Las consecuencias del impacto de la pandemia por el Covid-19 en el mercado laboral que se visibilizan cada día en las calles comienzan a reflejarse en las estadísticas oficiales. El empleo privado experimenta una inevitable sangría, pese a las medidas económicas dispuestas por el Estado nacional, que incluyen desde pagos de salarios a trabajadores, ayudas a empresas y pymes, hasta la prohibición para despidos.
Al cabo del primer mes de la cuarentena, Entre Ríos había perdido 1.100 puestos de trabajo registrados, y en el país tuvieron el mismo destino 128.300 empleos. Ese número, que no es una encuesta sino datos reales procedentes del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social sobre la base del Sistema de Información Previsional de la AFIP, expone la realidad de esos hogares que en medio de una crisis inédita e histórica perdieron su fuente de ingresos para vivir, y se enfrentan a una dura, e imprevisible aún, posibilidad de resinsertarse en el ámbito laboral.
Esa realidad, lamentablemente, tenderá a agravarse con el paso de los meses producto de la prolongación de las consecuencias del coronavirus. Está claro que la pérdida de empleos no es una realidad solo de la economía argentina, sino en todo el mundo, e incluso aún más en aquellos países que apostaron a cuarentenas light, tratando infructuosamente de preservar la economía, sacrificando la salud pública.
Sin embargo, el problema del trabajo y la economía en Argentina viene de arrastre, y por eso el país no ha podido crecer en los últimos 10 años. En Entre Ríos se reflejó esa misma situación.
Durante la última década tuvo rebotes y caídas, pero nunca pudo superar el nivel de empleo privado registrado hace más de una década. Así queda a la vista en los registros de la AFIP: en octubre de 2009, casi 11 años atrás, en la provincia había 132.000 trabajadores registrados en el sector privado; los 127.700 actuales demuestran que hay menos aún que en esa época.
Entre medio de esos registros, se alcanzaron picos como 144.100 empleos privados en blanco, en octubre de 2015, o 144.900 en ocubre de 2016.
Y desde junio de 2018, a partir de la catrástrofre devaluatoria del gobierno de Macri, comenzó un proceso de retrocesos en el mercado laboral.
Desde entonces en la provincia en dos años se perdieron 15.000 puestos de trabajo registrados: había, al promediar 2018, 142.000 trabajadores privados.
Tal realidad agrava las condiciones de vida y de dignidad de miles de familias entrerrianas, pero además constituye una drástica y triste escena de falta de oportunidades, no solo para los que son expulsados del mercado laboral, sino para los miles de jóvenes que año a año se suman a los índices de desempleados. Por eso son los más afectados en los últimos años por la falta de generación de empleo.
El ritmo de incorporación de nueva mano de obra a la fuerza del trabajo supera las bajas por jubilaciones u otras razones.
Los acontecimientos en curso, con la pandemia en pleno desarrollo y una incertidumbre generalizada sobre el futuro en todos los ámbitos y actividades, hacen prever que el proceso de pérdida de puestos de trabajo persista.
Tres rubros con intensa demanda de mano de obra en la provincia están gravamente afectados.
La construcción ha sufrido un alto impacto, y si bien ha sido una de las primeras actividades en flexibilizarse, aún no alcanza niveles normales, tanto en obra pública como en la privada.
El comercio tras su reapertura mantiene niveles de ventas muy por debajo de los habituales, que en algunos casos ni siquiera alcanzan a cubrir los costos operativos.
Y el turismo, en todas sus variantes, permanece sin panorama para su reactivación.
Otros datos
El último informe del mercado laboral con datos de AFIP y del Ministerio de Trabajo dan cuenta de que en abril se contabilizan 5.805.000 asalariados del sector privado en todo el país, 321.800 menos que en el mismo mes del año anterior (-5,3%). En tanto que respecto de marzo, se perdieron 128.300 puestos laborales, en lo que fue el primer mes de la cuarentena, en su modalidad más estricta.
La retracción del empleo asalariado registrado, en la comparación interanual, mostró las mayores caídas en San Juan (-10,7%), Tierra del Fuego (-8,3%), Mendoza (-8,3%), San Luis (-6,9%), Misiones (-6,4%), Catamarca (-6,1%) y CABA (-6,0%). En Córdoba fue de -5,3%), y en Santa Fe (-4,9%).
En la comparación mensual, las caídas más importantes se observaron en Catamarca (-5,5%), La Rioja (-5,5%, Mendoza (-4,6%), San Juan (-4,1%), Tierra Del Fuego (-3,8%), Neuquén (-3,6%) y Formosa (-2,9%). En CABA (-2,1%), Buenos Aires (-1,7%), Santa Fe (-1,7%) y Córdoba (-1,7%).
Fuente: unoentrerios