Por Roque José Giovenale –
Por el desfile inaugural de 2000 jinetes en el caluroso mediodía del sábado 21 de enero, en calle San Martín uniendo la plaza de la Feria Nacional de Artesanías con la “Próspero Molina”
Por los 800 bailarines desfilando y bailando, en el atardecer del mismo día, con idéntico y lucido recorrido
Por la calle San Martín convertida en peatonal en cada atardecer e invadida por una multitud, exhibiendo “El Corralito” y otras peñas callejeras, en medio de un centenar de atractivos.
Por el escenario callejero de la Plaza San Martín, una hermosa fiesta popular, por si misma, con músicos cantantes y bailarines de toda nuestra geografía.
Por el Encuentro de Poetas con la Gente en la Escuela Roca, una pausa en el bullicio, para deleitarse con la poesía y el canto.
Por lo que acontecía en el Escenario “Atahualpa Yupanqui” desde el estruendo multicolor y la belleza de la danza marcando cada apertura, brindando infinidad de grandes momentos a partir de la primera luna con Dino Saluzzi hasta la última con Peteco, con la presencia de las máximas figuras del género y la reiterada recordación de Horacio Guarany.
Por las peñas, “La Taba”, “La Salamanca” «La Fiesta del Violinero”, “El Sol del Sur”, entre otras, para, saborear asado, chivito, locro, empanadas, ver y escuchar a excelentes artistas, charlar con algunos de ellos, bailar zambas, gatos, chacareras, sacar fotos, quedarse toda la noche y más allá de la noche también.
Por la mañana del lunes en el frente de la tradicional confitería Munich, otra inmensa peña callejera, con Los Tekis, Los Manseros Santiagueños y otras figuras presentadas por Cadena 3, la conocida radio cordobesa.
Por los variados talleres, desde bombo o zapateo a platería mapuche, una amplia grilla de propuestas para aprender de música, de danza, de artesanías.
Por los almuerzos junto al Cosquín, ese río tan cargado de recuerdos y de duendes de la música y del canto, y vivir luego lo que acontecía en torno de alguno de los escenarios ubicado en sus orillas.
Por la gran fiesta de la chaya amasada con mucha harina y albahaca por Sergio Galleguillo, en Santa María de Punilla para festejar su cumpleaños junto a doce mil almas.
Por la mañana del jueves en “La Europea” mítica confitería de Cosquín con la presentación de “Poncho”, el nuevo trabajo de “Canto Cuatro” aquel grupo salteño, que estuviera en Concepción en el año 2005, para deleite de los presentes en la “Mateada “de “Toto Porá
Por el mediodía del viernes en Balneario La Toma para presenciar, y para bailar con “Los Carabajal” “El Chaqueño y otros artistas.
Por encontrar tanta gente amigable, de Córdoba, de Salta, de Jujuy, de Puerto Deseado en la lejana Santa Cruz, de todos los rincones del país, y más aún, charlar con algún chileno, fascinado con el festival, al que asiste por sexto año consecutivo, con una pareja italiana que enseña las danzas argentinas en Roma o con un grupo de jóvenes rusos fascinados por el hechizo coscoíno y dispuestos a contarte que en Moscú ya han organizado un mini festival de folklore argentino al que llamaron “Adentro”
Por estas y por otras cantantes y sonantes razones, en el 2017, responder al tradicional llamado “Vengan a ver el milagro, Cosquín empieza a cantar” ha sido un regalo para el alma
Ah…y dormir; ¿cuándo? El dormir no es una costumbre muy difundida en Cosquín, a lo largo de los nueve soles y nueve lunas festivaleras. No se duerme, no se puede dormir durante el festival, no sólo por el precio de los hoteles. No hay tiempos, no hay silencios y te lo prohíbe la certeza de que te perderías algún grato momento.
