Por Alfredo Guillermo Bevacqua –
El Interior seguirá perdiendo ante la capital y el conurbano
Claudio Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino anunció una reestructuración de los torneos de ascenso “para devolver protagonismo al interior”. Lo dijo, luego de anunciar un incremento del 15 % mensual en la suma que perciben los clubes del ascenso argentino.
La Constitución Nacional dice que la República Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana federal. Es decir, es federal porque los estados provinciales conservan su autonomía, pese a estar reunidos bajo un gobierno común.
El federalismo del gobierno está puesto muy en dudas (si no bastaría recordar todo lo que pasó en diciembre con el que paquete de leyes que votaron quienes debían defender el federalismo) y el vasto territorio nacional es una expresión sólida, contundente, plena de vida del unitarismo.
Una manifestación evidente se da en el fútbol. Una entidad civil que desde Buenos Aires asume la representación internacional y rige los destinos del fútbol desde la Quiaca a Ushuaia, y desde Bariloche a Concepción del Uruguay.
En 1967 se dio participación a cuatro clubes del interior en un torneo oficial de AFA; en 1986 se implementó el Campeonato Nacional B, como segunda categoría del fútbol argentino. Han pasado 31 años y sesenta campeonatos de primera división. Ninguno de esos torneos ha tenido como ganador a un club que no fuera “un directamente afiliado”, según la terminante forma de establecer una clara diferenciación de quienes estuvieron ligados a la Asociación del Fútbol Argentino, desde la capital federal, el conurbano bonaerense, Rosario o La Plata. Los que estuvieron mas cerca fueron Talleres y Racing de Córdoba en 1978 y 1980, respectivamente. El periodista Santiago Menichelli, en su libro “Los dueños del fútbol del interior” dice “…la desigualdad con los de Buenos Aires siempre ha sido de tal calibre que el desembarco de varios de ellos en Primera División –en los viejos Nacionales o en los torneos cortos- ha tenido sabor a hazaña… Otros han despertado simpatía por su humildad o –aunque duela decirlo- lástima por la forma en que desaparecieron del mapa futbolístico alumbrado por los medios nacionales.”
Julio Humberto Grondona se jactó en su gobierno de tres décadas y media de haber federalizado el fútbol argentino. Para don Julio, quien de “representativo, republicano y federal” tenía muy poco, organizar un campeonato en el que participaran equipos del interior, que un presidente de algunos de esos clubes encabezara la representación afista en un amistoso de la selección en el exterior y darle a esos clubes participantes, veinte entradas para un cotejo de eliminatorios, era “federalizar el fútbol”.
Luego de tres décadas parece imponerse la necesidad de una reformulación de la estructura deportiva, ya que ha quedado demostrado en este parpadeo de la historia, que el fútbol argentino está condenado al mas brutal unitarismo, a la mas exagerada desigualdad. De aplicarse el coeficiente de Corrado Gini, el valor uno, sería el valor absoluto.
CAMBIOS
En marzo se anunciaría una reestructuración total para el fútbol de ascenso. «Queremos que las provincias recuperen sus ligas», declaró el presidente afista «Chiqui» Tapia.
O sea que la B Nacional estaría transitando su último torneo con esta modalidad, con el objetivo que las ligas provinciales recuperen protagonismo.
“Queremos hacer de este un producto mucho más atractivo, y poder ayudar a los clubes en lo económico”, expresó en el sitio oficial de la propia Asociación.
Cómo sería
Según ha trascendido la estructura que piensan los popes de la AFA sería más o menos así: una nueva Segunda Categoría con dos zonas de competencia (Metropolitana y Federal), algunos dicen de unos 40 equipos cada una, donde desde allí en 2020 surgirán los 4 ascensos a la Superliga (2 por zona).
Por ahora el premio será menor, porque un ascenso por zona seguirá la regla actual hasta lograr los 22 equipos participantes de la primera división con cuatro descensos por año.
El ascenso entero pasará por una transformación sólo vivida allá por la década de los 80.
Entonces quedarán, otra vez y como fue hasta antes de la creación de la B Nacional, los equipos de la región metropolitana (directamente afiliados a la AFA) compitiendo por un lado y por otro el mundo entero del fútbol federal en su enorme magnitud (más de 3.000 clubes en más de 200 ligas) y extensión.
Para lograr esos 40 participantes por zona (es una opción, la otra es la de dos zonas de sólo 20 equipos cada una) inevitablemente se unirán campeonatos.
En este momento son 13 los equipos del interior en la B Nacional y para completar se sumarán 27 equipos del Federal A, seguramente los mejores clasificados de los 39 que hoy participan, si se suma algún descenso de Superliga (de los posibles descendidos hoy Olimpo es de la zona Federal) los clasificados del Federal A serán menos.
Tras esta modificación, la tercera categoría en el fútbol argentino será una suerte de Federal C actual, a la cual accederán los campeones de las ligas tras jugar liguillas y solo algunos equipos participantes del Federal B actual que logren torcer el rumbo de la caída al abismo de las ligas tras una invitación especial al nuevo torneo.
Con esta nueva estructura, sin dudas el fútbol del interior quedará otra vez en desventaja ante los equipos de la zona metropolitana (en total entre las tres categorías B, C y D compiten 56), que tendrán que luchar más para llegar a la élite del fútbol argentino.
La categoría privilegiada: la B Metropolitana
¿Cuál protagonismo?
El presidente habla de la recuperación del protagonismo de las ligas del interior. Si se mira con atención y se toma nota de las cifras que recibirán en este año los clubes participantes, se advierte que se apunta a la recuperación de otros actores, que tuvieron en su momento un rol protagnónico: los equipos de la primera B Metropolitana.
Debe tenerse en cuenta que las instituciones del interior ocuparon el espacio deportivo en el que se destacaban “los clubes chicos” de ciudades del conurbano, tan o mas pobladas que la mayoría de las provincias argentinas.
Es cierto también que muchas de las importantes instituciones del interior que accedieron a la élite del fútbol argentino, tuvieron un instante de gloria, que alcanzó la fugacidad de un relámpago, y que luego han desaparecido de la escena como los casos de Loma Negra de Olavarría, Mandiyú de Corrientes, San Lorenzo y Kimberley de Mar del Plata, Chaco For Ever, Huracán de Tres Arroyos, Gimnasia y Tiro de Salta, Sportivo Desamparados de San Juan, Juventud Antoniana de Salta.
La primera mitad de las tres décadas de Nacional B los participantes tuvieron una ayuda importante por parte de AFA, quien abonaba los viajes; en los primeros años, se cubrían los traslados en avión. Posteriormente los viajes que no superaran los mil kilómetros se cubrían en transporte automotor, y solo los de mas de mil kilómetros se autorizaban en avión.
Luego comenzó a abonarse una suma mensual para todos los clubes del ascenso, y es aquí donde se establece la gran diferencia y se acentúa el tratamiento desigual. El presidente de AFA que ha llegado a ese lugar gracias al apoyo de las instituciones asentadas en el conurbano y que participan de la B Nacional, la B Metropolitana, la C y la D, ha anunciado un incremento del 15 % en la ayuda mensual. Seguidamente se enumeran los montos a percibir en cada categoría.
Las cifras
- Cada participante de la B Nacional cobrará mensualmente $ 1.509.347 (antes $ 1.309.547);
- Cada participante de la B Metropolitana $ 746.949 (antes $ 648.000.-);
- Cada participante de la Primera C $ 270.481 (antes $ 234.650);
- Cada participante de la Primera D $ 108.192 (antes $ 93.860);
- Cada participante del Federal A $ 251.547 (antes $ 218.224).
Los grandes beneficiados
La comparación de las cifras que percibirán los participantes de la Be Metropolitana y la Primera C es superior a la que recibirán los clubes del Federal A.
De los 18 participantes en la B Metro, siete clubes son de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y allí poseen sus estadios; es decir que para disputar 13 de los 34 partidos del torneo no traspasan los límites de la Avenida General Paz; otros 10 son del conurbano bonaerense y uno de Berisso, en cercanías de La Plata.
La distancia mayor la debe recorrer Platense, desde Vicente López, cuando se enfrenta a Villa San Carlos, de Berisso, o viceversa, 66 km; mientras que UAI Urquiza, actual puntero de la B Metro, desde Villa Lynch a Berisso o viceversa, 83 km.
Es decir, los equipos del Federal A, que deben recorrer grandes distancias –a veces de 1.000 km. (el caso de Gimnasia para enfrentar a un equipo santiagueño) – reciben solo el 33 % de lo que perciben quienes tienen su compromiso mas lejano a 90 kilómetros.
Los equipos de la C, son también en su gran mayoría de capital o conurbano, con las excepciones de Lujan, a 60 km., Central Córdoba de Rosario, a 300 km o Defensores Unidos de Zárate a 90 km. Perciben estos clubes $ 20.000.- mensuales mas que los del Federal A.
El presidente afista por mas que lo intente no confundirá con su discurso a quienes conocen la realidad del fútbol argentino; si son ciertas las versiones de los cambios que se propugna, los únicos que ganan protagonismo y que resultan favorecidos, son los clubes de la B Metropolitana, categoría en la que milita precisamente el equipo que lanzó al estrellato dirigencial a “Chiqui” Tapia.
Y esta afirmación surge de de números contundentes: la diferencia abismal entre lo que perciben los participantes de la B Metropolitana y el Federal A, es una de esas contundencias irrebatible, la otra es deportiva: cuando se reanuden los torneos, en los diez primeros puestos en la tabla de posiciones de la B Nacional habrá ocho equipos del interior y solo dos, directamente afiliados y en primera división, de los cuatro que están en zona de descenso, tres son “directamente afiliados” y solo uno del interior.
Y ahí se explica la división entre zona Metropolitana y el Interior. La estructura actual no asegura ascenso a los clubes de capital o el conurbano; en la nueva competencia, pomposamente, se dice que habrá cuatro ascensos, dos para la zona Metropolitana y dos para la zona del interior.
Es decir, Barraca Central, el club cuyo estadio lleva el nombre del actual presidente de AFA, no necesitará viajar a Jujuy o a Puerto Madryn si quiere ascender a la élite del fútbol argentino; Vicente López o Berisso serán sus destinos mas lejanos
En definitiva, no puede negarse la necesidad de una reestructuración de los torneos que organiza AFA, en especial los del ascenso, pero lo que se anuncia acentúa el centralismo porteño y no soluciona los problemas del fútbol del interior, que no se limitan a ascender o descender de categoría y que deben buscarse si, en una brutal desigualdad, que ha llevado a muchos clubes a codearse fugazmente con los grandes, pero a un costo tan elevado que hoy languidecen en un presente de penumbras.
Mucho tiene que ver lo que dice Sangiago Menichelli, en el libro citado: “La mayor parte del dinero utilizado por los clubes para participar de los campeonatos federal no tiene nada que ver con el fútbol. No lo consiguieron vendiendo entradas de partidos, no es propio de la transferencia de jugadores, no tiene que ver con los derechos de televisación, no llegó por sponsor de empresas que buscaban ampliar su clientela y mucho menos por la cobranza de cuotas sociales. Tampoco se trata de gerenciamiento o cooperativas. La plata propia del fútbol prácticamente no existe. `NO hay recursos genuinos para participar de torneos nacionales. Que sigan participando tantos clubes es una farsa total´, asegura Roberto Giubetich, itendente de Río Gallegos, viejo rival político de Néstor Kirchner y que fuera presidente del club mas importante de la capital santacruceña.”
Esta nueve estructura acentuará el centralismo sobre un interior que alguna vez supo estar unirse para reclamar un lugar que le correspondía, pero fue contemporáneo a un equipazo de Talleres, apareció la Resolucion 1309 y nunca mas el interior se mostró unido. Es una historia que alguna vez contamos.