Roxana Lizárraga acusó a la prensa extranjera de sedición. Los cronistas que fueron increpados en La Paz y la cancillería tuvo que esconderlos.
La flamante ministra de Comunicación de Bolivia, Roxana Lizárraga, acusó de sedición a los periodistas que realizan la cobertura de la crisis desatada tras el golpe de Estado del domingo, quienes luego fueron amedrentados por manifestantes y debieron ser evacuados con ayuda de la embajada.
«Los periodistas que están causando sedición tienen que responder a la ley. Ya están identificados algunos bolivianos y otros extranjeros y el ministro de Gobierno va actuar», amenazó Lizárraga, una periodista que asumió ayer por decisión de Jeanine Añez, la senadora que se autoproclamó presidenta en una sesión sin quórum.
Sedición es el «levantamiento de un grupo de personas contra un gobierno con el fin de derrocarlo», una definición que para la nueva ministra de Comunicación en encuadra en la cobertura periodística.
A su aparición le siguió una feroz persecución a los cronistas televisivos que registraban los enfrentamientos de TN, Crónica, América y Telefé que registraban los enfrentamientos en La Paz y no podían finalizar sus coberturas porque los manifestantes les gritaban delante de las cámaras.
El periodista de América Noticias, Rolando Graña, fue increpado mientras describía cómo la policía boliviana detenía manifestantes, dijo que había una batalla en cada esquina y una mujer comenzó a gritarle y a tratarlo de mentiroso.
El equipo de TN denunció haber sido perseguido por un grupo de personas y cuando estaba haciendo un móvil desde el hotel, los conserjes la interrumpieron por una supuesta denuncia de francotiradores.
La dantesca escena fue rápidamente repudiada por la cancillería argentina, que a través de un comunicado pidió seguridad para los equipos periodístico, pero aun así planeó un operativo de evacuación para los trabajadores de prensa, alojados en una residencia secreta para proteger sus vidas.
Entre la prensa internacional una de las imágenes que recorrió el mundo fue la del cronista de Russia Today, interrumpido a gritos y empujones mientras hacía su reporte desde la plaza Murillo.
Desde México, Evo Morales defendió a los periodistas en un tuit. «Con militares y policías que reprimen al pueblo que denuncia el golpe racista de Mesa y Camacho en las calles, la «ministra» de Comunicación de la autonombrada «presidenta» de Bolivia amenaza con encarcelar por sedición a periodistas que informan de la represión. Estado de facto», posteó.
(fuente: https://www.lapoliticaonline.com/)