Por Belén Gómez*
Las nuevas y preponderantes corrientes de pensamiento económico hoy se abrazan a la esencia Social de la Economía, concibiendo a la Cooperación como tercer principio fundamental de la evolución y supervivencia de la humanidad, y aseverando que nuestras vidas gregarias y medios de subsistencia futuros deben apoyarse en tres pilares: crecimiento si, pero con inclusión y sustentabilidad. Pero no el crecimiento concebido históricamente con un fin en sí mismo y punto de llegada de la Economía en su conjunto, medido exclusivamente en términos de PBI, sino en términos de regeneración con el propósito de la satisfacción de las necesidades humanas, de todos y todas, para que el conjunto pueda prosperar y desarrollarse de una manera equilibrada y sostenible.
Día propicio hoy para asumir la responsabilidad compartida de hablar de Inclusión y Diversidad, también desde en elfoque de la Economía. Un 28 de junio de 1969, en Stonewall, Nueva York, la policía inició una redada que terminó con el primer levantamiento del colectivo y la celebración todos los 28 de Junio como Día del Orgullo. De allí que todo este mes sea elegido para rememorar las primeras manifestaciones del colectivo LGTBIQ+ pidiendo por sus derechos.
La economía en sí misma de las personas que forman parte del colectivo LGTBIQ+ cada vez es más relevante en la agenda mundial, sobre todo enfocando en el impacto económico que genera la discriminación y exclusión, ya sea en términos del acceso limitado a la educación y las oportunidades de trabajo, de la brecha salarial cuando logran insertarse en el mercad laboral (ya sea formal o informal), la posibilidad de obtener créditos o alquilar una vivienda, y, sobre todo, enfrentar los desafíos de la atención médica (con una esperanza de vida cercana a los 35 años en el caso de las personas transgénero).
Ahora bien, ¿qué se está haciendo para revertir esta situación desde la el plano de la Economía? ¿La Diversidad es una ruta que nos conduce al Desarrollo Sostenible?
A nivel organizacional, durante este mes se observarán instituciones que transforman sus logos pintándolos con los colores de la bandera LGTBIQ. Pero la Diversidad y la Inclusión, como estrategias abarcan mucho más que esta acción y pueden definitivamente impactar en la Sostenibilidad (la simbiosis económica, social y ambiental) tanto de esas Instituciones como de las comunidades en general.
En el plano de las Empresas en particular, se requiere de un cambio cultural que se internalice a través de diferentes acciones que van más allá de lo comunicacional, con el propósito de mejorar la calidad de vida y bienestar de todo el capital humano. En 2020 McKinsey publicó el Informe denominado «Diversity Matters. Latinoamerica», en el cual puede afirmar dadas sus investigaciones que organizaciones latinoamericanas que materializan el valor de la diversidad en acciones concretas que son visibles para su personal, suelen: destacarse de las demás en prácticas empresariales de innovación y colaboración, sus líderes son más efectivos para fomentar la confianza y el trabajo en equipo, tienen un mejor clima laboral y mayor retención de talento, obteniéndose como resultado que las compañías más diversas poseen un 93% más de posibilidades de lograr resultados financieros superiores a sus pares dentro de una misma actividad económica.
También se encontró que las personas que trabajan en estas empresas son: 152% más creativas para proponer nuevas ideas y probar nuevas formas de hacer las cosas; el 63% de las personas manifiestan sentirse felices en el trabajo, en comparación con apenas el 31 por ciento en empresas sin un compromiso claro con la diversidad.
Respecto de estudios mundiales, según datos Confederation of British Industry empresas con diversidad de género en los equipos ejecutivos tienen 25% más probabilidades de obtener mayores rentabilidades que sus pares; el mayor sentimiento de pertenencia de su personal puede conducir a que el desempeño laboral aumente un 56%.
Ahora saliendo del plano organizacional y analizando la globalidad, si el colectivo LGTBIQ+ fuera un país sería la tercera o la cuarta economía mundial, según el informe de LGBTI 350 a LGBTI 400: Orgullo y rendimiento empresarial, de Credit Suisse. El banco estima que entre el 5% y el 10% de la población mundial forma parte del colectivo, con lo que su PBI se situaría entre los 2,7 y los 5,2 billones de dólares.
Y para incrédulos e incrédulas, que aún se mantienen en la antigua definición de Economía cuyo norte es sólo la búsqueda de crecimiento económico, también hay respuestas en la Diversidad y la Inclusión: existe una correlación positiva entre el reconocimiento de los derechos de este colectivo y el desarrollo económico a nivel global. Ya que el reconocimiento de un derecho adicional está asociado con un aumento de $ 1,400 de PBI per cápita.
Pero, por citar un ejemplo de inequidad y lo que representa, según el Foro Económico Mundial (WEF) en su primer reporte sobre Diversidad, Equidad e Inclusión 2023, se necesitarán otros 151 años para cerrar la brecha económica mundial de género en todos los niveles.
Por último, la Economía es una Ciencia Social, un instrumento para que vivamos mejor en comunidad todas las personas, nos identifiquemos cómo nos identifiquemos y amemos a quien amemos, porque el amor… es también un factor generador de prosperidad y sostenibilidad, que mucha similitud y simbiosis tiene con la economía, pero quedará para un próximo artículo.
* Dra. en Ciencias Económicas; Magister en Economía Solidaria e Innovación Social por la Universidad de Salamanca y el BID; Economista especializada en Sustentabilidad por la Universidad de Oxford. Integrante de Paridad en la Macro.
Fuente: baenegocios.com