Un destello de luces inundó el set mientras Mirtha Legrand, la incombustible diva de la televisión argentina, recibía al gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, en su icónica mesa de los sábados por la noche. El clima era expectante; la velada prometía, como muchas veces, una serie de declaraciones y debates candentes. Sin embargo, lo que quedará grabado en la memoria colectiva no será tanto el contenido político, sino un desliz histórico que dejó a los concordienses, y a otros tantos entrerrianos, boquiabiertos.
A pesar de la exhaustiva campaña mediática, las onerosas inversiones en publicidad para que el nombre de la ciudad de Concordia quede emparentada con el escritor Francés, Antoine de Saint-Exupéry, autor de uno de los 5 libros más leídos del mundo, El Principito, el gobernador Rogelio Frigerio, a quien siempre la oposición le ha endilgado desconocer la provincia, su idiosincrasia, su historia, de ser un porteño extraño que recaló en las tierras de los panza verde para valerse de una plataforma desde la cual impulsar su carrera política con pretensiones de recalar en un puesto mayor en Nación (algunos dicen la presidencia), cometió el error histórico de confundir Concordia con Concepción del Uruguay, y darle a esta última ciudad entrerriana el «honor» de haber sido la ciudad que albergó -y tal vez inspiró- al artista.
Entre risas y comentarios formales, Mirtha, con la elegancia y perspicacia que la caracterizan, lanzó un comentario pregunta que no tardó en revelar uno de los momentos más insólitos de la noche.
«… El carnaval de Gualeguaychú es maravilloso», dijo la diva. «No solo Gualeguaychú, Gualeguaychú es el más conocido. Tenemos carnavales en Gualeguaychú, en Concordia, en Gualeguay, en distintos lugares de la provincia…», amplió el gobernador Frigerio. «El autor del Principito visitó la provincia. Vivió un tiempo», agregó Mirtha haciendo gala de su buena memoria y el bagaje histórico y cultural que le han dado los años. «Sí. Vivió un tiempo. Creo que en la zona de Concepción del Uruguay. Creo que en Concepción del Uruguay», lanzó Frigerio. «Ah, Concepción, en Concepción, sí. En casa de unos amigos creo que era. ¿Está la casa todavía?», preguntó la conductora. «Sí, sí, sí», asintió tres veces el gobernador.
Antoine de Saint-Exupéry efectivamente aterrizó de emergencia en Entre Ríos, pero fue en el parque San Carlos, cerca de Concordia, no en Concepción del Uruguay. A fines de 1929, un pequeño avión tuvo que aterrizar de emergencia en un claro, a orillas del río Uruguay. Antoine de Saint-Exupéry, al mando de un Latécoère 25, sufrió un desperfecto mientras cubría la ruta entre Buenos Aires y Asunción del Paraguay para la Aéropostale. Fue entonces cuando, buscando refugio y asistencia, recaló en Concordia.
Saint-Exupéry, un piloto solitario y aventurero, fue recibido por el matrimonio Fuchs-Valon en lo que hoy es el Parque San Carlos. Mientras evaluaba el daño en su avión, oyó risas infantiles en francés y descubrió a las dos hijas de la pareja, Suzanne y Edda, quienes se convertirían, cuenta el mito, en inspiradoras de sus relatos fantásticos.
Pero más allá del desliz histórico, Frigerio utilizó su tiempo en la mesa de Mirtha para destacar los desafíos y logros de su gestión. «Me tocó un momento muy difícil para todos los que estamos en la función pública. Nunca hubo una situación como esta en democracia. Es una herencia pesadísima que tiene este gobierno nacional», afirmó con la gravedad de quien carga sobre sus hombros el peso de una provincia en crisis.
La conversación se tornó más seria cuando Mirtha le preguntó sobre la situación económica de Entre Ríos. Frigerio no dudó en señalar que la provincia ha sufrido las malas políticas macroeconómicas de los últimos 50 años, destacando la falta de inversión y desarrollo del empleo como principales obstáculos. «La única forma que tenemos para salir adelante es buscando consensos, trabajando juntos, terminando con las grietas, con las peleas», sentenció.
El gobernador también le puso dramatismo a su intervención durante el programa al contar que le quitaba el sueño «la gente que no puede comer, que no tiene lo indispensable y las dificultades que tengo para solucionar problemas. Es muy difícil gobernar sin recursos, pero lo hago a la espera que tengamos una recuperación que todos estamos esperando y que creo que va a venir. Pero mientras tanto no podemos estar de brazos cruzados. Hay mucho que hacer para mejorar la gestión. Encontré un Estado muy ineficiente».
Frigerio insistió en que parte de la solución a los problemas del hambre que no lo deja dormir, la falta inversiones y desarrollo del país estaría en votar la Ley de Bases impulsada por el gobierno nacional de Javier Milei: «Ojalá la Ley Bases salga. Tiene que salir. Es una señal para afuera. Así, un gobierno débil desde el punto de vista parlamentario y sin gobernadores afines podrá así lograr gobernabilidad y una integración inteligente con el mundo, generar inversión, desarrollo económico y social. La Argentina tiene que dar esas señales. La Ley Bases de hoy es un tercio de lo que era».
«Milei ganó porque fracasó la política. Hemos producido 50% de pobres. Era lógico que la gente buscara un cambio y quien mejor interpretó ese cambio era Milei», sentenció el gobernador.
Fuente: Diario Junio
