Un colibrí
vuela entre las matas,
busca néctar para ser hermosura.
Le gustan cándidos silencios
“rosas chinas”
y conversaciones de regador.
Sabe que es preciso
acercar su vuelo al lugar
donde el agua se ofrece sin pedir.
Un sosiego de sillones
cuida su esquiva pequeñez.
Es ramita de aire
trayendo saludos del más allá.
SusyQ 2024
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 21/3/202404