«Sr. Presidente Municipal Dr. Martin Autoridades
Comunidad de Concepción del Uruguay
Hace poco más de dos siglos nuestro país comenzaba su historia como Nación independiente y soberana.
Memoramos el 9 de julio de 1816, cuando el Congreso Constituyente reunido en San Miguel de Tucumán declaró la independencia de las Provincias Unidas de Sud América de la dominación española. El Acta de Emancipación expresaba que «es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de los cuales fueron despojados, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli.» Los 29 diputados concluían de esta manera el proceso emancipador comenzado en mayo de 1810.
Esta fue una de las decisiones más importantes que tomaron los habitantes de las Provincias Unidas del Sur: ser independientes. Esto no sucedió de un día para el otro, llevó mucho tiempo, lucha, batallas… San Martín, Belgrano, Güemes y tantos más tuvieron que superar miedos, y dificultades para darles la seguridad a los congresales para declarar la Independencia. Con este hecho pudo concretarse la organización final del plan de guerra de José de San Martín que garantizaría nuestra autonomía y llevaría el triunfo revolucionario más allá de las Provincias Unidas.
Sin embargo, Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Córdoba y la Banda Oriental del Uruguay no enviaron representantes debido a profundas discrepancias con el gobierno centralista de Buenos Aires.
Durante décadas se criticó esta ausencia. No obstante, desde hace un tiempo se reivindica la participación de esas provincias ausentes y su importancia en la emancipación de los pueblos. Sus representantes reunidos en este suelo que pisamos y bajo este cielo que nos envuelve, integraron la Liga de los Pueblos Libres, con el liderazgo José Gervasio Artigas. El 29 de Junio de 1815 en el seno del Congreso de Oriente, realizado en nuestra ciudad expresaron su vocación emancipadora, bandera que inspiraría a nuestros caudillos para la lucha por el federalismo y la organización definitiva de la Nación.
Hay que remarcar que las villas fundadas por Don Tomás de Rocamora en las cercanías del Río Uruguay, Concepción del Uruguay, Gualeguay y Gualeguaychú adhirieron en 1811 a la causa revolucionaria de mayo a través de sus respectivos cabildos. Ante esta decisión y la no aceptación por parte de Buenos Aires reintegró los territorios a la jurisdicción del virrey Francisco de Elíoque se encontraba en Montevideo.
Tanto la revolución de Mayo como la independencia de 1816 se reconocen como hechos fundamentales para la historia nacional, hechos en los cuales nuestra ciudad y sus habitantes tuvieron un rol protagónico. Con el convencimiento que solo de la armonía y del equilibrio de los derechos individuales y sociales surgirán las bases sostenedoras de una tarea desarrollada para el otro y con el otro estamos a tiempo de revisar nuestras actitudes cotidianas y ser verdaderamente libres. Es necesario emular la valentía de aquellos que decidieron cortar lazos con España para ser responsables de una historia independiente, asumir nuestro propio destino y construir así, entre todos, un país solidario y justo. Porque la Patria es algo más que un concepto abstracto, es algo que creamos día a día, entre todos.
Este sueño libertario iniciado en mayo de 1810 debía continuarse hasta lograr que la República y la Nación Argentina se construyan definitivamente, lo que demandó arduas disputas y enfrentamientos militares. Recién 1853 logró sancionarse una Constitución Nacional aprobada por 13 de las 14 provincias que componían el territorio en ese momento y consagrando a Justo José de Urquiza como el primer Presidente Constitucional.
Es por esto y muchos otros hitos importantes y trascendentes que Concepción del Uruguay fue declarada como Cuna de la Organización Nacional.
Hoy estamos acá a 206 años de la declaración de Independencia en Tucumán, en un marco donde los desafíos actuales no distan mucho de aquellos que fueron necesarios para lograr la tal ansiada independencia de la dominación extranjera. Es por esto que, con el esfuerzo diario y mancomunado de la sociedad, se lleva a cabo la difícil tarea de construir un país justo, libre, soberano e inclusivo.
Es por esto y Sin pretender hacer un anacronismo con aquellos tiempos los invito a ustedes repensar cuatro conceptos claves y su devenir actual:
Emancipación como objetivo fundamental de todo proceso educativo, en donde la transmisión de saberes y valores tienden a la construcción de una ciudadanía responsable, dando lugar a la Educación Popular y a la Educación Sexual Integral como herramientas transformadoras de una sociedad libre de la opresión que genera el desconocimiento y la ignorancia.
Igualdad a fin de expresar cursos de acción colectiva que generen nuevos puentes y posibiliten plantear las demandas de la sociedad actual, pudiendo pensarse las desigualdades por género, identidad, orientación sexual, estatus social y las diferencias socioeconómicas como barreras que imposibilitan que cada uno de nosotros sea incluido e incluida bajo el común denominador que nos clasifica en un igual “somos todos personas”.
Lo Común formar parte de una misma comunidad con un horizonte compartido de coincidencias y discusiones poniendo de manifiesto las preocupaciones públicas de la ciudadanía, trabajando conjuntamente en la construcción de una sociedad donde todos tengamos garantizado el acceso a la comida, la salud, el trabajo, la educación y la vivienda digna.
Interculturalidad a través del reconocimiento de las múltiples culturas que constituyen nuestra comunidad rompiendo las brechas étnicas y raciales, a través de un trabajo colectivo que enriquece el presente y suma nuevas voces para cimentar el camino construido, tenemos que entender que ninguna sociedad de bien se construye en solitario.
He querido reflejar en estas pocas palabras un intenso período de la historia argentina, en el que se cristalizó la situación institucional iniciada en mayo de 1810 y que fue llevada adelante, con convicción, patriotismo y sin angustias por hombres nacidos en esta tierra, sin otra ambición que la de ver libre a esta Patria, que ellos convirtieron en Nación.
Por último, quisiera proponerles a todos que hoy reflexionemos sobre todas las cosas que podemos hacer como vecinos para trabajar para tener un mejor Nueve de Julio, impulsando la unión de todos los argentinos, y para que esta tierra sea un mejor lugar para vivir.
¡Viva la Patria! ¡viva la Independencia! ¡viva Concepción del Uruguay, cuna de la Organización Nacional!
Muchísimas Gracias.»
