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No hay Plata

Por David Cufre  –     


El ingreso disponible para el consumo de los hogares cayó a un mínimo histórico por el peso de los gastos fijos

Las facturas de luz, gas, agua y transporte, junto con las tarifas de prepagas, alquileres y otros gastos fijos, comprimen la capacidad de consumo de las mayorías populares. Se liquidan ahorros para pagar servicios como nunca antes. Agosto termina con el peor registro de ventas de los supermercados en lo que va del año.

 

 (Fuente: Capturas de video). Imagen: Capturas de video
La masa de ingresos disponible en los hogares para realizar consumos después de pagar los gastos fijos, como alquiler, expensas, prepaga, colegio, luz, gas, agua y transporte, se ubica en mínimos históricos. Es decir, nunca antes les había quedado tan poca plata en el bolsillo a los trabajadores luego de cubrir los costos de servicios esenciales. El penoso record, como refleja la línea verde del gráfico que acompaña esta nota, es consecuencia directa de los aumentos de tarifas y la desregulación de la economía que dispuso el gobierno de Javier Milei.

La mayor carga de la canasta de servicios en el presupuesto familiar explica también por qué el consumo masivo, las compras en supermercados, sigue por el piso. La consultora Scentia, que mide las ventas de alimentos envasados, bebidas, artículos de tocador y limpieza en los distintos canales -supermercados, autoservicios, almacenes, mayoristas, farmacias y comercio electrónico- anticipa para agosto una caída estrepitosa, en torno al 19 o 20 por ciento, la mayor en lo que va del año.

“Los ingresos disponibles están por lejos en su nivel más bajo en términos históricos. Y se encuentran también en su piso para la totalidad de los desagregados por nivel socioeconómico«, detalla Federico Moli, economista de Ecolatina, la consultora que produce el indicador. La Cámara Argentina de Comercio publicó el dato en su último informe sobre la evolución del consumo de bienes y servicios.

Humor social
«Ecolatina tiene un indicador muy interesante que calcula la masa de ingreso disponible para consumo del hogar descontado los gastos fijos (alquiler, expensas, salud, educación, tarifas). Ver la evolución de ese indicador, que no recupera, ayuda a entender la caída del consumo», remarca Lucas Romero, politólogo, director de Synopsis Consultores.

La línea azul del gráfico muestra la evolución del consumo de los hogares, contra la verde que mide los ingresos disponibles luego de pagar los servicios. «Tomamos todas las fuentes de ingresos de la economía, los salarios, el cuentapropismo y la red de seguridad social del Estado. Nos basamos en la Encuesta Permanente de Hogares del Indec para llegar a la masa de ingresos total. A eso le restamos la canasta de gastos y determinamos el ingreso disponible», explica Moli.

Desde una perspectiva política, Romero señala que el indicador ayuda a entender por qué vienen bajando los apoyos al gobierno libertario. «Por más que el Gobierno se esfuerce en mostrar indicadores que se recuperan, si el consumo no mejora, es muy difícil que la gente pueda sentirse satisfecha con lo que está recibiendo«, menciona.

«Lo que estoy escuchando de empresas de consumo masivo es que la situación es desastrosa«, agrega. En la misma línea, Osvaldo Del Río, titular de Scentia, adelanta que en agosto se registrará la caída de consumo masivo más importante del año, entre 19 y 20 puntos, en parte porque compara contra una base alta de igual mes de 2023.

«Agosto, septiembre, octubre y noviembre del año pasado fueron meses de mucho consumo, con alzas de entre 12 y 13 por ciento interanual en los supermercados. Por eso es esperable que los registros de ventas de los próximos meses sigan muy deprimidos. Recién en diciembre podrían moderar la caída, ya que ese mes de 2023 todavía mostraba un alza del consumo, pero a un ritmo más lento, del 5,6 por ciento interanual», indica.

Tarifas
El incremento de las facturas de electricidad, gas, agua y transporte deja menos saldo disponible para otros consumos. Alfredo Zaiat abordó el tema el último domingo en estas páginas. «La política económica de Milei está destruyendo el piso básico material de la clase media«, concluyó, tras analizar el último informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios IIEP (UBA-Conicet).

De allí surge que en diciembre de 2023, un hogar promedio del Área Metropolitana gastaba 30.105 pesos (sin subsidios) para pagar la energía, el agua y el transporte, en tanto que este mes necesitó 143.082 pesos. Y en septiembre requerirá todavía más, por el aumento dispuesto por el Gobierno en las facturas de luz y gas, del 4 por ciento en promedio, y transporte, con la finalización del sistema de descuentos del «boleto integrado» y la quita de subsidios a 31 líneas de colectivos de la Ciudad de Buenos Aires.

«Los aumentos de tarifas son impopulares. La ciudadanía entiende que detrás de esas subas está el Gobierno, que todos los meses le aumenta los costos fijos. Eso aparece en las mediciones de insatisfacción con la política económica. Posiblemente el Gobierno todavía tenga un alto costo que pagar por este tema. Si la gente siente que no puede recuperar consumos, aunque bajen otros componentes de la inflación, el malestar seguramente crecerá», evalúa el titular de Synopsis.

«Todavía queda bastante camino por recorrer tanto en las tarifas de energía como en el transporte público. Es probable que en los próximos meses sigamos viendo aumentos significativos en esos servicios, en especial para los sectores de ingresos bajos y medios que irán perdiendo la cobertura de los subsidios», advierte Moli. Eso hará más difícil la recuperación del mercado interno y, en consecuencia, de la actividad económica ligada al consumo popular.

Quemar ahorros

Ante la disparada de costos de los servicios públicos y de la inflación en general, a lo largo del gobierno de Milei también se observa un fenómeno que no se había dado anteriormente con tanta contundencia: la liquidación de ahorros para cubrir gastos fijos.

Cuando vencen las tarjetas de crédito, por ejemplo, los cambistas del mercado blue registran un aumento considerable en la venta de divisas por parte de sus clientes.

«En 2017 como año base, un hogar promedio de clase media podía ahorrar hasta el 25 por ciento de los ingresos familiares. Eso fue decayendo y en 2023 la capacidad de ahorro ya estuvo muy comprometida. Pero en 2024 directamente vimos desahorro. Fue muy fuerte en el primer trimestre y en el segundo aminoró», sostiene Moli.

Para los sectores populares, los próximos meses no anticipan mejoras en el consumo por el alza de tarifas y costos fijos que seguirá imponiendo el gobierno de Milei.

(Fuente: Pagina 12)

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