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Las Mentiras y la falta de respuesta ¿Dónde están nuestros dirigentes?

Por Luis Alejo “Toto” Balestri     –


El día jueves, en un reportaje radial, el asesor de Milei en temas laborales y redactor del proyecto de ley laboral, haciendo gala de un discurso mentiroso y también cínico, porque conocen la historia y mienten adrede, declaró “tenemos una ley de contratos de trabajo de 1975, donde la máquina más importante que teníamos era la máquina de escribir mecánica”.

En otro momento me ocupé de la decadencia argentina. Este discurso falaz encaja con aquellos que sostienen la decadencia como consecuencia del peronismo.

Vuelven conque no teníamos tecnología y que solo existía una industria sostenida por la protección pública y estábamos entre los últimos de mundo.

Sabemos que no es así, pero no sé porque rara parálisis la dirigencia opositora no responde. El abogado De Diego, asesor de las grandes corporaciones miente cuando dice que el proyecto más que “una bocanada de aire fresco que tenga que ver con las nuevas tecnologías”, solo pretenden ir al trabajo semiesclavo solo en provecho de las grandes corporaciones y de sus codicias, justo cuando en el mundo, en el reordenamiento geopolítica que se está produciendo, hoy la competitividad no pasa por precarizar el trabajo.

Para que no haya dudas, voy a rebatir las expresiones mentirosas de ese abogado con los dichos de alguien con quien tengo pocas coincidencias ideológicas. Se trata de un académico de apellido Isuani que formó parte de los gobiernos de Alfonsín y De la Rua, por lo que probablemente sea radical. La nota publicado en el diario Perfil india que en la Argentina de los años 70 “muestra grande progresos en el desarrollo de industrias de base como la siderurgia, el aluminio y la petroquímica, autosuficiencia en la producción de energía fósil e hidroeléctrica, fabricación de automotores de marcas nacionales, avanzada investigación en energía nuclear, fabricación naviera y aeronáutica, universidades prestigiosas e investigación científica destacable. Poseía una sociedad con alto nivel de integración social y muy importante desarrollo de los sistemas educativos y sanitarios”.

Clarito, nuestra tecnología tenía bastante más que máquinas de escribir, que por aquellos tiempos fabricábamos en el país, al igual que las calculadoras electrónicas que eran vanguardia en toda América Latina y competían de igual con las norteamericanas y las europeas. Incluso es conocido que dos industrias de vanguardia (Olivetti y Fate) desarrollaban proyectos para avanzar en el terreno de las computadoras.

Es decir, a pesar de los intentos de romper el proyecto de desarrollo por sustitución de importaciones llevado a cabo con posterioridad al derrocamiento de Perón, a veces por inercia y en otros momentos por brisas a favor (el gobierno de Illía y algunos momentos de la dictadura del 66 al 73), la industrialización prosiguió y se consolidó en los 70.
El regreso del peronismo, sobre todo con Perón vivo y con la gestión de Gelbard, no solo dejó la ley de contratos de trabajo sino que la industria, fortalecida salió a competir internacionalmente y en esos años alcanzó los porcentajes más significativos de nuestras exportaciones. A pesar de los conflictos y las contradicciones, el Informe Maddison muestra que antes de la dictadura genocida estábamos entre los primeros 20 países del ranking de PBI per cápita. También recordar que nuestro PBI era mayor que el brasileño y que medido por habitante duplicaba al de Brasil y era muy superior al chileno y al uruguayo que hoy nos superan.
Gente como este abogado que se instaló en la dictadura fueron los que iniciaron la decadencia argentina. La misma dictadura que reivindica el gobierno actual. Suelo utilizar las etapas de la una revolución que narraba Perón para explicar este proceso. La dictadura significó la toma del poder y la parte dogmática.

Los años 90 significaron la institucionalización de la contrarrevolución y este gobierno viene a enterrarnos definitivamente, cerrando lo que quedaba de aquellos tiempos y algunas de las cosas que recuperamos entre los gobiernos de Néstor y Cristina.

Recordemos que gran parte de la dirigencia empresarial de hoy formó parte de la nueva elite que reemplazó al último proyecto de burguesía industrial y que se identificaron como “capitanes de la industria”. Con ellos, en esas empresas que surgieron lo financiero pasó a ser más importante que lo productivo.

La reforma laboral planteada es posiblemente el fin del sindicalismo que surgió con el primer peronismo. No pretenden tomar en cuenta las relaciones laborales a partir del cambio tecnológico, solo pretender evitar las negociaciones colectivas de los trabajadores y obligarlos a negocias de un modo directo con el empresario, sin tomar en cuenta que se trata de una relación muy asimétrica desde el punto de vista del poder.

Pero para justificar la destrucción recurren a las falsedades sin el necesario debate por parte de la dirigencia que conoce la verdad y participó de esas verdades.
 Luis Alejo “Toto” Balestri. – Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Córdoba (España).- Contador Público por la Universidad Nacional de La Plata (Argentina). – Diplomado en Relaciones Internacionales por la Círculo de Legisladores del Congreso de la Nación Argentina y el auspicio de la UBA.

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