(*) Por Juan Martín Garay –
El gobierno de Javier Milei y Luis Caputo pregona a los cuatro vientos su lucha contra el «curro» y los privilegiados. Sin embargo, en los hechos, ha habilitado una de las operaciones financieras más lucrativas y cuestionables para un puñado de multinacionales gigantescas. La llamada «liquidación récord» de divisas bajo el régimen de «Derechos de Exportación cero» es, lisa y llanamente, una estafa legalizada contra la Argentina, en detrimento del campo, orquestada por las cerealeras y avalada por la mirada complaciente del Ministerio de Economía.
¿En qué consiste la estafa? Un juego de espejos
Para entenderlo de forma simple: las megaempresas como Bunge, Cargill, COFCO y Viterra están declarando como «exportadas» una cantidad masiva de granos (más de 19 millones de toneladas) que, en realidad, aún no han comprado a los productores argentinos y a los que pagarán en pesos oportunamente.
Es un truco contable con ganancias billonarias. Esto es lo que hacen paso a paso:
En criollo: las cerealeras se quedan con la diferencia. Es una bicicleta financiera con materia prima que ni siquiera tienen en su poder. Usan el campo argentino como excusa para una operación de arbitraje cambiario de escala monumental.
El Gobierno Nacional como cómplice necesario
Este mecanismo es posible gracias a la combinación letal de «retenciones cero» y un tipo de oficial intervenido. El Ministerio de Economía sabe perfectamente que esto ocurre. De hecho, necesita que ingrese ese flujo de dólares (aunque sea ficticio) para sostener el tipo de cambio y acumular algo de reservas. El gobierno es cómplice de la maniobra.
El campo, el gran perdedor: Mientras las multinacionales hacen su negocio financiero, el productor argentino queda atrapado. Vende su cosecha en un mercado donde las grandes compradoras ya tienen sus dólares liquidados a un precio fijo, lo que les permite presionar a la baja el precio en pesos que le pagan al chacarero. El productor se lleva la peor parte: sin retenciones, pero también sin precios rentables, ahogado por los costos.
El país, hipotecado: Esta «liquidación» es un espejismo. No refleja una producción real y vendida en términos justos. Es un endeudamiento en dólares del país con las cerealeras. Cuando llegue el momento de la verdad y tengan que entregar la mercadería, cualquier fluctuación cambiaria o problema de cosecha puede generar un problema mayúsculo. Es una burbuja.
El «éxito» es un fracaso anunciado
El gobierno celebra estos números como un triunfo de su política. En realidad, debería sonrojarles. Han creado el ecosistema perfecto para que un puñado de empresas multinacionales se lleven una renta financiera extraordinaria, utilizando la producción nacional y al Estado como garante.
Lejos de terminar con los «curros», el oficialismo ha instalado la estafa perfecta: las cerealeras ganan por partida doble, el productor pierde y el país se hipoteca con un flujo de dólares que es, en el fondo, un adelanto con intereses carísimos. No es economía de mercado; es la ley de la selva, donde los más grandes devoran a los más chicos con la venia del que debería regular el juego.¿Aguante la libertad? ¡Carajo!
(*) Abogado. Concejal 2023-2027. Vicepresidente 1° HCD. Presidente del Bloque Concejales PJ 2023-2027. Apoderado del Consejo Departamental PJ Uruguay. Congresal Provincial PJ ER. Secretario de Gobierno 2019-2023. Concejal 2015-2019. Presidente del Bloque Concejales PJ 2017-2019. Presidente Comisión Hacienda y Presupuesto 2015-2019. Decano del Colegio Mayor Universitario de Santa Fe 2003-2004.