por José Florentino Beorda –
Ref.: “Justicialismo…” (8)
Párrafos tomados de: “Justicialismo: Certezas constructivas,Razones permanentes”
(*) (Libro Digital, eBook)
PRINCIPIOS SOCIO POLÍTICOS ESTRUCTURALES
“Ninguna de mis ideas fundamentales ha cambiado.”
(Perón) (Roma, 1973.)
La función, eje y soporte de la ética, es, en esto, comprender… y no apartar el derrotero y la actitud personal del significado vinculante, dado por exploración de aquella comprensión.
Sólo así la función en la misión se sintetiza y resguarda y ésta, en aquella, se justifica y se afianza.
¡Cuán delicado es entonces para “el hombre” subsanar en sí mismo con visión de “el otro” semejante, el nocivo influjo; las continuas peripecias transferidas como legado del ser histórico anterior! ¡Cuán relevante la vigencia, en lo íntimo no dicho, de la experiencia profunda y atenta que condujo el atributo de la comprensión al alma! Atributo liminal, que permite hallar en el otro/semejante, lo de uno. Sincero arquetipo, real, que se desglosa en un saber ser paradigmático y nuclear…
Pero, hay que pensar. Hay que sentir. Y habrá que sopesar. Y habrá que decidir… entre lo personal permanente y lo articular pensante/sensible, que se enmarca en lo profundo trascendente, atemporal.
“Yo me dejé llevar por el destino y por mí.”
(Perón)
La interrelación causal que unifica el origen de la Sociedad con el ciudadano, pasa como sin notarse en él; y en principio, así debe ser. Porque el ciudadano sólo intenta ser escuchado en su necesidad y satisfecho en ella; preservando para sí la responsabilidad prototípica de su voto; de su trabajo; de su hogar. De su interés (prospección sana de su vida)… Por lo menos, hasta que la Educación pueda consubstanciarse en él/ella y revelarle el íntimo espacio personal posible, dentro de lo universal sociológico de su comunidad y de su cosmos… que lo trajo, lo enmarca y lo conduce, de regreso a sí.
De hecho, tal interrelación para ser eficaz, implica siempre interacción.
Si es en lo personal individual del/la ciudadano/a capaz, su factor inter e intra personal requiere del hacer y sentir “de Sociedad”. Entender y saber de ella. Saberla propia y por tanto, sentirse en ella parte corresponsable activa de su limitación; de su carencia y de su virtud… De su esplendor. En ello consiste y en ello se asienta el valor substancial integrador que es el valor accesible hacia la plenitud.
“Yo no tengo elocuencia, pero no se necesita elocuencia para decirle al general Perón que los Trabajadores, la Confederación General del Trabajo, las mujeres, los ancianos, los humildes y los niños de la patria no lo olvidarán jamás, porque nos hizo felices, porque nos hizo dignos, porque nos hizo buenos, porque nos hizo querernos los unos a los otros, porque nos hizo levantar la cabeza para mirar al cielo, porque nos quitó de la sangre el odio, la amargura y nos infundió el ardor de la esperanza, del amor y de la vida.”
EVITA. (“Día del Trabajador” – Plaza de Mayo 1º de Mayo de 1951)
Por tanto, no es tan solo Razón. Si la voluntad impulsa, la razón construye y el sentimiento las tempera.
Es condición y es aptitud. Y es más. Mucho más.
Aquella interrelación se encauza desde los orígenes de la comunidad, e incluso antes, en la delicada instancia interpretativa conducente al sentir y al hacer de quien, por aptitud, se ofrece Conductor de hombres y de Pueblos.
Su propia vivencia interactúa consubstanciada con su comunidad y su sagacidad deductiva, sazonada de humildad, comprensión y amor al prójimo, puestos al servicio del hombre, entronca entonces en lo real.
“Llevo en mis oídos la más maravillosa música que es para mí la voz del Pueblo Argentino.”
(Perón) (Plaza de Mayo, 1974.)
Aquella interrelación, se dice, encausa el Sentido “de Sociedad” en la dignidad del Hombre, y debe éste asumirla en conciencia y ser uno con ello, en el justipreciado y delicado intento de conducir a su Pueblo, hacia el elevado designio de evolución armónica universal.
“En esta tierra lo mejor que tenemos es el Pueblo.”
(20ª verdad)
Es éste el Hombre consubstanciado y pleno. Y los Principios psicosocioculturales de Humanidad devienen por ello en Valores sociopolíticos. Porque todo es uno.
Todo es uno: el Hombre… Como Sociedad. Como individuo. Como Humanidad.
Pero hay que saberlo cierto para no confundir lo trascendente original que está afuera y es adentro, con lo especulativo sagaz… que es lo circunstancial y lo perecedero.
“La doctrina fue adoptada primero por los trabajadores. Yo los elegí para dejar en ellos la semilla. Lo acabo de expresar: ¡Ellos fueron mis hombres!”. “Elegí a los humildes; ya entonces había alcanzado a comprender que solamente los humildes podían salvar a los humildes”.
(Pte. Perón)
Sobre estos principios… éticos para el Ser Humanidad; sociopolíticos para la Sociedad, es que las Certezas construyen sobre las realidades y se avanza en el atesoramiento de las Razones del Hombre.
Es ése su caudal. Está en ellos; en estos “Principios permanentes”, la fuente o cuenco donde beber: Sapiencia de Razón. Sapiencia de Gestión. Sapiencia en Aptitud. Y son ellos el cauce natural profundo de la propia integración en la dignidad del ser…
“La Tercera Posición como solución universal distinta del marxismo internacional dogmático y del demoliberalismo capitalista, que conducirá a la anulación de todo dominio imperialista en el mundo.”
(Pte. Perón)
El cual, partiendo desde su valor particular, se torna universal.
“En el orden económico la tercera posición es el abandono de la economía libre y de la economía dirigida por un sistema de economía social al que se llega poniendo el capital al servicio de la economía.”
(Pte. Perón)
La llave íntima de la instancia pública resulta así el nexo articular reparador… cuando no se abandona al puro ámbito especulativo artificial, la nobleza, la dignidad y el cuidado del Hombre, en la integridad de su Sociedad.
Lo genuinamente artificial que el hombre crea como supremo Bien “de Sociedad”, está destinado al Bien de Humanidad, que es al fin el sentido ético estructural del Hombre en actitud de servicio…
“Y en el orden social la tercera posición entre el individualismo y el colectivismo es la adopción de un sistema intermedio cuyo instrumento básico es la justicia social.”
(Pte. Perón)
Abrevando, libre, en el Sentido ético trascendente de su comunidad, que se realiza por el Hombre, desde la plenitud de su saber personal y social.
“… la justicia social que dignifica el trabajo, que humaniza el capital, que eleva la cultura social, que suprime la explotación del hombre por el hombre, que produce la realidad positiva de los derechos del trabajador, del anciano, del niño y de la familia, de tal manera que el ‘nosotros’ de la sociedad se realiza y perfecciona por el yo individual, dignificado como persona humana.”
(Pte. Perón)
