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José Lauritto: el hombre detrás del funcionario

Por Mario Bonnot y Matías Dalmazzo  –   

En una extensa charla con LA CALLE, José Lauritto se mostró abierto al diálogo, haciendo un raconto de su vida desde la niñez a la actualidad y dejando varias expresiones respecto a su forma de hacer política, la pérdida de capital representativo uruguayense a nivel provincial, el futuro por el que trabajará estando fuera de un cargo, así como respuestas asociadas a su segunda gestión en la comuna y algunas pinceladas sobre la Provincia y sus representantes.

Naciste en Concepción del Uruguay ¿Qué recuerdos tenés de esa primera etapa de tu vida?

Muy buenos recuerdos. Yo me siento uruguayense, y si bien es cierto que por los destinos que tuvo padre que era militar estuve en distintos lugares, cuando ingresé el colegio secundario me quedé definitivamente en esta ciudad. Después no estuve cuando estudié abogacía en Santa Fe y durante diez años cuando ocupé diferentes cargos públicos entre 2005 y 2015, pero venía regularmente. Para mí Concepción del Uruguay significa muy buenos recuerdos, la posibilidad de haber conocido mucha gente y de haber aprendido a querer la ciudad con sus haberes y sus debes. Y haber conocido mucha gente, que lamentablemente mucha de ella ya no está.

¿Cómo fue ese transitar durante la secundaria cuando optaste por quedarte acá? ¿Qué recuerdos dejó el colegio Don Bosco y las demás instituciones donde empezaste a formarte?

Empecé primero inferior en el colegio Deán Funes de Comodoro Rivadavia, ya que mi padre estaba destinado en Comodoro, y esa institución pertenecía a la obra de Don Bosco. Pese a esto, primero asistí a la escuela Normal y estaba muy contento ahí; pero mis padres me plantearon cambiar de colegio y fue así que pasé siete años de mi vida que recuerdo mucho en Don Bosco; donde terminé formando parte de la primera promoción, lo que para mí es un orgullo. Después colaboré de cerca con la obra y haber integrado la obra, además ahora del centro de ex alumnos, de recuperarlo con el tiempo que puedo disponer.

¿Cuánto te marcó la formación en un colegio de orientación religiosa?

Yo agradezco dos o tres cosas que me marcaron. Primero tengo que valorar, aunque en ese tiempo no lo sentía tanto, cuando mi padre siempre marcaba lo del respeto al otro; de chico me resultaba una cosa extraña cuando me la planteaban de chico, pero de grande te das cuenta de lo que significa. Después pertenezco a una familia por parte de mi abuelo, Manuel Tomás Núñez, que eran muy futboleros, lo que me llevó a conocer y respetar a mucha gente. A pesar que el fútbol es un lugar donde hay muchas cosas en juego y permanentes discusiones, el fútbol a mí me dejó una cosa que diría rara: muchos enfrentamientos durante la etapa deportiva y sin embargo una gran relación con muchos de los que hemos competido. Lo tercero Don Bosco, donde viví la etapa de los padres fundadores: el padre Scéliga, Rolando, Allais, Rollón, Yosen, una etapa donde había siete curas en Don Bosco y la etapa final con Di Barbora. Don Bosco nos marcó a fuego a mí y a muchos otros que iban porque fue un tiempo muy lindo, de mucho reconocimiento y mucho respeto por el otro, algo que me fue marcando. Esta etapa de mi vida me ayudó mucho a conocer gente, a respetar a la gente y a aceptar al que piensa diferente, que es un tema.

Contale a la gente dónde fueron de viaje de egresados con la primera camada de Don Bosco.

Nosotros hicimos un viaje cercano (risas). A nosotros esa historia no nos iba, éramos pocos, la primera promoción y viajamos por estos lugares cerca. En realidad no fuimos de los viajamos lejos. No lo recuerdo como un gran viaje. (risas)

Venías de familia con padre militar, pero un día decidiste ir a estudiar una carrera universitaria y elegiste abogacía ¿Por algo en particular?

No. Mi padre era militar, pero nunca, ni a mi hermano ni a mí, nos indicó las carreras que debíamos seguir y nos dio amplia libertad. Mi hermano eligió estudiar Agronomía en La Plata y yo abogacía en Santa Fe. Nosotros somos cinco hermanos, dos varones y tres mujeres. Durante el secundario, salvo mi hermano que rindió una vez, nunca debimos recuperar materias, ya que era complicado con mi madre (risas). Ella había sido medalla de oro en la escuela Normal, a pesar de lo cual, no podía llevar la bandera porque era mujer, se recibió en el año 1947. Cuando sacábamos una buena nota, mi padre no hacía otra cosa que decir: ‘no ha hecho nada más que cumplir con su deber’. Por otro lado, al momento de mandarnos una macana; ‘si no hay cabeza para pensar, espalda para aguantar’. Escuchar esto una vez está bien, pero escucharlo mil veces era complicado.

¿Qué recordas de la época en que saliste del entorno familiar para ir a estudiar a Santa Fe? Una vida más independiente.

Esta experiencia, como para la gran mayoría que tiene la posibilidad de ir a estudiar afuera, fue una muy linda experiencia. Viví de 1970 a 1975, así que viví un tiempo difícil y de mucha militancia universitaria de muchos sectores. Y tengo un gran recuerdo de lo que fue Santa Fe como lo tienen todos los que estudiaron. Viví en varios lugares y en colegios universitarios como el que vivió Juan Martín Garay, pero mi última residencia en esa ciudad fue exactamente frente a donde vivía Carlos Monzón cuando era campeón mundial; calle Urquiza, entre Obispo Gelabert y Santiago. Ahí vivíamos nosotros, nada más que nosotros éramos unos simples estudiantes de fin de mes (risas).

Ya sea en Don Bosco o en las pensiones universitarias. ¿Te relacionaste con curas tercermundistas que empezaban a romper con determinadas estructuras?

Conocí y traté con mucha gente de militancia activa. Eran momentos en que Argentina y América discutían el documento de Puebla, pero no soy alguien que haya tenido esa militancia permanente de aquellos que sí trabajaron activamente en los barrios de Santa Fe; como por ejemplo como era monseñor Zaspe, con el concepto de la doctrina social de la iglesia. Fue un período de revisión, importante de la iglesia, que coincidió con el tiempo en que se cambió la manera de dar misa, se dejó de usar el latín, cuando se puso todo muy cerca de la gente y había un rostro humano por así decirlo.

Pero un día decidiste volver al pago. ¿Cómo fue dejar atrás esa etapa universitaria y llegar a tu primer trabajo?

Me recibí de abogado y tuve la oportunidad de ingresar a mi primer trabajo, que fue en el museo Delio Panizza y donde estuve de Director. Era muy joven con 24 años y me llamó Don Carlos María Scelzi, lo que tiene doble valor: uno quería trabajar y agradezco enormemente el gesto. Pero era un compromiso porque en ese tiempo había muchas personas grosas adentro de la ciudad para integrar la comisión Asesora y me animaba poco a hablar con esas personas porque eran demasiado grandes, gigantes digamos, pero mi padre me conectó con Oscar Fernando Urquiza Almandoz, de quien terminé siendo amigo. Él me dio una gran mano para conformar la Comisión Asesora y recuerdo a algunos de los que estaban en esas reuniones: Manuel Macchi, Miguel Ángel Gregori, Urquiza Almandoz, Celomar Argachá, José Augusto Saturnino Sagastume, Luís Gonzaga Cerrudo, María del Carmen Miloslavich de Álvarez y María Inés Bochetti que era Lorenza Mayea su apodo. Fue muy fuerte para mí, pero ellos en realidad fueron quienes hicieron el museo. Uno lo que hacía desde la juventud era tratar de acompañar, pero tuve la suerte de inaugurar el museo y continuó como director Luis Gonzaga Cerrudo, que le otorgó un prestigio importante al museo. El secreto fue haber sido el nexo para que esas personas de tanta capacidad y conocimiento pudieran haber opinado y llegar a habilitar si bien no la casa más antigua de la ciudad, la casa más antigua que queda en pie dentro de la ciudad; construida en 1733, el hogar de Tadea Florentina Jordán y de Norberta Calvento, como se dice ahora la novia olvidada de Francisco Ramírez.

¿El haberte rodeado de tantas personas vinculadas a la historia y la cultura te llevó a meterte en política?

No, en realidad soy conocido por el fútbol y el deporte. Mi hermano integró una selección juvenil de la Concepción del Uruguay, que salió campeona de la provincia y donde jugaban Eduardo Cuenos, Pipe Minatta, Francisco Portillo. Yo alcancé a integrar un juvenil, lo que pasa es que jugaban por ejemplo jugaban Bartolo Gómez y el “Zurdo” Velázquez y uno se corría cada vez más para la línea de cal. Yo jugaba en las inferiores de Gimnasia y Esgrima, salíamos campeones y recuerdo haber salido goleador, pero era muy jovencito (risas). También salí campeón en campeonatos universitarios de Santa Fe. Y mi hermano cuando vivió en La Plata terminó jugando al rugby en la primera de San Luis, así que siempre nos gustó el deporte y creo que esencialmente soy conocido y conocí gente por el fútbol, que era un tema casi familiar y estuve activamente en el fútbol hasta 1998. Era a lo que más me dedicaba; estuve 23 años en el fútbol, 21 años y medio en un Juzgado Federal, 21 en la política y lo que más llevo, 34 de docente universitario.

¿Entrar a un trabajo fijo en la justicia te permitió emplear tiempo para ser dirigente deportivo?

Siempre me gustó el deporte y es el lugar donde le dediqué más tiempo. Yo me convertí en dirigente de fútbol en 1975, cuando me recibí de abogado y Gimnasia venía de perder un clásico 9 a 0 con Atlético Uruguay, lo que fue la mayor goleada histórica porque Gimnasia había ganado en 1959 una final 8 a 0. No me fue fácil, ya que empecé en un mal momento, pero conduje el fútbol 23 años consecutivos y cuando me fui Gimnasia estaba en el Nacional B, que no es un detalle menor.

Una vez dentro de la justicia hiciste carrera para llegar a ser juez.

Me gustan el derecho y la justicia y de hecho no terminé hace una maestría en Procesal Penal por no tener capacidad como sí la tienen otros para trabajar la tesis final y justo quedé de Vicegobernador. Hice tres maestrías y no terminé ninguna: la primera fue en la universidad de El Salvador sobre Drogadicción, la había terminado de cursar pero justo quedé como Juez Federal; después hice dos al mismo tiempo, Educación en la UNER, donde conocí a Flavia y Procesal Penal en el Social Argentino. Finalmente volví a la política en 2005 y se me complicó. Estoy entre el 88 por ciento que cursaron, pero no son magister.

En la Justicia Federal también te llegó reconocimiento social…

Me gustaba ser Defensor. Este Juzgado Federal es centenario y recibe causas de nueve departamentos y cuando se crea San Salvador, diez departamentos tiene hasta la apertura del Juzgado de Gualeguaychú, donde después de 106 años se recorta la jurisdicción territorial. Hoy por hoy, casi el 70 por ciento de la competencia federal está en este Juzgado; más que en la costa del Paraná. Y bueno, la defensoría me gustaba, era media provincia y la verdad fue un tiempo no sencillo y aparte me dedicaba porque era la obligación pero porque me gustaba. Por esta actividad incursioné y formé dos o tres grupos de drogadicción y anduve. Hasta el 30 de junio de 2005 que renuncio a la justicia, tenía 568 defendidos simultáneos. Hoy en Argentina casi el 80 por ciento de las defensas por causas penales son oficiales.

¿Por qué se da ese fenómeno?

Primero porque hay defensores buenos y dedicación. Creo que Estela Maris Martínez es una buena jefa de defensores, porque se ha generado bastante conciencia y además porque los paga el Estado, a veces la cuestión económica es muy importante.

Durante tus años como juez te llegaron causas muy conocidas…

Siempre fui defensor, aunque fui juez subrogante. Estuve a cargo del Juzgado Federal entre 1994 y 1998, lo cual no me fue sencillo. Cuando me tocaron cuatro causas de alto impacto, siempre tuve el buen consejo de entender que lo mejor era no hablar de las causas, así que hablé lo menos posible a pesar que se me venían algunos medios de Buenos Aires con mucha llegada. Además, otro consejo fue nunca buscar publicitar este tipo de actividad. Tuve que tomarle declaración a Alfredo Yabrán y me tocó una de las tres causas de juicio político a la corte de los 90 que fue la causa de Franco Macri. Hace dos años me vinieron a ver para intentar hablar de esas causas, pero me negué, ya que interpreto que no corresponde hacer referencia al respecto. También tuve la causa de un legislador nacional, estoy hablando de la persona que más poder tuvo en Entre Ríos sin haber sido gobernador. Por último tuve la Aduana Paralela. Ninguna de estas causas la generé yo, todas me llegaron por incompetencia. Lo único que tiene que hacer uno es respetar.

¿Alguna otra intervención tuya en la justicia que no tenga tanta relevancia como las que nombraste recién?

Recuerdo la Ley de Educación Superior, cuando saqué la segunda cautelar de no innovar en favor de la UNER, por lo que se cuestionaba de la autonomía universitaria. También creo haber sacado uno de los primeros amparos nacionales por causas de HIV y reajustes salariales de militares, algo que después la Corte Suprema avaló. Para esto, hay que tener buenos secretarios y yo tuve la suerte de tener excelentes secretarios: Mariela Emilce Rojas de Di Pretoro, Alberto Javier Seró, Maiztegui Marcó, Beatriz Elena Aranguren que hoy es camarista federal y muchos otros, todos que han crecido. La doctora Aranguren integra la Cámara Federal de Paraná, fue primera en su concurso. El doctor Seró, fallecido, era camarista y fue presidente de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia de Entre Ríos, un cargo que lamentablemente la gente de Concepción del Uruguay ocupa poco. El doctor Maiztegui Marcó hoy está primero en un concurso para juez, la doctora Di Pretoro ganó tres concursos, ahora integra el Tribunal Oral y el doctor Eduardo Pirovani, tuve suerte de tener buenos secretarios. Cuando entrego el juzgado lo hice con 18.400 causas, es imposible trabajar sin buenos secretarios o empleados.

Y un día llegó la primera intendencia…

Yo pido licencia porque en realidad había funcionarios que la tenían y por supuesto que se me cuestionó que la haya pedido, yo reconozco eso y se podrá discutir o no. A mí me molestaba que en aquel tiempo, tanto Campagnoli, Quantín, Stornelli y algunos más que se me escapan tenían licencias judiciales, pero sólo se cuestionaba la mía. Una vez que entrego la intendencia (de 1999 a 2003) vuelvo a la Defensoría, hasta que tiempo después me convoca Jorge Busti y Julio Solanas en 2005 para ser Diputado Nacional. En esa oportunidad renuncié a mi cargo, pese a que estaba tercero en la lista de posibles legisladores con pretensiones de ingresar al Congreso. Fui candidato por un acuerdo entre Busti y Solanas. Busti puso la candidata uno que era Blanca Osuna, Solanas puso el segundo a Raúl Solanas y entre los dos decidieron que fuera el número tres. Eran cinco los que se renovaban y yo tenía buenas posibilidades de quedar afuera pero tuve la suerte de entrar y renuncié a la Justicia el 30 de junio de 2005.

Pero antes de esto te desempeñaste como jefe municipal ¿Qué recordas de ese grupo de trabajo? ¿Quiénes te apuntalaron entonces?

Estando en la justicia integré muchas comisiones de deporte, sociales y comunitarias. Fue así que, lo digo con total humildad, me acostumbré a pelear por cosas para la ciudad y me pasaba como le pasa a cualquiera las frustraciones cómo cosas que querés hacer en tu ciudad tenían límites. Me ayudó mucho la formación que tuve Don Bosco, andar en el deporte y comprometerte por una acción mayor. Para mí la política, tan cuestionada hoy, es la forma que vos tenés de asumir el compromiso mayor; después si eso es aceptado o no, si está prestigiado o desprestigiado, es otro tema. Pero no tengo ninguna duda que quienes asumen un cargo con el afán de servir, están aceptando el compromiso mayor. Lo que pasa es que cuando hay malos ejemplos la gente se cuestiona, cuando la gente siente insatisfacción se cuestiona y eso es lo que vivimos hoy. A nivel mundial hay una gran insatisfacción social. Quién iba a pensar a todos estos movimientos que se dan a nivel mundial. Gran Bretaña, lo que sucede en Alemania, en Francia, España, Grecia que no puede tener gobierno o en Israel que no pueden armar gobierno, en Italia y España que cuesta tanto armar gobierno o duran tan poco las coaliciones. Y cuando ves Latinoamérica, ves lo de Chile. Cuando fui a los Panamericanos de Lima me planteaba una persona las dificultades que ellos veían de Argentina, pero aún así nos reconocían la lucha por los derechos. Y me decía: ‘ustedes tienen una educación modelo que es educación pública, y salud pública’, y eso los chilenos lo valorizan. Y no fueron 30 pesos de un boleto, fueron treinta años.

Volviendo a la primera intendencia.

Yo era conocido por el deporte y no tanto por la Justicia, a pesar de haber tenido reconocimiento en otras ciudades. En Concordia y Gualeguaychú eran causas importantes y la gente me conoció más. Acá la gente me conocía de otra manera. En el año 1991 don Carlos María Scelzi ya me había ofrecido ser candidato, pero yo no estaba decidido, pero finalmente lo hice ocho años después. Para mí fue difícil salir de las causas. Lo hice en el mayor de los silencios, pero fue duro porque  a mí me tocaron causas cuando esas personas eran poder. Eran poder real. Y cuando uno hoy ve la justicia y parece que algunos jueces usan un anemómetro, no solo miden la dirección del viento sino que ya aprendieron a medir su intensidad. Para mí no fue fácil, yo me cuestioné porque nosotros habíamos trabajado dignamente y en silencio, no manoseamos a nadie, pero también pagamos los platos rotos de haber averiguado en los tiempos que son poder. Aprendí que algunas cosas funcionan así y el sector político marca más la cancha, pero tampoco nunca tuve temor y estuve tranquilo con lo que hacía, aún cometiendo errores también.

Finalmente saliste de la zona de confort, que seguramente te generaban la justicia y la educación, para volcarte de lleno al manejo de un municipio ¿Qué te acordas de aquel momento que fueron años críticos para la historia del país?

Sí. Siempre digo que cuando alguien quiere elegir momentos oportunos tiene que hablar conmigo (risas). Yo elegí ser uno de los precandidatos a intendente, éramos siete en ese momento en una interna importante, ya que votaron sólo 800 personas menos que en Concordia, lo cual era una rareza, ya que en la ciudad del citrus se solían registrar hasta tres veces más votos que acá. Los precandidatos del peronismo eran Cettour, Solanas, Bisogni, Marilí Flores, Grilli, Garín y yo; mientras que por el radicalismo estaban Ardoy y Artusi. Finalmente gano la interna y me tocó competir con el doctor Ardoy, con quien siempre tuve una buena relación. Nunca tuve claro si podía ganar o no; sabía que tenía posibilidades y nada más, pero no había nada concreto. El orgullo que llevo es que no solo ganamos en intendente sino también en la interna partidaria, pero como funcionar el peronismo uruguayense y entrerriano, me enteré que me bajaron 40 votos durante la interna del 99, porque les daba vergüenza que les había ganado. Me lo bajaron, pero eso me lo enteré recién en el año 2008 cuando un señor que pertenecía al partido me contó historia: ‘vino la orden para que te bajen los votos’. Hicieron como un recuento de votos para que yo perdiera la interna. En la elección general gané sólo por ocho puntos, pero yo estaba muy contento ya que había conseguido la victoria pese a haber perdido la provincia con Montiel y la nación con De la Rúa. En aquel momento sacamos casi 55 puntos y el doctor Ardoy 46. Fue una elección cabeza a cabeza y me tuve que acostumbrar a lo que había elegido la gente. Yo sabía que el gobernador era Montiel y el presidente De la Rúa y creo que a esas cosas hay que siempre respetarlas porque la legitimidad de origen, ser elegido por la gente, son voluntades que deben respetarse. Y a mí me molesta mucho cuando en un escritorio se corrige lo que se gana en el territorio y yo no era quién para discutir a Montiel y a De la Rúa que fueron elegidos por la gente.

Y esa fue tu primera prueba de fuego, que te marcó para toda tu carrera política.

Ninguna duda, porque cuando yo ingreso al municipio, tenía una deuda de 20 millones de dólares. Porque en ese momento no estaba derogada la convertibilidad, teníamos dos meses de retraso de sueldos. Más como una forma de chantaje que otra cosa el 7 de diciembre dejaron de recolectar basura. Pero eso fue chantaje al anterior Intendente. No había servicio de correo, no se pagaba la luz y se debían aportes jubilatorios de siete años. Y bueno, tuve muchas dificultades porque me tuve que dedicar mucho a la Municipalidad y no tanto a la ciudad. En aquel tiempo el perfil nuestro fue trabajar esencialmente lo social y yo recuerdo que aquel tiempo, esos cuatro años, fueron muy dedicados al esquema municipal y lo social. Había sido el primer Intendente saqueado de la Argentina y Dios me ayudó a que no hubiera muertos, que creo que son esas cosas que te marcan en la vida. Pero Dios me ayudó, no creo que haya otra razón. Más allá de haber sido prudente y con el Jefe de Policía también. Pero cuando me fui la deuda era de 20 millones de pesos, ya se había derogado la Convertibilidad el 6 de enero de 2002 y nosotros habíamos hecho una convocatoria de acreedores que definió que la deuda que realmente era exigible eran 8 millones y creo que eso fue una de las cosas que más me llena de orgullo porque si bien tuvimos los bonos, si bien se sufrió mucho por las dificultades con los sueldos, terminamos ordenando. No echamos a nadie, no convertimos en variable al trabajador y sin embargo terminamos con 308 empleados menos sin echar. Y me parece que hicimos un esfuerzo muy grande pero que tuvo que ver con la Municipalidad y con el área social y no tanto con la ciudad y para mí eso siempre fue una deuda pendiente y quizás eso tenga que ver con este segundo período de Intendente.

¿Cómo fueron esas semanas de los saqueos y cambios en el país?

El 6 de octubre había renunciado el Vicepresidente, lo recuerdo porque el 7 inauguró aquí Sadepan y ahí comenzó todo. Nosotros no sabíamos que aquí iban a saquear. Había muchas dificultades y nunca tuvimos noción del saqueo. Y tampoco nosotros éramos hipótesis de conflicto. Lo que ocurrió fue que se había decidido que la parte operativa del Escuadrón 6 de Gendarmería de Concepción del Uruguay se trasladar a Chajarí, que sí era hipótesis de conflicto. Y la parte operativa de la policía de Concepción del Uruguay se había trasladado a Concordia. Y nosotros habíamos quedado bastante desguarnecidos. Nos habíamos reunido con sectores sociales porque era una situación sumamente complicada y habíamos convenido incluso con los supermercadistas para apoyar, incluso ellos estaban de acuerdo. Concretamente me refiero a Riccio y Casanova como los mayores y bueno, vino gente de afuera, convenció a alguna gente y nosotros creíamos que estábamos dialogando que íbamos a solucionar el problema en un impulso. Sin embargo no hubo interés, hubo agitación para que entraran, entraron y lo que nosotros después pudimos saber, que yo nunca lo pude acreditar o comprobar, solo comentarios, que después así abrieron cinco supermercados. Cuando terminaron pareciera ser que esas personas se retiraban. Tuvimos suerte de no tener heridos, pero lo que más costó en ese momento fue recuperar la confianza en una ciudad relativamente chica entre saqueados y saqueadores. Eso para mí fue muy difícil, fueron días difíciles y para mí fueron conmocionantes porque perdés la noción de cómo manejarte, pero bueno quiero decir que en aquel momento tuve una charla con el Jefe de Policía, Graglia, y yo le dije que aguantáramos lo que pudiéramos y se pudo manejar bien la situación de Uruguay. No había personal pero la policía eligió contener hasta donde pudo y no hubo enfrentamientos como los que se registraron en Paraná y donde hubo muertos. A eso yo lo agradezco porque Graglia tuvo la prudencia de aguantar en momentos donde vos tenés otro tipo de formación. A eso lo agradezco porque tampoco sabías las consecuencias y hasta donde podían llegar los saqueos. Fuimos los primeros saqueados de la Argentina, siempre recuerdo el móvil de Crónica, estuvo transmitiendo en vivo, pero bueno, me han pasado tantas cosas de ese tipo pero lo que no han podido y a esto lo digo con humildad, que no se malinterprete, siempre estuve del sector político con convicciones y tuve lealtad. Muchas veces estaba en total desacuerdo con lo que decidían quiénes conducían pero siempre tuve lealtad para esas cosas. Fue una intendencia complicada pero pudimos terminar mucho mejor de como la iniciamos, pero siempre nos quedó esa sensación de demasiado esfuerzo para recuperar el municipio y sí mucho esfuerzo con lo social. Éramos una ciudad tan complicada en ese momento que el programa Jefes y Jefas de Hogar de Argentina, que declara cuatro emergencias: económica, alimentaria, sanitaria y laboral. Para la laboral monseñor Casaretto trae un programa de Costa Rica que fue Jefe y Jefa de Hogar, que se instaura el 3 de abril de 2002 por un decreto que era el 565 de Duhalde, y dos días después, el primer lugar donde se lanzó el programa fue el viernes 5 de abril en el salón Alejo Peyret del Colegio. Vino Chiche Duhalde y lanzó el programa y aquí tuvimos 3.843 personas que ingresaron al sistema. A su vez nosotros, como hacemos hoy, en aquel momento teníamos tres comedores comunitarios, 1.200 personas. Hoy tenemos 1.000 personas pero en vez de tener nosotros los comedores, ahora llevamos los alimentos a los existentes.

Te recibiste de piloto de tormenta y estabas bien conceptuado, cómo sigue…

En el 2003 vuelvo a la Justicia decidí no continuar, tenía la posibilidad de ser legislador departamental pero tomé la decisión de no continuar en aquel momento porque nosotros habíamos fracasado con un esquema de armar una tercera línea que tenía que ver con Leissa, Martínez Garbino, Stratta padre de la actual vicegobernadora, con Orduna, Julio Solanas. Teníamos un grupo importante, muy interesante, que yo lamento mucho que no haya funcionado. Yo más que candidato era armador del grupo, habíamos avanzando mucho. Pero no se pudo conformar y no se conformó. Me parece que uno quedaba vacío en lo que era un grupo de gente valiosa en aquel momento. Ellos en Gualeguaychú fueron los primeros que trajeron a Néstor Kirchner. Pero en aquel momento Kirchner ya hablaba del 2007. De hecho el primer lugar que visita como candidato a presidente fue la Municipalidad de Concepción del Uruguay, lo hace en el año 2002, vino tres veces en seis meses y éramos solo 14 intendentes. Éramos 13 hasta que el último día ingresa Julio Solanas. Y bueno… Argentina.

Luego viene una etapa corta de dos años como diputado nacional.

Sí, fue corta y además fue el momento donde se cambió el esquema. Los diputados y los senadores antes tenían más juego que el que tuvimos nosotros. Empezó otro tipo de conducción. La jefatura de bloques pasaron a ser muy centralizadas, en aquel momento el grupo de diputados estaba integrado por personas que lo conducían que eran un intendente de Posadas, Irrazabal; Caserio, el actual jefe de senadores, el cordobés; Nemirovsci que era de Río Negro; Díaz Bancalari que era de provincia de Buenos Aires y Urtubey el actual gobernador que era de Salta y ese grupo fue reemplazado por un concejal que vino de Rosario. Alberto Fernández, que era Jefe de Gabinete, vino y dijo: ‘ésta va a ser la persona que va a conducir’ y era Agustín Rossi. Ahí en realidad había tres referentes que eran el poder real: Carlos Kunkel, Miguel Dovena y “Cuto” Moreno. En ese momento era muy centralizada la conducción. Para mí muy exageradamente así que yo cumplí con mi compromiso de Diputado de acompañar muchas leyes que me llenan de orgullo. Ni que hablar de la ley nacional de educación, que para mí es un orgullo. Muchas leyes que para mí han dignificado a la Argentina. Firmé la de Arsat, cuando veo eso, otro orgullo. La verdad que tuve mucha suerte sí en dos años y la verdad que para Concepción del Uruguay, recuperar el Tribunal Oral que me costó como diría Churchill: sangre, sudor y lágrima. Pero fue un orgullo porque lo querían llevar para Paraná. Lo presenté el primero de junio de 2006 al proyecto, y en noviembre de 2008 fue ley. Yo en Diputados había logrado media sanción, pero había un dictamen a vencer que era que el segundo tribunal oral de la provincia fuera a Paraná. Para mí ha sido una alegría que hace poco tiempo se habilitara porque fue una lucha. Pero bueno, así son las cosas.

Pero siempre en la consideración de los armados en esos años.

Fui intendente porque un grupo que me acompaña tomamos la decisión de presentarnos como precandidatos y tuvimos suerte. Fui diputado nacional porque lo decidieron Busti y Julio Solanas. Fui Vicegobernador porque me lo ofreció Jorge Busti. Fui diputado nacional uno en 2011, iba a ser vicegobernador, me bajan el último día y yo por supuesto dije que sí, no era un tema que me importaran los cargos, sí para qué ocupo un cargo y en ese momento fui diputado provincial uno. Como yo tenía poco entusiasmo de ser diputado, Urribarri me ofrece ser ministro de Desarrollo Social, y después por decisiones internas de ellos, quizás no era lo confiable que debía ser en términos políticos, me dijeron que iba a ser ministro de Educación, Deportes y Adicciones y acepté. Y siendo ministro, en el año 2013 por una decisión, una lista que habíamos conformado con Urribarri y Cristina Kirchner, fui diputado nacional uno. Yo en realidad no quería ser diputado nacional uno pero cumplí. Después Urribarri me ofreció si quería no asumir y le dije que sí, que quería seguir de ministro. Y tuve suerte, porque en política cuando uno empieza grande como mi caso, si perdés una elección perdes cuatro años. Yo tuve suerte de disputar diez y tuve suerte en las diez y eso me evitó perder cuatro años.

En aquel momento la creación del ministerio estuvo hasta vista como un castigo. La educación, el deporte y adicciones eran temas complicados.

Sí, pero yo no me quejo. Son cargos de enorme distinción y muy importantes. Pero nada fue sencillo, ni el deporte que tenía que ver con una política donde Entre Ríos tenía que recuperar posiciones. A los Evita veníamos mal y logramos salir terceros, más allá de los resultados que no es lo importante. Pero ahora Entre Ríos sale noveno y ahora décimo. No fue para nada sencillo ese tiempo pero en ese caso, para mí haber trabajado en la educación fue muy lindo.

Gestionaste para la llegada de muchas obras educativas para la ciudad. ¿Cuáles son las que te dan más satisfacción?

De las casi 230 obras, sin contar las del Departamento, que pudimos traer para la ciudad desde que hago política; que me costaron mucho, mucho, quizás las que más orgullo tenga son las escuelas. Estoy llegando a la sexta escuela nueva y al edificio nuevo de Uader. Me tocó gestionar para las llegadas de las escuelas: Rolando, N° 31 Martín Fierro, Villas Las Lomas Norte, Villas Las Lomas Sur, la Lepratti y una escuela que está sin concluir, pero que va a ser un gran colegio de educación técnica y formación profesional, que es una manzana completa con planta alta y baja que darán soluciones a los barrios nuevos de la ciudad. También me reconforta haber reparado 17 edificios, que para este tiempo de tan pocas obras, no es un detalle menor. Pero se pudo y no es sencillo.

Alguna vez te escuchamos decir que si ocupas un cargo provincial o nacional lo haces pensando en qué traer para la ciudad. Ahora te tocó ser Intendente por segunda vez y llegas al término del mandato.

A mí me tocó sacar el segundo promedio provincial cuando fui diputado en el 2005 y me tocó sacar el primer promedio provincial, superior al de Concordia, superior al de Urribarri cuando fui ungido Vicegobernador, a pesar de que acá estaba la Lista 100, donde el candidato era Fidel Baldoni. A pesar de eso sacamos el primer promedio. Pero jamás se me ocurrió tomar la Vicegobernación como una cuestión personal. Para mí era una oportunidad para la ciudad. Yo agradezco que en ese momento, sin actualizar el dinero a valores del año 2011, trajimos para la ciudad 1.323 millones de pesos. Cuando a mí me hablan de la Vicegobernación yo digo: si vos sentís que fue bueno y una oportunidad para la ciudad y sentiste que algo te llegó, ese era el sentido de la Vicegobernación. Y ni que hablar el Departamento. En el Departamento hicimos casi 80 obras y bueno para mí, la verdad que era eso. Más que estar en un cargo, para mí lo importante era eso.

Pero esa actualidad económica hoy ya no existe y llegaste al fin de la gestión aún así.

Hoy se da un fenómeno al revés. Yo soy agradecido. No agradecer lo que se hizo en el barrio La Concepción y lo que significa para la Cantera 25 la Defensa Norte es ser desagradecido con la Nación. También debemos agradecer las obras financiadas por la provincia como son la segunda etapa del Plan Maestro de Agua, el Centro Cultural por lento que vaya, no agradecer las 120 cuadras de pavimento. De las 461 cuadras de pavimento que hicimos en este tiempo, pensando que en cada gestión se hacen de 100 a 130, 120 pagó la provincia. Yo soy agradecido, hay que decir gracias a lo que nos dieron, la trampa es no ser agradecido; pero eso no invalida que desde 1983 hasta hoy, no por los montos contratados, sino por los montos efectivamente pagados, esta es la primer gestión municipal desde 1983 hasta hoy donde la Municipalidad en obra pública puso más dinero que la Provincia y la Nación juntos. No les estoy hablando de montos licitados, me refiero a dinero ya abonado. Lo cual es un hecho que me provoca sonrisa, ya que nuestra Municipalidad es muy chiquita.

Aparte no tiene un esquema tributario meramente recaudador.

Para nada tiene un esquema tributario recaudador en un país donde el régimen va hacia eso. Sí creo que a todos los municipios nos ha ayudado la reforma de la constitución provincial de 2008, porque la garantía de coparticipación ha significado mayor dinero para todos los municipios. En un municipio donde nosotros hemos perdido un ingreso de 23 millones de pesos por la eliminación del Fondo Federal Solidario, además del gasto que debimos afrontar en subsidios de transporte que jamás habíamos pagado y que la Municipalidad de Concepción del Uruguay ahora en diciembre termina de pagar. La provincia aporta un millón doscientos mil pesos por mes para el transporte urbano de Concepción del Uruguay, la Nación setecientos tres mil y la municipalidad quinientos veinte mil; lo que representa a fin de año un gasto de seis millones doscientos veintitrés mil pesos. No digo que no sea justo, explico que son nuevas incorporaciones de gastos, en un esquema general donde ningún programa fue cerrado. Muchos de estos programas fueron desfinanciados, es decir, no te matan, dejan que te mueras.

Esa impronta personal que le diste a la Vicegobernación, además de tu largo recorrido en la función pública, te generó algunas diferencias.

Las dificultades que puedo tener con muchos funcionarios no son de nivel personal. Lo que sí digo, después de 20 años, es que tengo ante los uruguayenses, una tranquilidad. Las cosas que no pude hacer son por mis limitaciones pero las discusiones que yo tengo con muchos funcionarios, desde el Gobernador para abajo, han sido por cuestiones de la ciudad. A ver, yo tengo cuatro hermanos y tengo en mi familia cuatro magíster y un doctor en Economía Agraria y a mí nunca se me ocurrió ir a pedir trabajo para ellos. Cuando veo que alguno le falta solo colocar al perro de su casa, porque no le falta más nada, y hacen política más en pensar situaciones personales, que las del conjunto, pienso que ese tiene que ver mucho con el retraso de Concepción del Uruguay.

¿Se piensa en chico en la política en general o acá en Concepción del Uruguay?

Quiero dejar algo. Nunca me tuvo que llamar Jorge Busti por una cuestión de deslealtad, nunca. Y tuve por supuesto coincidencias y diferencias. Nunca me tuvo que llamar Sergio Urribarri en ocho años por una cuestión de lealtad o deslealtad y fui su Vicegobernador y lo sustituí casi 400 días. Así que tuve la firma demasiado tiempo. Nunca me tuvo que llamar por una cuestión de deslealtad y yo con Urribarri tuve muchas discusiones y una sola vez discutí públicamente con él, una sola vez. Y con Bordet he sido totalmente leal a él. Yo en 2017 choco aquí en Concepción del Uruguay con todos los sectores que decían que Bordet era Macri. Así que yo tengo la máxima tranquilidad de haber sido leal con Bordet. Tuve una sola discusión pública con él, cuando le dije que no iba a inaugurar ninguna obra de su gestión en Concepción del Uruguay. Tuve razón yo, sin embargo yo hablé una sola vez y fui honesto con él. Yo no me quejo. Y estoy hablando de las obras que por contrato deberían estar terminadas pero por el dinero que disponen Benedetto y Richard van a demorar 20 meses más. Pero no me quejo porque veo la parte buena. La ciudad está haciendo la segunda etapa del plan de agua y lo está pagando la provincia. Pero también quiero decir cómo son las cosas. Esas son las discusiones mías, por la ciudad, no por una cuestión personal o del bolsillo.

¿Cómo estamos en la consideración provincial al momento de sentarnos a negociar?

Yo di diez elecciones y nunca se me ocurrió competir contra otros grupos para destruirlos, nunca. Ni a su vez cooptarlos. Yo no voy a buscar gente ajena. Entonces a eso yo lo puedo decir con total tranquilidad. Yo he tenido otra forma de hacer política muy diferente a los esquemas tradicionales de Uruguay. Los esquemas de Uruguay han transitado por una construcción de poder que hay que respetarla. Pero para mí una cosa era Carlos María Scelzi y otra cosa son sus continuidades, de eso no tengo ninguna duda. Fue Carlos María Scelzi el que lleva un ministro de Economía a la provincia. Pero no es una cuestión de discutir, lo que siento es que Uruguay no ha tenido con ningún partido un proceso de construcción propia. Lo que tengo claro es que yo no tengo por qué estar pensando que un conductor político tiene que pensar en nosotros y si no me da algo es malo. Eso lo tengo claro, lo que también tengo claro es que los conductores han preferido dividir Uruguay. Y lo hacen con mucho entusiasmo y eso genera un problema. Uruguay ha sido dador de grandes victorias del peronismo y sus votos han sido exageradamente gratuitos y lo de Concordia, por decir la capital del peronismo, excesivamente costosos y esto se nota.

¿Faltan nombres propios?

Yo no me quejo, pero cada vez que una encuesta me ha dado bien hay un fuerte interés, así como hay un formidable blindaje mediático, yo tengo un formidable bloqueo mediático. La verdad tengo que hacer un esfuerzo muchas veces para figurar en la guía de teléfono, aunque sea una antigüedad. No me enojo, pero sí me molesta que en esta elección hubo una interna importante en el peronismo y después una elección general. La interna la gana Martín Oliva y la general la gana Martín Oliva en una excelente elección. Es decir, Oliva ganó el territorio. Hubo una persona que ganó y el resto no tuvo la suerte de ganar. Lo que no se puede es corregir en el escritorio lo que no se tiene en el territorio. Yo lo que observo con alguna preocupación es la cantidad de dirigentes que solo tienen escritorio y no tienen territorio. Sin embargo son premiados a través de campañas. Yo no sé cuantos cargos iba a ocupar. Primero que no me los ofrecieron y segundo que yo tuve una charla con Bordet y no hice publicidad ni público lo que hablé con Bordet porque soy respetuoso de la figura del Gobernador, pero él sabe cuál es mi pensamiento. Sí, se que desde el propio gobierno de Bordet han elegido manosear a un dirigente que ha sido muy leal. Que le ha agradecido al peronismo las puertas abiertas, pero que le ha dado a los peronistas como los que están en el gobierno, más de lo que ellos me dieron a mí. Y nunca me he ido por afuera como han hecho Carrió o tantos peronistas. Nosotros fuimos los segundos que posibilitamos que Bordet sea gobernador y a mí eso me llena de orgullo porque en esta oportunidad creo que el mejor ciudadano que le podíamos ofrecer a los entrerrianos era Gustavo Bordet. Quiere decir que Concepción del Uruguay no votó mal. De cualquier manera a mí sí me molesta las operaciones de prensa de grupos que están muy cercanos al Gobierno y que no trepidan. Hay lugares donde llevo 15 años sin salir y veo que hay mucha incidencia del Gobierno. Pero bueno, tenemos una dificultad: mientras alguna encuesta me dé bien, yo sé que voy a tener que ir a sacar el documento.

Pero Bordet nunca pudo terminar de romper con una estructura que venía cuestionada.

Creo que Gustavo Bordet recibió un compromiso que él tomó, creo que hizo lo correcto cuando buscó el diálogo, porque cuando a él se lo cuestionaba por tener diálogo con el gobierno nacional, era lo que había elegido la gente. Los entrerrianos eligieron a Bordet pero en la Nación eligieron a Macri y me parece que las críticas no eran correctas. Sí creo que él ha obtenido una gran victoria y desde el punto de vista institucional va a ser respetado. No tengo ninguna duda que Alberto Fernández lo va a respetar. Creo que hay una muy buena relación de Bordet con la gente que quedó demostrada en la elección, y lo político será otro tema. Hay que pensar que Busti tuvo la oportunidad de dejar un sucesor que fue Urribarri y Urribarri tuvo la suerte de dejar un sucesor que es Bordet. Y Bordet tendrá el compromiso de dejar un sucesor y seguramente correrá mucha agua bajo el río, pero es la política. Sí creo y me parece importante que se respeten los resultados electorales. Bordet debe exigir que se respete a quien ganó y se lo debe estar pidiendo a Fernández. Yo sé que fue y se lo pidió por gente cercana a Fernández. Pero Uruguay debe hacer lo mismo porque quien ganó fue Martín Oliva. A nosotros no nos preocupa en lo más absoluto eso, estamos tranquilos, tenemos buena relación con la gente y políticamente sentimos mucha tranquilidad de cuáles son nuestras fortalezas y nuestras debilidades. Y además hemos sido respetuosos de todos los dirigentes pero tenemos claro quién ganó acá. La historia se escribirá y nosotros también queremos escribirla, de eso no va haber ninguna duda, en relación de Concepción del Uruguay.

Lo que pasa es que no había internas, los cargos se repartían en una oficina.

En 2017 se presentaron diez listas en la interna del peronismo provincial. Cinco tenían en nuestra ciudad candidatos, el grupo que sale segundo era Barreto. Y hoy no está ninguno de esos dirigentes. Las internas deberían fortalecerte y a veces no pasa eso. En estas internas hubo siete grupos y cinco estaban dentro de la Municipalidad. No creo que haya un antecedente donde un Intendente haya permitido que cada uno haga lo que quisiera y que después se quedaran en la Municipalidad sin tener ningún tipo de represalias políticas cuando vos ves cómo funciona la política. Lo que está claro es que Uruguay tiene un legislador menos a nivel provincial, no tiene ningún legislador nacional. Pero no hay que asustarse, el error es cuando algunos arreglan por atrás sus cuestiones propias y no les interesa el conjunto. Esta vez no va a ser fácil. Esta vez hay una gran determinación de muchos, que vamos a jugar para Uruguay, no para los negocios personales. Pero esto no invalida decir que quién decide es el que conduce y el que conduce hoy es Gustavo Bordet y nosotros vamos a defender a Uruguay y estamos más que tranquilo con eso.

¿Eso es lo que se viene para Lauritto?

Yo no ocupo cargos porque no quiero en mi ciudad cansar. Y a pesar de que parezca una sensación de debilidad, porque así te lo quieren hacer sentir, en realidad hoy creo que voy a tener la tranquilidad de primero, acompañar la gestión de Martín Oliva y su vez de ayudar a que Uruguay se posicione, pero que se posicione Uruguay, no un escritorio sobre el territorio. Creo que eso es lo que debe que se debe Uruguay para empezar a tener presencia. Hoy Concordia tiene un candidato instalado que es Cresto. Gualeguaychú tiene un candidato instalado que es Piaggio. Paraná tiene un candidato instalado que es Bahl. Bueno, esta es la realidad.

¿Y Concepción?

Yo nunca tuve el apoyo de la dirigencia de Uruguay para ocupar un cargo, me apoyaron los más humildes y con ellos llegué. Pero a pesar de que desfilaron por Paraná para que a mí me vaya mal, yo ocupé cargos importantes. No fui concejal, no fui Gobernador, pero para mí sería muy triste que la gente piense que ocupé esos cargos para mí. Yo creo haberlos ocupado y ojalá la gente lo piense así, en defensa de la ciudad. Y si no fue así, lo mío ha sido un fracaso. Lo que sí voy hacer ahora es construir desde donde yo me identifico que es el peronismo, pero una construcción que sea mucho más abarcativa, que consulte, mucho más frentista y donde no se agote solo en el peronismo. Creo que eso es lo que viene y que ojalá lo pueda hacer. Es decir una ciudad, como muchas otras de la Argentina, necesitada de construir capital social. Me parece que eso es lo que viene y tengo alegría de poder hacerlo. ¿Ocuparía un cargo? Sí, por qué no, pero primero decime para qué. Sino sigo así que no me enoja porque algunos quieren que diga lo que ni siquiera pienso. Sí me importa que se respeten los resultados de las elecciones. Tampoco nos pone loco que no se respeten, pero después las elecciones van a ser totalmente diferentes porque advierto muchos uruguayenses que están decididos a cambiar esto y que la ciudad vaya para adelante con otro molde.

Debe ser peligroso un Lauritto suelto construyendo.

No, no. Porque acá hay que construir con otras ciudades. Hay que construir una nueva alternativa y los entrerrianos, a ver si soy claro, lo único que veo en la Constitución provincial de Paraná es que debe ser capital, después no dice más nada. El resto lo construyen los dirigentes y si no somos capaces de construir no tenemos derecho a quejarnos. Y menos aún de aquel que ha sido capaz de construir.

¿Dónde debe ganar terreno la ciudad desde el 11 de diciembre?

Lo primero es que Martín Oliva haga una buena gestión, que aparezcan más recursos. Las ciudades tienen un capital tangible y un capital intangible. Cuando yo hablo de construcción de capital social es decir uruguayenses, decididos a ser protagonistas. Cuando hablo de capital tangible lo que digo son seis temas que son recurrentes: qué pasa con el agua, el sistema cloacal, el tratamiento cloacal, el suministro eléctrico de la ciudad, qué pasa con la pavimentación y con la ampliación de la red de gas. Acá falta, yo puedo decir que hice mucho pero falta y las dos caras tienen su razonabilidad. Pero la verdad con el agua estamos en la segunda parte del plan y son tres. Es una obra de 400 millones de pesos que está pagando el Gobierno de la provincia. Con el sistema cloacal terminamos el proyecto, es una obra de 1.300 millones de pesos, se licitó el 31 de agosto de 2017 pero no hubo oferentes. Está el proyecto pero faltan oferentes y es una obra central para la ciudad. El tratamiento de efluentes cloacales, gracias al Gobierno de la nación se consiguió un crédito para que San José, Concordia, Colón, Gualeguaychú y Concepción del Uruguay dejen de tirar sus efluentes cloacales crudos al río Uruguay. Nosotros tenemos todo y va a ser una obra realizada en el corto tiempo y va a ser gigantesca porque es una obra costosísima y es Nación la que se va endeudar con los organismos internacionales de crédito. El suministro de energía para Uruguay ha sido bárbara la obra de la estación transformadora del Despertar del Obrero en Sarmiento. Uruguay ha duplicado la capacidad de energía eléctrica y es una de las ciudades donde menos se corta la luz. En el gas nos han dado treinta kilómetros. Inmenso, pero falta. Y de pavimento la ciudad tiene 3.915 calles. Cuando nosotros asumimos había 1.999 cuadras pavimentadas o asfaltadas. Hicimos en este tiempo 461 cuadras pavimentadas, asfaltadas o reasfaltadas y aún quedan 1525 sin pavimentar. Es decir se necesitan cinco intendencias a este ritmo. En cada gestión se pavimentan de 100 a 130 y nosotros en esta gestión jugamos fuerte a esto. Hicimos 461 pero son las cosas que se requieren en la ciudad. Una calle de tierra sale 120 mil pesos perfilar, embrosar y enripiar y no duran tanto. Creo que hemos hecho el esfuerzo para ser serios en este aspecto y hay cosas que va a demorar tiempo verse. Pero iniciamos el camino de que Uruguay transite un tamaño de 130 mil habitantes. Vamos a tener el censo el año que viene que nos va a permitir saber si estamos realmente entre 75 mil y 80 mil habitantes. Pero además tenemos una dificultad urbanística. Somos la primera ciudad de la Costa que chocamos con la Autovía.

¿Sentís que no sos reconocido por tus esfuerzos, por tu gestión?

No, no. Yo la verdad siempre tuve presente cómo es esto. Aparte estoy hecho en el fútbol, si no entiendo eso. Cuando me dicen fulano no es agradecido y cuando yo iba a fichar jugadores me decían que sí y al otro día habían fichado para otro, así que si no aprendo eso. Y a mí en política cuando me preguntan, irónicamente digo, ‘¿fulano está con usted? Esta semana sí, la que viene preguntame’. O sino la frase del ex senador Maya ‘una traición no se le niega a ningún compañero’ (risas). La política funciona así. Se le fueron tres diputados a Macri. Está muy complicado todo esto. Pero la verdad que soy muy agradecido a mi ciudad. Diez veces me presenté y diez veces me votaron. Y la verdad cómo me voy a quejar. Sí digo que no he tenido suerte con los medios, pero bueno tampoco me quejo porque en realidad yo tuve una fuerte operación en el gobierno anterior donde jugaron a que yo no saliera en los medios, hoy también la tengo acá, pero son los personajes de siempre que ya todos conocemos. Ahora esta libertad me permite actuar de otra manera y lo voy hacer pero por una cuestión que ya estoy grande. Pero soy muy agradecido de mi ciudad, del mismo modo que digo que siempre me impulsó trabajar por Concepción del Uruguay. Quizás porque me lo enseñó el deporte, que somos más chiquitos de lo que nosotros nos creemos y que nadie te pone una alfombra roja en ningún lugar. Y las cosas se hacen peleando. Eso estoy seguro y también tengo una familia que debe sufrir también. Mi madre tiene 90 años, se bancó todas las marchas, en esta gestión una. Un día me dice una frase que me quedó fuerte: ‘decime, yo antes de que me muera no te podré ver fuera de la política’. Bueno, debe sufrir pero la verdad es feo como decía Godoy, que vos seas el salivadero de todos. Pero yo elegí, nadie me obligó y soy muy agradecido de la gente. Sí, digo que intenté gobernar para los que me votaron y para los que no me votaron. Y si algunos no lo sintieron así, lo único que me queda es pedirles disculpas.

Trabajaste también para los que no te acompañaron o pusieron trabas en el camino. En el caso de la Terminal hiciste un trabajo de salvar a los dirigentes cuando quizás no te correspondía.

Un tema que sí me interesa aclararlo. Yo no hago política para denunciar. En todo caso en el Juzgado investigué a gente demasiado importante cuando tenían poder y no cuando se iban como hacen ahora. Yo no vine a la política para judicializar la política, no es mi trabajo. En el caso de la Terminal yo me comprometí en campaña, porque entendí que era razonable el planteo, a recuperar para el patrimonio municipal los bienes que habían sido dados. Y no estoy discutiendo la medida que se tomó antes, estoy diciendo que traté de escuchar al vecino cuando me parecía que en forma mayoritaria me decía `recupere esto para el patrimonio y después discutamos qué destino va a tener`. Mi trabajo fue ese.

Pero lo hiciste y podrías haber dejado que actué la justicia.

En eso a mí me tocó rescindir el contrato con Onda Verde que era una deuda millonaria que no se pagaba desde hace cuatro años y medio el servicio de recolección y sin embargo me tocó hacer el contrato como si fuera abogado. El contrato de Entretenimientos de la Costa lo hice con el doctor Vales y lo hicimos como si fuéramos los abogados. A mí me tocó discutir con Caminos del Río Uruguay y lo hice como abogado y la verdad que mi trabajo es ser Intendente y no abogado. Pero lo hicimos porque tomamos con responsabilidad estos temas. Yo trato de no dejarle problemas a la Municipalidad, solucionando el problema del Puente (de Fierro), dejando de pagar un alquiler que no podíamos pagar, pagamos uno de los dos juicios, el del fallecimiento de la persona y la verdad que si a nosotros no nos torean, no nos metemos. Yo hice la gestión municipal y nunca me encargué de hablar del Intendente anterior. Es más, las veces que hablé fue para elogiar y no para cuestionar y eso no significa que tenga coincidencias o diferencias.

Cómo se dio la llegada del proyecto turístico de la Costanera en la Isla del Puerto, tan cuestionado en aquel entonces.

Quizás el día más duro fue un viernes 9 de abril del año 2010. Ese día se había cortado el agua en Uruguay, tres días. A mí me llama Urribarri y me dice que venga a acompañarlo a Bisogni intendente. Yo vengo. Y lo acompaño, y bajamos a una reunión al Illia y en aquel momento se hablaban de tres temas: del plan Maestro de Agua potable, primera etapa de planta y la toma; la obra que faltaba para completar de arroyo Las Ánimas en barrio San Vicente que había un grupo que estaba pidiendo que se terminara la obra y se hablaba del grupo que cuestionaba la obra de la Isla, que yo me hago responsable. Con el agua, Urribarri me encarga que avance con el proyecto de 2004 de Latinoconsult que estaba atrasado y ahí fueron mis viajes a Buenos Aires. Nosotros terminamos eso el 6 de abril de 2011. La obra se licitó en 2011 y se inauguró el 10 de noviembre de 2016. No soy el gestor, nada más que el cogestionador, pero en un año se hizo la oferta técnica y la oferta económica y la obra se terminó. Lo que tenía que ver con San Vicente, con asfaltar y la sistematización de desagües pluviales me tocó ir hablar con el secretario de Recurso Hídricos, un cordobés, Fabián López, y la obra se terminó. Lo tercero fue la Isla. Yo acepto y respeto a quienes estuvieron en desacuerdo, no soy yo quien para discutir a quienes estaban en desacuerdo. Pero a veces cuando estás en estos lugares se toman decisiones. Y yo logré que hagamos el proyecto y conseguimos el dinero, que era lo más difícil. Escuché de todo y ya pensaba que me cuestionaban de mañana, de tarde y de noche y después ya soñaba que era trasnoche también. ¿Qué es lo que me alentó a mí? Las ciudades de la costa del Paraná o del Río Uruguay, el modelo de Rosario, de ponerse de cara al río con la ayuda de arquitectos catalanes que estuvieron en los Juegos Olímpicos de 1992, que los trajo el gobierno socialista de Binner. El primero que lo hace en Entre Ríos es Leissa, siendo intendente 91 al 95 en Gualeguaychú. No hablemos de Federación y Santa Ana que son ciudades construidas a nuevo por el traslado de las ciudades. El segundo que lo hace es Paraná en la costanera del Parque Urquiza, que es una hermosa costanera que la hizo la empresa Pietroboni. La tercera es Concordia. Entonces nosotros fuimos a pelear por eso. Yo acepto a quienes piensan diferente, pero entiendo que para la ciudad es una obra que hoy tiene un grado de aceptación. Fijate lo difícil que es, que ya estaba hecho el proyecto San José – Colón que hubiera sido precioso y quedó detenido por falta de financiamiento. Por lo cual las oportunidades hay que aprovecharlas en determinado momento porque las obras se hacen con proyecto y con dinero. Podés tener proyecto y no dinero o viceversa. Cuando se habilitó en enero de 2015, yo sentí que habíamos hecho algo para la ciudad, pero acepto a quienes piensan diferente.

Aquí atrás está uno de los integrantes de tantos años de gestión. ¿Cómo es ese grupo que te rodea?

Cuando empecé en el año 98. Algunos sonreían porque nosotros no teníamos molde político. Parecíamos demasiado primerizos y casi como ingenuos. Voy a confesar que a veces cuando empezaba a caminar me preguntaba qué hacía ahí y me cuestionaba. Pero bueno, me ayudó mucho entender el fútbol porque yo pensaba que el fútbol era primo hermano de la política pero después me convencí que eran hermanos. Y en ese marco yo empecé con un grupo de gente que me acompañó. Yo no sé si por no decirme que no, pero me acompañó. Con algunos llevamos veinte años. Y para el grupo que tenía de 60 o 70 personas, los otros días saqué la cuenta y quedan once de los que cumplieron veinte años conmigo. Algunos muy contentos que me vaya porque ya no me aguantan más pero esas cosas pasan.

¿Cómo es el balance sabiendo que arrancaste de manera complicada?

Nosotros arrancamos la gestión con una inundación importante a los cinco días, la filtración del paredón este de la Defensa Sur que fue un tema duro y ni que hablar con la evacuación de personas. Con un proyecto de la Defensa Norte del que todos hablaban pero el proyecto no estaba hecho, pero sí nosotros hicimos un gran esfuerzo y somos conscientes, nos parece que hemos avanzado y también nos parece que faltan muchas cosas por hacer. Yo estoy conforme con lo que hicimos porque creo que en esta gestión pudimos dedicarnos mucho más a la ciudad que a la Municipalidad. Porque la Municipalidad tiene que ser en todo caso el soporte que sostiene a la ciudad y no viceversa como me pasó en la primera gestión. Yo estoy conforme si se entiende que hicimos un gran esfuerzo dentro de la Municipalidad con un grupo de gente que se la jugó. ¿Si digo que es suficiente? No, nunca es suficiente y más tengo claro que la gente cambió la vara. No de Uruguay, en todos lados cambió la vara. Nosotros entramos en 2015 con una vara a dos metros de altura y ahora la gente la puso a cuatro. De manera que lo que nosotros suponíamos ya no fue así. Esto nos obligó a replantear cosas y también a saber como leyó Mario Benedetti en Quito un grafiti que explica mucho esto. Él decía, ´cuando crees que tenés todas las respuestas, te cambian las preguntas´. Y nosotros cuando vamos a un barrio que hemos podido pavimentar como pasa en La Concepción, María Auxiliadora, Bajada Grande, Nuevo Uruguay, San Isidro y nosotros suponemos que el que pavimentó su calle ya está pensando en su próxima necesidad. Y creo que el ser humano funciona así. Nosotros sentimos conformidad con lo que hemos hecho y ya se estarán viendo los resultados. Ese es otro tema. Pero también sabemos que la gente ya está planteando otras demandas, otras necesidades.

Muchas de ellas asociadas a la demanda social por la crisis.

Sí hay que trabajar mucho en lo social. Esta es una ciudad de 30 mil familias, que es una de las menos dañadas por la crisis pero eso no invalida decir que estamos en la crisis, que hay 4 mil familias que pugnan por conseguir un trabajo y no lo consiguen y que debería ser nuestra prioridad, que yo estoy sumamente preocupado por dos temas: primero lo que tiene que ver con las personas. Hay personas que no pueden pagar este nivel de suba de alimentos y que no pueden pagar este nivel de subas de tarifas. Y la discusión debe terminarse cuando hay tanta gente que tiene tantas imposibilidades. Y explicar razones cuando vos tenés tantas imposibilidades es un error, es no entender a la gente que más necesita. Y lo segundo que nosotros hemos sido respetuosos de lo que eligió la gente pero tenía la esperanza de que la grieta cuando terminó el gobierno de Cristina se atenuara. Para mí fue una sorpresa que una de las estrategias políticas fuera ahondar la grieta porque perdimos todos. No quiero ser inocente ni ingenuo pero el tiempo que viene va a ser el de hacer un esfuerzo por el convivir, que es vivir con el otro, que parece muy lejano hoy porque hay más interés en ahondar la diferencia que en esto que yo digo. Y compartir que es partir con el otro, nos guste o no nos guste. Yo soy católico y a veces me cuesta escuchar a los católicos. Nosotros tenemos diez mandamientos: tres son amar a Dios y siete amar al prójimo. Y si vos no compartís, decime cómo funcionaría el esquema. Y lo otro que me preocupa que vamos a tener que salir rápidamente de este modelo de tasas insoportables, que han destruido la actividad económica. Como Intendente he tratado de no criticar, porque considero que si los dirigentes además nos dedicamos a criticar, me parece que es la trampa perfecta para terminar de destruir todo. Yo he tratado de ser lo más respetuoso posible, pero eso no invalida decir que nosotros tenemos que ir hacia un modelo totalmente diferente, que busque la reactivación de la economía como primer paso. Y voy a dos o tres cuestiones concretas. A mí me tocó traer 2040 viviendas a Concepción del Uruguay en once años y nunca se construían más de 300 en forma simultánea. No es cierto que trabajan 600, pero sí 450. Si vos en el Puerto tenés uno o dos barcos más por mes en esta reactivación que es una gran noticia para la ciudad, vas a tener 120 estibadores que van a poder vivir del Puerto. No te digo 400 pero 120 sí. Y si podemos recuperar el sector más dañado que es el pequeño y mediano, no podés seguir pensando que los créditos que da el Estado quedan en manos de pocos, cuando lo que tenés que dinamizar es el sector productivo. Pero quiero ser agradecido con algunas cuestiones. Hay mucha gente que se ha quedado sin trabajo. Pero en esta ciudad los grandes dadores de trabajo no despidieron. Granja Tres Arroyos a sus 1.800 trabajos no los despidió. Beccar a sus 520 trabajadores no los despidió. Fepasa tenía 320 y hoy tiene 380, crece y estaba concursada. Lambert a pesar de las crisis del sector tiene 168 empleados y no despidió. Río Uruguay en Concepción del Uruguay tiene casi 200 empleados y no despidió. Sadepan y Pérez Companc con arroz Gallo no han despedido, pero bueno ha quedado muy dañado el sector medio y pequeño y entrar a un banco es darte cuenta que sos todo, menos sujeto de banco. La primera pregunta que te hacés es qué hago yo aquí. Bueno, eso hay que ponerlo más cerca.

¿Qué ideas se te ocurren para lo que se viene?

Lo primero que haría, porque va a ser muy difícil la Argentina qué viene, es dedicarme al sector alimentos, al sector tarifas y reactivar la economía en el marco de un modelo productivo. Pero lo más difícil va a ser bajar las tasas, pero va haber que hacerlo sino es imposible la reactivación económica. Y puede haber algún sacudón inflacionario o del dólar pero la peor trampa es creer que con estas tasas la Argentina puede salir. Y este modelo que ha permitido que señores de trajes decidan. Hay una cosa que llama la atención. Cómo puede ser que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el primer cordón maneje el 78% del circulante del país y que casi no haya industrias. Esto es como el transporte. El 84% del transporte mundial va por agua y en la Argentina más del 80% va por tierra. Después no preguntemos por qué las cosas nos van mal.

De dónde salió la fuerza para atravesar la gestión luego de lo que te tocó vivir a nivel personal.

Todos saben que yo soy medio perro verde. Pero para mí fue un golpazo porque la verdad a mí me ha significado mucho. Primero fui honesto conmigo mismo porque por ahí me lo pregunto. Yo a ella no la quise traer a la Municipalidad, porque ella me planteó en un momento de venir a ayudar. Ella más allá de que hoy no esté, era una buena funcionaria. El día anterior al accidente ella había sido elegida vicepresidenta a nivel nacional sin haber movido un dedo y pasó lo que pasó. Pero lo digo con todo respeto, mi hermano estuvo diez años en Roma, diecisiete en Nueva York era supervisor en Naciones Unidas y yo no lo traje a la Municipalidad. Mi hermana es jefa de despacho en políticas universitarias, no tiene nada que ver con la política, yo no la traje a la Municipalidad. Mi cuñado que es magister, no lo traje a la Municipalidad. Y a Flavia tampoco la traje y a veces me cuestiono esas cosas. Pero bueno, fue un golpazo y convivo con eso. Lo único que me ayuda a veces para entender lo que te pasa en estas cosas, es ver las personas que han perdido un hijo y que todos los días se levantan y van. Y a mí me pasa lo mismo. Me fue y es muy difícil, fue muy inesperado, el orden de la vida indicaba que tendría que haber sido al revés y no fue así, pero me pasó lo que le pasó a muchos seres humanos que han tenido pérdidas muy dolorosas y siguen caminando. La verdad a mí me costó. Hubo gente que me tuvo que aguantar un tiempo, yo les pido disculpas, pero en el 2016 me tienen que haber aguantado porque lo mío era recurrente, pero bueno traté de no molestar más.

¿Recurriste a ayuda?

No, pero valoro quizás más los que recurren a ayuda que los que no recurren porque lo dicen como una muestra de fortaleza. Yo la verdad no me siento para nada fuerte, pero bueno, lo que pasa es que a mí me gusta laburar y voy. Pero no es un escapismo, siempre trabajé hasta el último día, no escapé. Con Urribarri trabajé hasta el 9 de diciembre y el 10 de diciembre a la mañana hice el discurso con Flavia, con ella, y a la tardecita fui a asumir y me había olvidado hasta la fórmula de juramento o no la llevé, así que fue todo como pude porque estaba trabajando hasta último momento. Pero lo hice porque quería, nadie me obligó.

 (fuente: La Calle)

 

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