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Futbol y Política: Gimnasia y Esgrima de Eva Perón y Estudiantes de La Plata

El 26 de julio de 1952 fallecía Evita a causa de un cáncer lo que generó conmoción en gran parte de la sociedad, dolor inmenso y profundo en las barriadas populares, en los militantes del peronismo. La CGT declaró tres días de paro, la proclamó “Mártir del trabajo” y solicitó al gobierno nacional que decrete los máximos honores. Hubo duelo por 30 días y se calcula que cerca de tres millones de personas se acercaron al féretro para despedirla.

También la CGT elevó un pedido para que La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires (fundada en 1882), pasara a llamarse Eva Perón. La aceptación fue total y los cambios masivos. Por ejemplo, la avenida 7 pasó a llamarse Juan Domingo Perón y la 13, Evita.

Las instituciones definieron amoldarse o no a la nueva medida y así lo hizo Gimnasia y Esgrima. A través de una asamblea de socios votaron por denominarse de Eva Perón. En cambio sus vecinos, Estudiantes, decidieron mantener el nombre como habían nacido, de La Plata.

El 9 de agosto la “Ciudad de las Diagonales” pasó a denominarse Eva Perón. El fútbol se reanudó el 16 de ese mes y Gimnasia, que disputaba el ascenso a primera (había descendido en 1951), enfrentó en Santa Fe a Colón por la fecha 17 del campeonato (empataron dos a dos). En ese partido la hinchada Tripera cantó: “Este es el Gimnasia y Esgrima de Eva Perón”. El cántico continuó en las fechas siguientes, inclusive en la última cuando recibió a Colón (en la segunda ronda) y logró el ascenso. Para ese partido el grito fue “El campeón, el campeón es Gimnasia y Esgrima de Eva Perón”.

Tanto en los dirigentes como en los hinchas Triperos, había un orgullo de su nueva denominación y más teniendo en cuenta que el rival de toda la vida se había mostrado contrario.

Todo esto tiene sus bases culturales y sociales. El fútbol en Gimnasia se conformó por la clase obrera, trabajadores de los frigoríficos de Berisso y Ensenada, de ahí el apodo de Tripero. En tanto que Estudiantes tuvo sus raíces en los sectores más aristocráticos de La Plata en el momento de su fundación. Cuando nació (1905) los socios solo podían ser universitarios, los que pertenecían a una clase acomodada platense, hay que tener en cuenta que esto fue mucho antes de la Reforma Universitaria (1918), momento en el cual ingresaron hijos de obreros a las casas de altos estudios.

Para entender estas cuestiones sociales, entre los dos sectores, es el canto de la hinchada de Estudiantes que estigmatizaba a los simpatizantes de Gimnasia: “Para ser hincha de Gimnasia dos cosas hay que tener, una casilla en Berisso y un long play de chamamé”.

Otro capítulo de esta historia sucedió en Plaza Moreno cuando la CGT de la “Ciudad de las Diagonales” y Gimnasia realizaron un acto para repudiar a Estudiantes. Resulta que el “Pincharrata” recibió varios ejemplares de “La Razón de Mi Vida” y los dejaron humedecerse en algún rincón olvidado del club.

Como si fuera poco en el Campeonato de Primera de 1953, al que había regresado Gimnasia, Estudiantes descendió a la segunda división. Salió último con la misma cantidad de puntos que Newell´s, pero con más goles en contra. Para los hinchas del “León” eso fue una represalia por haberse resistido al peronismo. Aunque deportivamente hablando, tuvo un rendimiento bajo y en casi todas las fechas ocupó la última posición.

El 16 de junio de 1955 la Marina bombardeó Plaza de Mayo dejando como saldo 364 muertos y centenares de herido con el objetivo de destituir a Perón. El 16 de septiembre Perón fue derrocado, el comienzo de la “Revolución Libertadora” para algunos o la “Revolución Fusiladora” para otros.

Con la dictadura de Eduardo Lonardi, se proscribió al peronismo y todo aquello que hiciera referencia al movimiento social y político. De más está decir que La Plata volvió a su nombre original.

En ese 1955 Estudiantes fue campeón de la segunda división y volvió a jugar en la Primera al año siguiente, en 1956. En su primer clásico platense, tras el regreso, la hinchada del Pincha o los sectores de la platea, como lo atestiguan, le cantaron a los de Gimnasia: “Estudiantes y la Marina lo más grande de la Argentina” haciendo clara alusión al golpe del 55´. Cada vez que podían los hinchas de Gimnasia ante Estudiantes entonaban la marcha peronista (prohibida) con la letra cambiada: “Dale Looo, dale Looo, dale Lobo, dale Looo”. A cambio recibían del otro lado una cerrada silbatina.

Claro que estas preferencias no fueron del ciento por ciento porque ni todos los hinchas de Gimnasia eran peronistas, ni tampoco todos los de Estudiantes anti peronistas. Inclusive en la interna de Menem y Cafiero (1988) la hinchada del Pincha mostró un par de veces un trapo con la cara del ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, Antonio Cafiero, actitud repudiada por distintos sectores de la platea.

El fútbol y política, dos pasiones de los argentinos, siempre estuvieron ligadas desde sus inicios mismos.

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NR:

Los apelativos –incluso- vienen de esa historia. Los Triperos eran la forma despectiva de llamar a los obreros de los frigoríficos; mientras que Pincharatas, era la forma -casi inocente- de despreciar a los estudiantes de medicina.

Incluso en las épocas de las dictaduras militares, la hinchada de Gimnasia siempre cantaba la marcha peronista como expresión política de desafío a los militares.

En realidad, si bien estoy convencido en que los que comenzaban a entonarla estaban claramente identificados con el Peronismo, la Marcha en sí se había convertido en algo mas. Era  un grito desafíante –cuando había un decreto que prohibia mencionar a todo lo que tuviera algo que ver con el peronismo con penas de hasta prisión-  de todos los humildes, de rebeldía,  de provocación al gobierno militar que había derrocado a Perón, que  impedía elecciones libres y la vuelta a la democracia.

Los enfrentamientos entre la hinchada de Gimnasia  y la policía era habituales. En la mayoría de los estadios, la policía solo le pegaba a los visitantes; en La Plata, no. Los enfrentamientos en el bosque y sus alrededores eran con la  hinchada local. De mi niñez platense tengo esos recuerdos imborrables cuando huíamos de aquellos enfrentamientos, no obstante recuerdo que allí ví –por primera vez- la técnica de tirar bolitas (de esas con las que jugabamos los gurises) en la calle empedrada, para que los caballos de la policía montada resbalaran y cayeran, cuando se producían los enfrentamientos. Esto mismo lo volví a ver –años mas tarde – frente al Comedor Universitario  en las luchas estudiantiles de los comienzos de los 70…

RON

Fuentes: Licenciado de Comunicación Social, Fernando Domínguez – Programa “Abrí La Cancha” – Radio Gráfica

Esta nota fue publicada el 28/4/2020 por la revista La Ciudad

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