Por José Florentino Beorda –
Ref.: “El gorrión en el agua”
Sobrevolaba la comarca en vuelos ondulantes, que de vez en vez, restañaban luz de sol sobre sus alas. Al paso de mis idas y vueltas cabildantes, pasé muy cerca del árbol donde se posara, apenas antes:
- ¿Qué haces? ¿Qué buscas?
Me pregunta… como a la espera.
- Los secretos de la Naturaleza. Los paradigmas Del ser. (Contesté con voz cruda y razonada.)
- Eso es bueno. Si. Eso es bueno.
- Háblame de seres que conozcas.
- ¡Hum! Si así lo quieres. De acuerdo… (Silencio breve. Cadencia. Voz ronca y suave, como brizna.)
Y entonces…
- Escucha: ¡Nunca. Nunca verás al León que se divierte o juega con Las Hienas!…
Las observa. Las aquieta… Las ahuyenta.
Si ves al León que se divierte y juega, con Las Hienas… Ya no es león. Es tan sólo… Tan solo… una Quimera.
El silencio se llevó, en breve, algunas de mis dudas y sospechas.
- El Gorrión. ¡Nunca, Nunca lo verás jugar ni divertirse con Aves de Rapiña!
Se acurruca y esconde… y se diluye en alas buscando otras fronteras.
Si ves jugar al Gorrión y divertirse con Aves de Rapiña…
- ¡Ya no es gorrión! (Surgió de mí, como si supiera)…
- Es tan sólo… Tan sólo una Quimera.
Conclusión que trasvasa desde entonces, mis propias y delicadas fronteras:
“Ser o No ser” (*)
Ése es el Dilema.
“Naturaleza digna o Falsa apariencia” (**)
Ésa la Encrucijada
O… la precisión de la Respuesta.
(*) Shakespeare
(**) José Martí
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