Un estudio reveló que las empleadas suelen ser más propensas a sufrir «burn out», porque suelen delegar menos y cargarse más de trabajo debido a que reciben más presión que sus pares hombres.
Las mujeres suelen sufrir estrés crónico porque delegan menos y es más probable que pongan las necesidades de los demás en primer lugar, además suelen solicitar menos extensiones de plazos esto se debe a la competencia desigual en el ámbito laboral. Pero esto también afecta más a las madres trabajadoras, que a los padres trabajadores, porque suelen asumir más responsabilidades a la hora del cuidado de los chicos.
«Es menos probable que las mujeres pidan más tiempo para completar sus tareas porque temen ser penalizadas por estas solicitudes y se preocupan más por no sobrecargar a los demás. Tienen más sintonía con las necesidades que los demás que los hombres», señala el informe.
En caso de tener un puesto jerárquico, las mujeres suelen priorizar lo humano y las relaciones por encima de sus propios objetivos profesionales, lo que son menos propensas a presionar para obtener ayuda o un aumento.
En este sentido, la psicoterapeuta, Lucy Beresford, explicó que este es un problema que enfrentan las mujeres de todo el mundo que aún no se sienten con derecho a sus roles: «Las mujeres todavía se preocupan por no ser ‘lo suficientemente buenas'». Las desigualdades hacen que las mujeres acepten más tareas, ya sea en el ámbito laboral o personal, lo que termina «abrumándolas».
Beresford agregó que el hecho de que las empresas no ofrezcan más apoyo a las mujeres que tienen hijos las lleva a sentir que son tratadas injustamente en el lugar de trabajo debido a su género.
Fuente: Minuto Uno