El año pasado la delegación argentina había mantenido su política de Estado de rechazo al embargo, aunque Milei impuso el alineamiento incondicional con Estados Unidos ni bien asumió. Por esa decisión, Diana Mondino fue expulsada de la Cancillería.
Cada vez más aislados del mundo. Por primera vez, Argentina votó a favor del embargo que Estados Unidos mantiene sobre la isla de Cuba desde hace más de 60 años. Apenas seis países sostuvieron esa posición en la Asamblea General de la ONU este miércoles, además del gobierno de Javier Milei: la Hungría del ultraderechista Viktor Orban, el Israel del primer ministro denunciado por crímenes de lesa humanidad en Gaza Benjamin Netanyahu, y los gobiernos del ucraniano Volodimir Zelensky (hoy completamente dependiente de la ayuda militar de Washington), el paraguayo Santiago Peña (quien vio levantarse recientemente las sanciones norteamericanas a su mentor, Horacio Cartes), el de Macedonia del Norte, cansado de esperar su ingreso a la Unión Europea, y, por supuesto, Estados Unidos.
Milei impuso el alineamiento incondicional con Estados Unidos e Israel desde el primer día de su mandato. Sin embargo, en octubre del año pasado, la delegación argentina ante la ONU en Nueva York mantuvo su política de Estado y votó a favor de poner fin al embargo de Estados Unidos sobre Cuba, una decisión que le costó el puesto a la entonces canciller Diana Mondino.
Como sucede hace décadas, la resolución no vinculante de la Asamblea General de la ONU contra el embargo estadounidense sobre Cuba fue aprobada por amplia mayoría. Este año, 165 países votaron a favor del fin del bloqueo y otros 12 se abstuvieron. Se trata de la trigésima tercera vez que el principal órgano legislativo de las Naciones Unidas vota sobre este tema. Los sucesivos gobiernos de Estados Unidos, tanto demócratas como republicanos, han decidido ignorar por completo esta posición mayoritaria de la comunidad internacional.
En plena Guerra Fría, Estados Unidos comenzó a desplegar su bloqueo a Cuba en 1960 y, dos años después, el embargo era total. A través de las décadas y, especialmente tras el fin de la Guerra Fría, Washington aceptó algunas flexibilizaciones, sin embargo, nunca analizó seriamente levantarlo por completo.
(fuente: https://www.eldestapeweb.com/)
 
                                                                                                                                 
                                                                 
							           
							           
							           
							           
							           
							           
							           
							           
							           
							           
							           
							           
							           
							           
							           
							           
							           
							           
							           
							           
							           
							           
							           
                             
                                         
                                         
			         
			         
			        