Por Marilí Flores –
Tengo la percepción en la piel, el corazón y los ojos.
Que por ellos camina y navega, Federico Gracia a su antojo.
Que me pintó en un camino, su madrugada remota.
Donde ancló un amor huido, donde una muerte se apronta
Desván donde jugó de niño, con sus guirnaldas nocturnas.
Mi pecho es desván donde alumbra, su mirada taciturna.
Con cuatro luces clavadas en los gritos de la pena.
Levo tres cruces que sangran una a una entre mis venas.
Tengo la sensación que mi piel por su estanque está mojada.
En ella prendes tus algas y tu manzana en tajadas.
Cuatro corazones me dejas pero el mío no lo encuentro.
Porque me inundas de luces y de sombras desde adentro?
Tus pecados, mis pecados, tus secretos, mis secretos!
Arrastrándome en canciones me habitas y no estás muerto.
Ay Lorca que estás en mí ! y el amor duele en el alma.
Y vuelve a doler el sábado el firmamento del alba.
Guardaré todos tus sueños ungiéndolos con los míos.
Para que tejan los versos que jamás serán leídos.
Si vienen tus primos Heredia desde tu Benamegí.
Duérmete en paz Federico que me encontrarán a mí.
Si viene Soledad Montoya con lamentos de gitanos
Le diré que ya has partido guardándote entre mis manos.
Reptarás por mi piel, mis viseras, mis sentidos,
Para elevarte en palomas ya sin amores huidos.
Ya sin sollozos de muerte cantarás la blancura del lirio.
Posando tu boca en el borde del vaso de tus delirios.
En vals de quebrada cintura mi mano a la tuya está asida.
Soltándote en vuelo infinito desde mis venas
¡Federico García!
Partiré con tus actores en la Barraca marchando.
Jugaré los personajes, que vos me vayas marcando.
Antes que despunte el alba enseñame tus letras todas.
Desde Yerma a tus poemas y toda la sangre en Bodas.
Yo volveré en la Bernarda con tu nodriza rezando.
Y has de volver Federico cuando me esté despertando.
Has de volver Federico porque te estaré esperando!