Por Rodolfo Oscar Negri –
Se expresa para resaltar la ausencia de alguien que debía o debió estar presente en determinado momento o no estar presente en el lugar en que era de esperar.
Normalmente se dice que esto se nota más, justamente porque no está.
El tema tiene su historia.
En el pueblo romano era tradición que cuando acontecía una muerte se exhibieran ante la urna funeraria los retratos de todos los antepasados del fallecido. Se realizaba unas efigies a partir de unas mascarillas de cera de los parientes difuntos para honrarles.
Según relata el historiador latino Tácito (que vivió entre los años 55 y 120 DC) en su libro III “Anales” sobre la muerte de Junia -viuda de Casio y hermana de Bruto (asesinos de Julio César)- todo el mundo reparó en la falta de la imagen de los dos criminales, brillaban (llamaba la atención) su ausencia.
(…) viginti clarissimarum familiarum imagines antelatae sunt, Manlii, Quinctii aliaque eiusdem nobilitatis nomina. sed praefulgebant Cassius atque Brutus eo ipso quod effigies eorum non visebantur.(…)
Tácito Annales III, 76
Fue mucho más tarde, durante el siglo XVIII, cuando el poeta francés André de Chenier rescata los textos del historiador romano y puso de moda la expresión brillar por su ausencia.
La misma –como señaláramos- se usa desde entonces y hasta hoy en todo el mundo, generalmente con mala intención, para resaltar que alguien no está presente en un determinado momento o circunstancia, o cuando más se lo necesita.
¿Quién la imaginaba tan antigua?
