La Cancillería subrayó que el inicio del reclamo tras una serie de medidas antidumping a los tubos de acero locales busca defender «los intereses de las exportaciones argentinas».
Previo a la aplicación de las medidas antidumping, Argentina explotaba estas manufacturas de acero a través de una cuota ?impuesta en 2018- que permitía al país exportar en un volumen que no le causaba daño al mercado estadounidense, argumentó Cancillería.
De acuerdo con los cálculos oficiales, las medidas antidumping generarían un prejuicio de US$ 1.000 millones durante los cinco años de su vigencia debido a las pérdidas de exportaciones.
«Esta medida no ha servido para aliviar el supuesto daño a la industria de Estados Unidos y simplemente ha facilitado el reemplazo de los tubos de origen argentino en ese mercado por el de otros orígenes a un precio aún menor», cuestionó el Gobierno.
Actualmente, el mercado estadounidense sólo se encuentra abierto a las barras de acero nacionales, un producto semielaborado de un valor mucho menor al de los tubos.
El Departamento de Comercio estadounidense autorizó en febrero último la importación de una cuota anual de 200.000 toneladas de ese producto con un arancel de importación del 35%, tras gestiones de Cancillería.
Estados Unidos también investigó las importaciones procedentes de Rusia y México, a las cuales también terminó aplicando una tasa, del 184,21% y 12,01% (según las firmas) en el caso de Rusia, y de 44,93% para México.
Las medidas tomadas por Estados Unidos serían incompatibles con las disposiciones del Acuerdo Antidumping de la OMC de 1994, al igual que el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercios (GATT) en sus modificaciones de ese año, pues según el reclamo argentino- Estados Unidos acumuló, al realizar el análisis por dumping, las importaciones procedentes del país con otras de fuentes que no eran objetivo de una investigación como, por ejemplo, las provenientes de Corea del Sur, sin examinar «debidamente» si correspondía, según consta en los documentos publicados por la OMC.
La Comisión de Comercio Internacional (Usitic) tampoco probó debidamente si las exportaciones argentinas tuvieron una «repercusión sustancial» o una «relación causal» con «cualquier pérdida de ventas o de ingresos» que sucedió en el mercado local.
El organismo «no demostró que las importaciones investigadas causen el supuesto daño a la rama de producción nacional», subraya el documento.
Tras la presentación de la Argentina, el sistema de solución por diferencias prevé un periodo de 60 días para que ambos países puedan negociar.
En caso de que no se alcance una solución satisfactoria, podrán reclamar que la OMC abra un panel para dirimir el contrapunto.
Fuente: Ámbito