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Manejo, conducción y compañía

por Rodolfo Oscar Negri     –

No hace mucho tiempo, conociendo mi experiencia en seguros y seguridad vial, un amigo me preguntaba: “habitualmente no manejo y voy de acompañante; eso sí, trato de colaborar con quien lo hace. Hay personas que lo toman a mal ¿está realmente mal tratar de ayudar?”.

Aquí va la respuesta que elaboré para semejante consulta que deseo -además- pueda ser de utilidad para quienes son nuestros lectores de La Ciudad.

“Antes de responder tu pregunta se me ocurre que es importante realizar algunas consideraciones que, tal vez, para quien maneja habitualmente, este tipo de recomendaciones parezcan de más. No es así. Hay dos tipos de personas al volante: las que manejan y las que conducen.

Manejar, puede manejar cualquiera que tenga carnet habilitante; en cambio conducir, significa llevar el control de la situación.

Para poder hacerlo se requiere contar con el dominio de dos condiciones: anticipación y distancia, pero –además- otras que hacen a las circunstancias del viaje.

El conducir con tranquilidad es una de las primordiales y en eso tienen una buena dosis de responsabilidad quienes lo acompañan.

Si decimos que la concentración es fundamental, entonces tenemos que ser consientes que es importante:

  • no ser molestado permanentemente con consejos
  • no solicitarle opiniones sobre temas complejos, situaciones traumáticas o conflictivas
  • no gritar, si se advierte una potencial situación peligrosa, solamente mencionarla
  • no tocar elementos que puedan alterar la marcha, desde comandos del tablero, hasta la apertura de ventanillas, sin advertir previamente a quien está en la conducción
  • no sorprender de ninguna manera (palmeando o tocándolo, por ejemplo)
  • no generar discusiones o situaciones tensas, que lo desconcentren del manejo
  • La música tiene que tener un volumen adecuado que no moleste la posibilidad de escucha de quien está en el volante
  • Si quiere comer, lo mas adecuado es detenerse y hacerlo…”

Esta es una lista abierta que Ud.  mismo puede continuar incrementando.

Ahora más allá de estas indicaciones generales, quien es acompañante seguramente tiene experiencia, conoce a la persona que está al volante y sabrá que cosas NO tiene que hacer, de acuerdo a la personalidad y características de quien maneja, para que pueda concentrarse y que su manejo no ponga en riesgo la seguridad de quienes ocupan el vehículo y de terceros quienes eventualmente puedan llegar a ser posibles víctimas de un siniestro.

Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 7/3/2017