficiarias, y pasó de doce cuotas divididas en los meses de año, a cobrarse sólo diez.
La meritocracia
Al plan de becas del gobierno se le sumó una perspectiva meritocrática signada por un sistema de premios y castigos, ya que si un estudiante no cumple con un determinado número de materias del año, puede dejar de tener el beneficio. Por lo cual, se desconocen los diversos recorridos que hacen los y las jóvenes de nuestra provincia a la hora de hacer una carrera universitaria, sobre todo si deben trabajar o deciden cursar materias de diferentes años en un mismo cuatrimestre. Al mismo tiempo, se incrementaron los requisitos para mantenerla, por ejemplo, se volvió incompatible ser beneficiario de Progresar y recibir algún otro tipo de ayuda o becas por parte de otras instituciones educativas, como las que otorgan las Universidades. Los y las estudiantes que tienen becas de extensión o investigación debieron optar por una sóla, limitando los recorridos formativos y achicando los ingresos.
Los alquileres
La falta de regulación del mercado inmobiliario fue otro golpe al sector, hoy muchos y muchas eligen una carrera que se encuentre en su ciudad ya que no pueden afrontar los gastos de alquiler. Otros viven juntos, de a tres, cuatro o hasta cinco estudiantes para afrontar los montos que van desde alquiler, pasando por expensas, luz, agua, gas, internet, entre otros. La pensiones o residencias universitarias reciben más consultas ya que muchas veces ofrecen un servicio más barato. Cabe destacar que nuestra provincia tiene casas que alojan a estudiantes, gestionadas entre los gobiernos municipales y el provincial, éstas son opciones viables para muchos y muchas.
Viviendas para estudiantes
Desde la Universidad Nacional de Entre Ríos se pueden ver proyectos de viviendas destinados a alojar a jóvenes estudiantes en distintos puntos de la provincia, sobre el tema, el Rector Andrés Sabella manifestó que “para la UNER y para la universidad pública, en un contexto socioeconómico difícil, atender temas que tienen que ver con el bienestar estudiantil es una prioridad (…) Sabemos que nuestros gurises entrerrianos deben sortear la difícil decisión de buscar donde vivir durante el cursado. El 50 por ciento de esos estudiantes son del interior y la cuestión de la residencia es prioritaria”.
Y además ¡la inflación!
Por otro lado, no es algo novedoso decir que los números de la inflación repercuten en la canasta básica de alimentos, por lo que cada vez es más difícil llenar la heladera. El indec registró que en marzo la Canasta Básica subió un 4.7% desde febrero y, con respecto al mismo mes en 2018, la medida interanual marca un aumento de 64.2%. Frente a esta situación muchos estudiantes eligen los comedores universitarios. En algunas ciudades de nuestra provincia se cuenta con este derecho, como por ejemplo en Paraná, Oro Verde o Concepción del Uruguay. El precio del plato varía de acuerdo a las ciudades, pero sigue siendo una opción muy elegida para alimentarse todos los días. En el caso de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) esta opción se vuelve viable siempre y cuando haya convenios con los comedores que pertenecen a UNER, como es el caso de Paraná, donde concurren de lunes a viernes más de 200 estudiantes aproximadamente.
Transporte
El transporte es otro problema a la hora de llegar a fin de mes. En los últimos meses las empresas de transporte de pasajeros de larga distancia dejaron de cumplir con el art.3 de la Resolución Nacional n° 103/72, que fija un descuento del 20% del pasaje a estudiantes universitarios y secundarios. Sumado a esto, a principios de año el gobierno nacional recortó los subsidios al transporte en casi un 83% para nuestra provincia, lo que significó un aumento en las tarifas de colectivos urbanos, utilizados por los y las estudiantes para ir desde sus hogares hasta los espacios educativos y viceversa. La realidad es que algunos optan por acotar el tiempo de estudio y usarlo para dirigirse caminando, usar la bici o incluso cursar sólo dos o tres días a la semana para achicar este gasto.
Ni para fotocopias…
Por último, también se produjeron cambios de acuerdo a determinados materiales de estudio utilizados, los objetos de librería o los apuntes no son tan accesibles como antes. La Dirección de Seguimiento de Precios de Entre Ríos registró un aumento del 40,39% en artículos de librería a principios del 2019. Muchos estudiantes pasaron de comprar libros a sacar fotocopias y de sacar fotocopias a leer de manera digital. Lo que parece un cambio amigable con el ambiente es en realidad un ajuste forzoso que los lleva a estar excesivas horas frente a las pantallas. Es un panorama de aniquilamiento de las políticas educativas, económicas y culturales gestadas y llevadas a cabo en los 12 años del gobierno anterior, que se orientaban a garantizar que los jóvenes accedan a los estudios superiores.
Un compromiso: defender la educación pública
Frente a esto nos encontramos con políticas macristas que vulneran el derecho al ingreso, permanencia y egreso a la universidad. Dejando la responsabilidad a los gobiernos provinciales y las universidades, en caso de que se lo propongan, de cubrir el desfinanciamiento y poner un freno a la embestida mercantil en educación. Se trata de un plan sistemático que busca la expulsión de los sectores populares de los recorridos que ofrece la educación superior, un modelo que refuerza y reproduce la fragmentación educativa. Cabe destacar que desde el sector estudiantil, y el educativo en general, se siguen organizando para defender la educación pública y gratuita de diversas maneras, en las distintas ciudades y en conjunto con otros sectores también en lucha.
(*) Estudiante de la Facultad de Ciencias de la Educación de UNER en Paraná.