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Justicialismo, las Razones del hombre (2)

Por José Florentino Beorda –   

 

Ref.: “Justicialismo, las Razones del hombre”

Párrafos tomados de:

“Justicialismo: Certezas constructivas,

Razones permanentes”

(*) (Libro Digital)

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En esto, las sentencias publicistas muchas veces son sólo eso: publicidad política cultural de circunstancia y no “ley” de lo natural.

Por eso hay que discernir…

Ejemplo:

“Los partidarios de sí mismos”

“Bárbaro las ideas no se matan

“Civilización o barbarie”… etc., etc.

 

Lo cierto es que los Pueblos necesitan ser sabios y ser guiados y quien guía, necesita ser consubstancial a ese Pueblo para poder así dar aptitud y condición.

 

“Cuando un conductor cree que ha llegado a ser un enviado de dios, comienza a perderse.

Abusa de su autoridad y de su poder; no respeta a los hombres y desprecia al pueblo.

Allí comienza a firmar su sentencia de muerte.”

(Perón)

 

Íntima sinopsis de una armonía espiritual profunda y potable, que forma parte del Ser o no Ser que a todos dignifica y forma… O que a todos mancilla si es falsa apariencia del ser, en tal o cual coyuntura histórica existencial.

Esto último NO FUE el Justicialismo… que desbordó la Historia y a los mismos FACTORES CULTURALES de esa Historia, reemplazando lo uno por lo otro -1945/1946- a través de lo expreso manifiesto y a través de las urnas.

 

“Sin embargo, todas las dificultades están precisamente en esa falta de doctrina común de los argentinos, como consecuencia de que se ha tomado la conducción de la nación basándose en las apetencias y en los sentidos de los hombres y no en los ideales de la nacionalidad y en las altas formas patrióticas de conducción y realización por el estado y para la nación misma.”

(Perón)

 

No es sólo un hombre el que por entonces llega. Es la condición. El Hombre Humanidad en su particularidad. La natural persistencia de un Sentido Integrador. La realidad de una Aptitud. La predisposición de una Cultura. La receptividad de una Conducta que va y que viene al fondo del Ser.

Al Ser del Hombre universal que avanza, libre, en comprensión. Al Ser del Hombre cultural que opera sobre sí y sobre las circunstancias.

 

“Un pueblo avanza por el camino de su historia cuando en una coyuntura excepcional, una generación consigue poner en ebullición creadora las posibilidades nacionales.”

(Pte. Perón)

 

Al Ser del Hombre individual que imbricado en su YO, lo acepta y lo desplaza… aunque no alcance perfección absoluta la obra humana.

 

«Yo he procurado estar siempre a la altura de quienes he gobernado; me esforcé para vencer la estulticia o cualquier otra solapada presunción de superioridad; precisamente, para no tener que despreciarme a mí mismo.”

(Perón)

 

La negación de tal profundidad existencial sensible, es la que aparta la Verdad de la Realidad. Pero la Realidad es, en estos casos, la Verdad intracultural histórica encarnada en el Hombre/Sociedad y en su circunstancia. Porque es en lo más profundo del ser personal y social del Hombre/Comunidad, donde aspira y expira la Razón de Ser de una Sociedad vital como la Argentina. Contragolpeada y muchas, muchas veces indefensa. Antes de 1946.

 

“El fraude no fue sino una consecuencia del menosprecio por el pueblo… y el menosprecio por el pueblo no fue sino una consecuencia de la escasa o ninguna dignidad que ellos asignaron a nuestro pueblo.”

(Pte. Perón) (Mensaje al inaugurar el 84º período ordinario de sesiones. 1º de mayo de 1950)

Y después…

 

“No puedo explicarme que haya argentinos que anhelan que nos gobiernen, como antes, desde el exterior;… que crean que es mejor que los transportes sean de consorcios foráneos y no del pueblo argentino… que piensen que es mejor para el país importar trabajo extranjero que favorecer la industria nacional… que quieran disponer de empréstitos de los países imperialistas para luego pagarlos varias veces en intereses leoninos y, como agregado, pasar a depender de ellos.”

(Perón)

Indefensión, se dice, no en cuanto Fuerza. Indefensión en cuanto a profundidad reflexiva analítica sobre sí misma.

 

Aún hoy, para 2021/23, en las aulas formativas de educación Argentina, poco, muy poco o cuasi nada se conoce y se sabe de la vida, pasión y resultantes del pensamiento específico, aplicado, de los hombres que honran los primeros años de la institucionalización como Pueblo, de la República Argentina.

¡Qué decir de lo general de la población misma!!

 

“… A San Martín lo conocen todos los argentinos. Lo que hay que hacer es decir cuál es la grandeza de San Martín, que ésa sí no la conocen todos los argentinos.”

(Perón)

 

Tampoco se dice ni se sabe de las argumentaciones filosófico/ humanistas de los diputados a la Asamblea Constituyente de 1853.

Menos aún se trata como tal, el itinerario existencial –Cantar de Gesta-(***), autóctono del Martín Fierro. Del pensamiento documental histórico de su autor y de la jerarquía filosófico humanista, una vez más, de su atildado hombre sapiencial… que ha pasado de peripecia en peripecia vivencial para ofrendar en consejo, lo que LA VIDA ha labrado en su Vida y en su acción simbólica impersonal.

 

CANTO 3

 

“Tuve en mi pago en un tiempo // Hijos, hacienda y mujer –

Pero empecé a padecer, // Me echaron a la frontera –

¡Y qué iba hallar al volver! // Tan sólo hallé la tapera.”

 

 

CANTO 6

“Dende chiquito gané // La vida con mi trabajo,

Y aunque siempre estuve abajo // Y no sé lo que es subir –

También el mucho sufrir // Suele cansarnos – Barajo.”

 

Se encuentra aún hoy reducida la fina e instintiva erudición psicosociocultural de Juan B. Alberdi, en una “virtualidad liberal” que no es conducente ni veraz en cuanto al alto contenido socio estructural elaborado que su obra completa proporciona, para los tiempos históricos que pasan y que acreditan su honda preocupación referencial y su saber.

 

“En el sistema ético de Alberdi jamás se someten los valores-fines a los valores-medios. Dice que la utilidad es medio, el Bien, fin.”   (Coreolano Alberini)

 

Y así… artificialmente, se desvincula o se olvida hasta hacerla cuasi invisible, la feliz influencia científico literaria de Juan María Gutiérrez.  … DESINTEGRANDOSE por estos hechos, la certera, exquisita, creativa, profunda y analítica Reserva Moral Argentina del siglo 19… que se ha visto suplantada por un quehacer de vanidades políticas personales de hombres/ mujeres que sin tanto mérito “de Sociedad”, actuaran por sobre nuestras conciencias históricas y de civilidad.

Todo engarce referencial sobre el siglo 19, supone el hacer y decir político de Rosas – Urquiza. De Bartolomé Mitre historiador/político “porteñista”.  De Domingo F. Sarmiento con sus altas ambivalencias.

Y se nos ahueca, vaciado, lo de todos. Aquello que nos involucra en el sentir, pensar, hacer y amar. Construir y proyectar. Sin apetencias específicamente políticas.

Por eso se nos dijo, sin ser arbitrario. Como advertencia:

 

“Algún día ha de venir un criollo

A gobernar esta tierra.”                                                                           

(Martín Fierro)

 

Todo lo cual, a la distancia y en perspectiva, hace que al ciudadano de hoy le sea casi imposible o intrascendente (desconocimiento), apropiarse de la verdad histórica representada en su esencialidad. En su pertenencia. Y se lo deja apenas inmerso en lo coyuntural consciente de su propia existencia.

Sí se lo identifica como ser sociopolítico.

No como intraculturalidad latente o manifiesta.

No como espiritualidad “de Sociedad”.

No como operatoria psicosociocultural orgánica.

No como universalidad, la propia, en gestión.

Al Todo se lo reduce a la interpretación sesgada de la acción histórica en acción política. Y las Razones de ayer son las de hoy y las de siempre cuando el hombre comprende y analiza.

Cabe entonces la reflexión puntual:

 

“El hombre no vive por partes, sino integralmente. La Nación no vive por sectores, sino universalmente, y ése es el punto de partida fundamental.”                                                                                             

(Perón)

 

 

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