[box title=»LA MUJER Y LA POLÍTICA – Por Jorge Bonvín» type=»whitestroke» pb_margin_bottom=»no» width=»1/1″ el_position=»first last»]
“Para liberarse, la mujer debe sentirse libre, no para rivalizar
con los hombres, sino libres en sus capacidades y personalidad.”Indira Ghandi
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Desde que nuestro país volvió a la democracia en 1983, el Concejo Deliberante de nuestra ciudad siempre tuvo la presencia de mujeres. En el primer Concejo solo hubo una, pero luego con las nuevas elecciones las mujeres se fueron incorporando, hasta llegar a la actual gestión que se iniciara el 10 de diciembre pasado, donde las mujeres son casi el 50% de los integrantes de Concejo, 6 sobre 13 concejales (ver infografía). Si bien hubo una ley de cupos y de lugares que ayudó a que esto ocurra es evidente que las mujeres en política, han superado ampliamente esa ley para ocupar puestos que le corresponden por su lucha y participación. Sin embargo, un estudio realizado por el diario La Calle el año pasado determinó que solo ocho calles llevan el nombre de una mujer en nuestra ciudad.
Esta serie de notas apunta a que cada una de ellas expresen su pensamiento sobre su trabajo, el Concejo, la Municipalidad y la ciudad, porque a lo largo de estos primeros meses, han demostrado que no han llegado para ser una figura decorativa, sino que están siempre en las primeras líneas de trabajo y discusión de los temas que hacen a nuestra ciudad.
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La resolución de la Asamblea de Naciones Unidas sobre la participación de la mujer que se aprobara en el año 2.011 dice claramente que “las mujeres siguen estando marginadas en gran medida de la esfera política en todo el mundo, a menudo como resultado de leyes, prácticas, actitudes y estereotipos de género discriminatorios, bajos niveles de educación, falta de acceso a servicios de atención sanitaria, y debido a que la pobreza las afecta de manera desproporcionada”. Sin embargo, si vemos la historia de nuestro país, las mujeres siempre estuvieron presentes ya desde la lucha por nuestra Independencia. La que más se recuerda por su bravura es Juana Azurduy, a quien tan bien inmortalizaron Felix Luna y Ariel Ramírez en su obra Mujeres Argentinas, a las que le puso la voz la inigualable Mercedes Sosa, pero hubo en cada mujer una patriota dispuesta a dar la vida por ser libres. Podemos mencionar entre otras a Juana Moro y Martina Silva de Gurruchaga, acompañando a Belgrano o María Magdalena Dámasa Güemes, hermana del caudillo salteño. Más acá en las luchas intestinas también está nuestra Delfina, fiel compañera de Pancho Ramírez.
En la política hubo destacadísimas mujeres que lucharon incansablemente por la justicia social, como lo fue Eva Perón, impulsora nada menos que del voto femenino o Alicia Moreau de Justo, en su lucha por unir a las mujeres para mejorar su situación.-
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Pero pese a la grandeza de estas mujeres, siempre estuvieron detrás de un hombre. Hubo una frase que fue creada para elogiar y resaltar el trabajo de la mujer, sin embargo la estigmatizó, “detrás de un gran hombre, hay una gran mujer” y esta frase que se hizo tan popular y tan repetida, puso a la mujer “detrás”, cuando la realidad era que estaba a su lado para ser libres en sus capacidades y personalidad, como dice Indira Ghandi.-
Fue esta líder precisamente a quien puede considerarse como la primera mujer que llega al poder, en 1966 ya casi terminando el siglo XX, lo hace como Primer Ministra de la India, cargo que fue interrumpido por su asesinato en manos de sus guardaespaldas. Después en todo el mundo la mujer empieza a disputar los máximos cargos, ocurre aquí el América donde los países más importantes tuvieron presidentas como Cristina Kirschner, Dilma Rousseff y Michelle Bachellet. En un momento el mundo tuvo 19 presidentas mujeres y estamos en víspera de que la potencia mundial también sea conducida por una mujer con Hillary Clinton.-
Aquí damos comienzo a nuestra serie de entrevistas:
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HOY: LAURA MARIANELA MARCLAY
Concejal por el Frente para la Victoria
Laura Marianela Marclay cursó sus estudios primarios en la Escuela Nº 109 “Juan José Millán”, el secundario en el Colegio Nacional “Justo José de Urquiza” y se recibió de Técnica Superior en Recursos Humanos y Relaciones Laborales en el Instituto de Seguridad Argentino.
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Desde el regreso de la democracia siempre, por lo menos una mujer, ocupó un escaño en el Concejo Deliberante.- En este caso se da un hecho muy importante que de 13 concejales, casi el 50% (6) son mujeres, lo que está indicando que día a día se incrementa el número de mujeres que actúan en todos los órdenes de la vida de la ciudad. ¿Cuál es vuestro pensamiento al respecto? Y como es su llegada a la política?
L.M.M: Esto está marcando una tendencia que viene desde hace tiempo, teniendo en cuenta que hay mujeres que han ocupado lugares importantes como ha ocurrido con Dilma Rouseff en Brasil, la presidenta Cristina en nuestro país, Michel Bachellet en Chile o la primera ministra de Alemania, entonces creo que es una tendencia que se va incrementando, si bien está siendo lenta porque a la mujer todavía le cuesta ocupar lugares importantes, le está costando llegar a lugares estratégicos pero de a poco está arribando. Entonces en nuestro Concejo Deliberante se ha dado esto de seis mujeres, por lo que decíamos, la tendencia de la mujer de ir ocupando espacios conquistados.-
Con respecto a la llegada de la mujer a la política cuesta, como a la mujer le sucede en todos los ámbitos de la sociedad, como ocurre por ejemplo con un trabajo, pero la política es uno de los lugares más duros para que una mujer pueda permanecer allí, teniendo en cuenta que nosotros tenemos una sociedad machista y patriarcal. Nuestra constitución social es patriarcal y sobre todo en la política son los hombres los que ocupan los puestos y la mujer siempre se ha encolumnado detrás del hombre, por lo general ha sido eso, encolumnarse detrás del hombre, todavía le cuesta llegar a pesar de que anteriormente he mencionado estas mujeres brillantes, tiene que hacer un gran esfuerzo para llegar. Es como si tiene que hacer el doble de esfuerzo para llegar, dentro de todos los ámbitos sociales y mayormente en la política.
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Hay una sensación de que cuesta aceptar el liderazgo femenino. ¿Cómo las tratan a Uds. cuando les toca participar en acciones en distintos lugares y con distintos estamentos de nuestra sociedad? Considera que la mujer le da una impronta distinta a la política que los hombres?
L.M.M.: – Al hombre le cuesta reconocer el liderazgo femenino, cuando una mujer es líder le molesta, le hace ruido pero tiene que ver con la concepción social de que hablábamos antes, ya desde chico nos han creado así, los hombres son superhéroes y las mujeres son princesas. Así nos crían y después de grandes ver una mujer que se para delante de un hombre, tiene una impronta de líder o de conducción es como que produce un rechazo no solo de los hombres sino de la sociedad en general, donde también están incluidas las propias mujeres. Pero a mi me parece que esto de a poco se está ablandando, si bien decíamos recién que la política es uno de los lugares más duros que le ha tocado arribar a la mujer poco a poco está cambiando, por las acciones que llevan adelante las mujeres. Por ahí el que toma las decisiones es el hombre, pero la que tracciona, el motor es la mujer. En los lugares donde nos toca actuar, en el contacto con la sociedad, cuando uno baja a un barrio, por lo general siempre somos recibidas por mujeres y en ese caso somos las mujeres las que estamos más abiertas a escuchar, a contestar, a recibir cuestionamientos desde un buen lugar. Cuando uno va y pregunta algo, siempre la mujer es más abierta. Entonces yo creo que lo que es el contacto y el diálogo siempre es la mujer la que le imprime una impronta más social y llana.
Ha habido intentos desde la política de una mejor distribución equitativa de los puestos. José Rodríguez Zapatero, por ejemplo, en España fue el primero en proponer que sea en un 50 y 50. En nuestro país también rige una ley de cupos y de orden en las listas. ¿Cuál es su pensamiento acerca de la existencia de cupos?
L.M.M.:– En cuanto esto de Zapatero del 50 y el 50 fue una buena iniciativa, ya que el 50% de los lugares eran ocupados por mujeres, pero aún así estas mujeres se quejaban de no tener voz en el Parlamente, como que los hombres nos las dejaban hablar, pero sobre todo nos les daban el lugar para presidir las comisiones que integraban, entonces fue una buena iniciativa pero siempre se está marcando esto de que sigue costando a pesar de que haya políticas de estado que estén tratando, en cierta manera, de borrar esta marca masculina en los poderes.
En nuestro país la ley establece que el 30% de los cupos en las listas de cargos electivos tienen que ser ocupados por mujeres. Es verdad que en América Latina, Argentina es uno de los países líderes en políticas de igualdad de género. Mi pensamiento acerca de esa ley es que ojalá algún día no tenga que existir esta ley, que sea natural que la mujer ocupe el lugar naturalmente y no por una ley. Creo que esto es a lo que tenemos que apuntar, a una liberación total, que no sea femenino o masculino, sino que sea la persona que ocupe la banca sin importar el sexo.
Una muestra de lo que ocurre es que el 50% de las personas que egresan de las universidades son mujeres, pero de esas mujeres solo el 2% llega a ocupar cargos ejecutivos en empresas privadas y menos del 8% de esas mujeres ocupa cargos dentro de los poderes públicos. Entonces a pesar de que las mujeres se reciben en las universidades, en muchos casos con notas brillantes, siempre en los lugares importantes públicos o privados, a la mujer le cuesta llegar.
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Rosa Montero inicia su libro “Dictadoras” diciendo que una profesora universitaria argelina le dijo “que el nivel de libertad y civilización de un pueblo podía medirse de una manera muy precisa a través del papel que desempeña la mujer en la sociedad”, incluso en el marco de Naciones Unidas en el año 2.000, 191 estados firmaron los Objetivos del Desarrollo del Milenio donde el punto 5º se refería a la discriminación contra la mujer. Hoy a 15 años de los Objetivos del Milenio, cuál es su visión acerca de esos avances, sobre todo en nuestro país?
L.M.M.:- La mujer tiene que luchar con esto todos los días de su vida y es discriminada por la propia mujer porque si bien ha ocupado el mercado laboral, tiene que esforzarse el doble para poder obtener el mismo reconocimiento que el hombre, también está estudiado que una mujer en el mercado laboral por el mismo trabajo cobra entre un 15 y un 30% menos. Además hay que tener en cuenta que la mujer tiene que cumplir una jornada laboral doble, que significa esto, que la mujer además de realizar la labor en su trabajo, cuando vuelve a su casa tiene que tomar su rol de motor de familia siendo madre, ama de casa. La mujer en su trabajo es tomado no como un sujeto, sino como un objeto de deseo y no se la califica por su capacidad sino por su belleza y eso es un acto importante de discriminación y de violencia de género.-
Con respecto a lo que ocurre en nuestro país ya señalé más arriba que es líder en América Latina y que más avanzado está en la materia de igualdad de género, sin embargo cuando hablamos de violencia de género nos seguimos encontrando con un vacío en cuanto a las medidas que se tienen en cuenta a la hora de proteger a la mujer. Si bien se está generando un cambio, siempre ese cambio siempre es lento ante la realidad de lo que se vive, me refiero al cambio en cuanto a la concepción de la violencia de género, a aceptar que la mujer puede trabajar, ser madre. Hay una conciencia colectiva en cuanto a eso pero es difícil sacar una idea tan arraigada en nuestra sociedad como la discriminación y la violencia. Esto a pesar de los esfuerzos y de los medios de comunicación masiva que constantemente pregonan contra la violencia o esto de tomar a la mujer como un objeto de belleza o no o de burla. Yo creo que la liberación total del hombre, como especie, se va a llevar a cabo cuando la mujer pueda liberarse. No existe un crecimiento como humanidad si no se le da, si no se le respeta a la mujer como persona.
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¿Qué evaluación hacen del funcionamiento del Concejo en estos primeros meses?
L.M.M.: – El Concejo Deliberante en estos seis meses ha atravesado un proceso de adaptación. Los primeros meses fueron de desconocimiento, luego de reconocimiento de lo que es el terreno, la materia, este trabajo nuevo de lo que significa ser concejal que para la mayoría fue nuevo, fue un período de adaptación donde cada uno tuvo que encontrar su lugar, el rol que va a ocupar dentro del Concejo Deliberante. Ahora estamos en la etapa en que hemos encontrado nuestro lugar y nuestro rol como concejales nos queda trabajar lo mejor que podamos por nuestra ciudad.
¿Con que Concepción del Uruguay sueñan?
L.M.M.: – Cuando sueño mi ciudad no me puedo sacar de la cabeza que hay gente con hambre, tenemos que reconocer los errores que tuvimos, hay gente que está en situación de calle, que tiene problemas habitacionales. Entonces, sueño con que los chicos no estén en la calle, sueño con que podamos arreglar la problemática alimentaria, sobre todo los niños, con las mejoras habitacionales que puedan tener agua y cloacas. Estas son las cosas urgentes que tenemos que resolver como sociedad. Y hablando más de lo macro sueño con una ciudad turística y una ciudad universitaria de la cual los uruguayense nos sintamos orgullosos.
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