Un estudio realizado por la fundación Fundar reveló que mandar a la empresa Aerolíneas Argentinas a la quiebra representaría un costo mayor a los 7.500 millones de dólares. Además, la operación no otorga garantías de que en el corto plazo los agentes privados puedan reemplazar la actividad que desarrolla la compañía en la actualidad, ni tampoco de que en el mediano plazo se recupere la conectividad actual.
Para los técnicos de Fundar, quienes pretenden desprenderse de la firma suponen que Aerolíneas Argentinas sería reemplazada por operadores privados sin impacto sobre la conectividad aérea y el desarrollo económico y social vinculado a la aeronavegación. En principio, para cualquier operador privado la programación de nuevas rutas y disponibilidad de aeronaves no se concreta de un día para el otro. A su vez, las aeronaves de la empresa Aerolíneas Argentinas quedarían como parte de la quiebra y, en este escenario, pasarían años antes de que las empresas dueñas puedan recuperarlas y venderlas.
Según los cálculos realizados por la empresa, el costo ascendería a unos 6017 millones de dólares. Otros costos de esta decisión serían: la pérdida de los pasajeras que tendrían comprados pasajes de Aerolíneas Argentinas al momento de la quiebra, que a junio de 2023 era una cifra equivalente a 497 millones de dólares (ingresos diferidos por tráfico aéreo); la pérdida para el Banco Nación por unos 200 millones por créditos y avales otorgados por la compra de la flota de Embraer; el pasivo laboral por indemnizaciones que ascendería a unos 900 millones -en una quiebra podrían no pagarse, pero son un costo contingente-; y los pasivos comerciales que incluyen empresas como YPF, con importantes acreencias con la aerolínea por la venta de combustibles. En total, se podría estimar un costo económico de 7614 millones de dólares.
Cuál es la importancia de una aerolínea de bandera y una empresa pública
Las empresas públicas tienen un rol clave en muchas economías del mundo, más allá de la región geográfica o del nivel de desarrollo económico de los países. Noruega, Finlandia y Corea desarrollaron sectores de punta con base en sus empresas públicas. Son particularmente relevantes en sectores estratégicos de las economías modernas, como las finanzas, la energía y el transporte. Varias de las empresas más importantes del mundo son públicas: Equinor, COFCO, Airbus, Deutsche Telekom, Banco do Brasil, Petrobras, Telecom Italia, ICBC, NTT de Japón, Enel, Pemex, France Telecom, Engie, State Grid China, JBS, Saudi Arabian Oil Company, Gazprom, y muchas más a lo largo y ancho del mundo.
En los últimos años, la importancia de las empresas públicas en la economía mundial aumentó. Mientras que en el 2000-2002 representaban el 5% del total de ingresos de las dos mil empresas más grandes del mundo, esta participación aumentó a un 17% en el 2016-2018. En 2018, el total de activos de las empresas públicas alcanzó un equivalente al 50% del PIB mundial.
En Argentina, existen razones que justifican la necesidad de políticas públicas que incentiven y promuevan el desarrollo aerocomercial. Según Fundar, entre las principales se destacan:
Es el octavo país en extensión territorial con amplios territorios de baja densidad poblacional y con la tercera parte de su población concentrada en el AMBA.
Está rodeado de océanos en una región austral del planeta alejada de las regiones de mayor intensidad de flujo mundial de pasajeros y comercio.
Tiene una organización política federal.
El Estado es dueño de la empresa de aeronavegación de bandera que tiene una participación en el mercado de cabotaje del 64% y vuela a 39 destinos nacionales, la mayoría de ellos con dos frecuencias diarias, y es la única empresa que opera en la mitad de ellos. Actualmente, posee una planta de 11.920 trabajadores en relación de dependencia, en su mayoría altamente calificados, y tiene una flota de 81 aviones y una importante infraestructura de mantenimiento y capacitación.
Durante 2023, transportó 11 millones de pasajeros de cabotaje (cantidad récord para la empresa), 2,8 millones de pasajeros en rutas internacionales y realizó 114 mil vuelos con un factor de ocupación promedio del total de asientos del 84%, cuando en la industria se estima que la ocupación promedio debe superar el 70% para lograr el equilibrio).
Cuál es la propuesta alternativa a la privatización
«La empresa debe cambiar drásticamente su gestión operativa y alinear sus prácticas con el resto de la industria. Es inaceptable continuar subsidiando ineficiencias operativas con recursos que podrían destinarse a otros fines o incluso a un desarrollo más extendido de la actividad de aeronavegación, allí donde las externalidades justifiquen estos subsidios», sostuvo el informe. En los últimos años «se hicieron algunos cambios orientados a mejorar la productividad de la empresa, como por ejemplo la apertura de los convenios colectivos y la eliminación de ineficiencias en algunos procesos», destacó Fundar. Sin embargo, «el estado de situación existente evidencia la necesidad de reformas más profundas», matizó.
Así, se «debe terminar con los aportes de capital destinados a financiar el déficit operativo e instrumentar nuevas formas de financiamiento público de los objetivos no comerciales de la empresa», cuestionó el documento. Pero antes, es «necesario definir con claridad cuáles son los objetivos comerciales de la empresa y cuáles los no comerciales», subrayó. Y agregó: «Los objetivos se deben explicitar y traducir en metas cuantificables accesibles a la ciudadanía para su control».
«Una nueva Aerolíneas Argentinas posiblemente requiera un rediseño en su esquema actual de gobernanza que aumente la profesionalización del directorio y establezca mecanismos claros en la relación con el accionista. Se debe terminar con las miradas ideológicas sobre la empresa y avanzar hacia una visión pragmática», concluyó Fundar.