CulturaLocalesSociedad

Literatura, la hora de la poesía: La ciudad perdida

ana maria gonzalez jun 2018por Ana María González     –    

LA CIUDAD PERDIDA

Y ando buscando esas otras concepciones

dispersas en el tiempo y la distancia.

Que parecen actores de reparto

que apenas asoman, esconden sus miradas.

Porque no hay una sola ciudad.

Estoy segura.

 

Hay una concepción de generales  

de dioses del poder y de palacios

que ahoga a las otras, más que las crecientes

del Uruguay

cada vez menos cíclicas y más impredecibles.

 

Busco la de los feroces montoneros

empujados por caudillos.

La de profesores y alumnos

cautivos del edificio rosado

tan cantado…

La de los rituales antiguos

y prohibidos en la Salamanca.

La de los feligreses

con paciencia y fe de santos

en su oración persistente,

incapaz de torcer el rumbo

que sabe Dios quien dirige.

Historias  poco sacras de lupanares oscuros,

sus locos, sus poetas, sus conocidos linyeras

 

¿Dónde quedaron las historias de la villa aquella

del arroyo de la china?.

Las crecientes del abruptas

se las llevaron con las viejas calaveras?

 

Hay otra Concepción de ranchos y fogones

Torta frita, bagre , mate amargo

ríos, pescados, acordeón y guitarras.

A esa, la resguarda la chamarra.

 

Pero adónde se fue la de los indios.

La prístina, ancestral, esa sin crónicas

Cómo habrá sido ver los rocamoras con 

prácticas, vestimentas y costumbres extrañas.

Nadie recuerda ahora esa masacre

que debió ser y fue pero sin épica.

Historias de atropellos y suplantaciones

que nadie registró.

De gente huyendo al monte horrorizada.

Nadie recuerda esa, la más antigua versión.

 

Y hablo también  de la nueva Concepción

que emerge tras escombros de casonas y malvones.

Esa que se extiende como falda en campana

En nuevos barrios monótonos, lejanos

del ombligo de la plaza.

 

Y estoy pensando que estas piedras

del murallón de la Stella Maris,

que nos miran burlonas 

no están dispuestas a soltar una palabra.

que su cofre en corteza tiene bien guardado.

Ellas como otras,  grabaron el paso de tus locos.

tus amores clandestinos, asesinos, tiranos,

Egos que se marchitaron bajo duras lápidas

historias de canoas y de pájaros.

 

Y al final la ciudad ha triunfado

Sobreviviendo a crímenes, saqueos

Magnicidios y al río desbordado

¿Acaso Concepción es mujer y abre los brazos?

¿Acaso es madre y brinda su regazo?

 

Y busco mi propia Concepción.

La escuela Torres.

El perfume a Sibsaya.

El tren silvando, la zorra,

El rastro de petróleo en los durmientes

y el fuego de la Goldaracena,

su sirena llamando a los obreros.

El miedo penetrando en la garganta.

El calor del Pelay, la siesta y las Patoruzito.

Los buque colectivo a Paysandú.

El olor a Lusera.

El  despertar anarquista del obrero .

El prohibido 17 de Octubre de la plaza.

La vinagrera Véspero y los bailes del club Rivadavia.

La cancha de la Liga.

Las murgas cansinas de los pobres.

El verano feliz del padre Cámpora.

La estatua de Santa Teresita y sus columnas doradas

Desde  el viejo altar con Santa ritas,  la virgen milagrosa

me hablaba: caminante que pasas por aquí

si tienes una gracia que pedir

un dolor que soportar

deten tu paso y reza un ave maría

la misma que con los años lloró,

y el padre Manuel que recitaba:

Mira que te mira Dios 

Mira que te está mirando

Mira que vas a morir y no sabes cuándo.

 

Los rosales de la plaza Ramírez

Los amores furtivos.

Caminar por el puerto, dar vueltas por la plaza

El perfume a madreselvas y alverjillas,

Las campanillas azules de los alambrados.

Los baldíos del fútbol

Los collares de flores de paraíso

Los picaflores  y las mariposas

Los frascos y las ramas.

Las despedidas de estación de tren.

Que mi primera lectura fue el cartel

Caña Palanca en frente a la vieja cancha de Atlético

Paseo obligado al cementerio donde dormía

mi pequeño hermano

y otras crueles historias silenciadas

que recuerdan las lápidas.

La muralla de eucaliptus

El Irigoyen lila de jacarandáes

Coronando paseos del pasado…

y el perfume implacable de jazmines

y la dulzura de la Escuela Normal,

allí  la Queta Morera recitando poesías,

la música tan bella de aquel profesorado.

Afuera los colectivos de los pueblos vecinos

acarreando estudiantes…

Las guitarreadas de la  UTN

agitando el corazón de las muchachas

y el amor golpeando puertas

en la plaza…

 besos que sólo  vieron los rincones

y la estación del tren, los adioses,

mariposas  celosas en las flores,

pasiones reprimidas y  palabras calladas.

 

Hubo héroes en un tiempo lejano…

Y ahora volvieron:

el Pocho y Micaela,

ellos escriben sobre nuevas batallas…

 

Aquella a la que todos cantan,

Esta, la nueva.

Y la que pocos recuerdan,

menos heroica, menos sacra,

la gris quizás…

La perdida era  la mía.

Cuántas concepciones.

ve mi alma…

Related Articles

JovenesDeportesLocalesPolíticaSociedad

“Playa Olímpica”: Se viene una gran fiesta deportiva en la Isla del Puerto

El programa Playa Olímpica es una iniciativa del Comité Olímpico Argentino (COA) que se...

LocalesDeportesPolíticaSociedad

El 5 de enero comienzan las actividades de verano para niños y jóvenes con discapacidad

La Escuela Municipal de Deporte Adaptado tendrá sus actividades de verano, organizadas...

LocalesPolíticaSociedad

Asumió el nuevo Jefe de Prefectura de Puerto Concepción del Uruguay

Este lunes 29 de diciembre, en horas de la mañana, se llevó...

LocalesEconomíaPolíticaSociedad

Colonia Elía fomenta el desarrollo de su emprendedurismo

El último domingo, celebró su 136º aniversario Colonia Elía, fundada el 25...