por Pablo Stein –
El 5 de marzo de 1860 Justo José de Urquiza finalizo su periodo como presidente de la Confederación quedando Buenos Aires al margen del resto de las provincias.
Asume el mismo día Santiago Derqui oriundo de la provincia de Córdoba, pero su presidencia va a durar muy poco tras el abandono del Urquiza en Pavón el 17 de septiembre de 1861
Asume por un corto periodo el vicepresidente Pedernera y el 12 de diciembre de 1861 Bartolomé Mitre se convierte en presidente virtual pese a que recién el 12 de octubre de 1862 se llevarán a cabo elecciones que lo convertirán en el sucesor legal del general Urquiza.
Las elecciones de 1868
El 12 de octubre de 1868, la sucesión presidencial tiene varios candidatos.
El sistema electoral era por el voto de los electores de cada provincia y no por el voto directo del pueblo.
Los electores no tenían el compromiso de votar a determinado candidato y eran libres de elegir independientemente de que facción política había ganado en cada provincia.
Justo José de Urquiza fue uno de los postulantes con la intención de volver a ser presidente, en esta oportunidad de todo el territorio nacional ya que en su presidencia Buenos Aires se mantuvo por fuera de la Confederación.
Provincias con representación
En 1868 la mayor representación de electores la tenía Buenos Aires y tal como es en la actualidad definía la elección, pero si bien mayoritariamente van a elegir un candidato, sin embargo, de sus 28 electores, 3 decidieron apoyar a Rawson y 1 a Vélez Sarfield.
Las otras provincias con representantes fueron Catamarca, Córdoba, Corrientes, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Salta, San Juan Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán y Entre Ríos que solo tenía 8 electores.
Proceso electoral
El Federalismo de las provincias era representado por Urquiza y el Unitarismo Porteño, maquillado como represente del Liberalismo, que era la idea de moda importada de Estados Unidos, había perdido a su candidato principal que era Marcos Paz
De cualquier manera, si bien se presentaban diversas fórmulas a Presidente y vice, en combinaciones en la cuales se mezclaban federales con unitarios, finalmente se votó para el cargo de Presidente y luego para el de Vicepresidente. Se votaban personas, no programas políticos y el ganar el favor de los gobernadores de cada provincia era fundamental para lograr los votos de cada elector.
Mitre que había abandonado su puesto por encontrarse al frente de la guerra de la triple alianza, creía tener su sucesor natural en el Vice, Marcos Paz, pero este muere en enero de ese año afectado por el cólera y desde el poder Mitre teje una serie de alianzas que no le permitan al entrerriano llegar a la presidencia.
Contando los porotos
No le alcanzaban los electores a Buenos Aires si las provincias estaban unidas y presentaban un solo candidato, pero Urquiza que contaba con 34 votos antes de la elección sufrió la deserción de Corrientes que teniendo 10 electores se abstuvo de la votación y extrañamente las actas de Tucumán desaparecieron y nunca se contaron.
Sarmiento derrota a Urquiza
Con los votos de Buenos Aires (24) Córdoba (16) San Luis (8) Mendoza (10) San Juan (8) La Rioja (7) y Jujuy (7) Sarmiento logra reunir 79 votos no siendo uno de los candidatos y sin estar en el pais ya que era Embajador Plenipotenciario en Estados Unidos. Lo insólito sigue pasando en nuestra patria y Buenos Aires imponiendo sus candidatos que le guardan fidelidad pese a no ser nacidos en su tierra.
Urquiza recibió finalmente 8 votos de Santa Fe, 10 de Salta y los 8 de Entre Ríos totalizando 26.
Elizalde recibió 10 de Catamarca y 12 de Santiago del Estero; 22 en total: Rawson 3 de Buenos Aires y Vélez Sarfield 1 también de Buenos Aires.
Lo increíble es que, para acompañarlo como vicepresidente, Adolfo Alsina logro 82 votos, o sea 3 más que los que necesito Sarmiento para presidente.
Si el Federalismo en bloque, con todos los reproches y el correspondiente paso de factura por sus errores hubiera votado a su único candidato y Urquiza hubiese sido proclamado Presidente de los argentinos, la trágica jornada del 11 de abril de 1870 no existiría, menos aún el asesinato de miles de entrerrianos por las tropas con las que Sarmiento aplasto la autonomía de nuestra provincia.
Bibliografía consultada: Campobassi; “Sarmiento y su época”; Editorial Losada, 1975.
Esta nota fue publicada por la revista La Ciudad el 5/8/2021