por Rodolfo Oscar Negri –
El plan del gobernador de Buenos Aires (Valentín Alsina) para detener el avance del Congreso Constituyente que convocara el Gral. Justo José de Urquiza en la ciudad de Santa Fe –después de la victoria de Caseros- era claro: avanzar sobre Entre Ríos, tomando Gualeguaychú y Concepción del Uruguay (por entonces capital de la provincia).
Urquiza (que se encontraba ya en Santa Fe) debería tratar de recuperar la parte de su provincia que caía en manos de la coalición correntina-bonaerense. Los convocados al evento –que ya se encontraban allá- deberían disolverse para volver a sus lugares de origen. Entonces el Gral. José M. Paz (que se había ubicado estratégicamente en San Nicolás, al norte de la provincia de Buenos Aires) avanzaría sobre Santa Fe, tomando la ciudad y abortando completamente los planes de institucionalización de la Argentina.
Las tropas que avanzarían sobre Entre Ríos estarían a cargo del Gral. Manuel Hornos. Ocho buques transportando a 1.700 efectivos partieron desde Buenos Aires.
El 19 de noviembre de 1852 ingresaron –sin disparar un solo tiro- a Gualeguaychú. La operación militar parecía un paseo. Hornos dispuso que su segundo, el Gral. Juan Madariaga, se haga cargo del avance sobre Concepción del Uruguay.
Las fuerzas avanzaron por agua. La flota traía una moderna novedad para la guerra: el vapor artillado Merced.
El 20 de noviembre desembarcaron en el saladero Santa Cándida. Se aprovisionaron y se abocaron a la tarea de construir un precario puente (entre maderas y barcazas) para que las tropas cruzaran el Arroyo de la China.
El ataque sería al día siguiente.
El Merced se ubicó a la altura del actual Ministerio, con sus cañones apuntando a la población. Los cabos de amarre estaban atados en lo que es hoy la isla del puerto (en aquel entonces la zona se llamaba “el naranjal de Sagastume”).
El Comandante local –Ricardo López Jordán- hizo un llamado a la población para la defensa de la ciudad. La respuesta positiva fue unánime. Así, López Jordán, se hizo cargo de comandar y organizar la defensa.
Todos participaron: jóvenes y ancianos, mujeres y niños.
Se dispusieron cantones en los alrededores de la plaza Ramírez y se repartieron armas. Incluso se organizó un hospital de sangre.
Los combates comenzaron a las 10 de la mañana del 21 de noviembre. La columna mas importante de los invasores comenzó a avanzar desde el actual Balneario Municipal por lo que es hoy la calle Juan D. Perón hacia la plaza Ramírez, mientras –desde el Merced- se cañoneaba al nuevo edificio del Colegio Nacional (asiento de uno de los cantones de la defensa y donde se ubicaron cañones para hostigar el avance de los invasores). El Colegio perdió así su primer mirador. Los defensores no eran tropas regulares, sino los vecinos en armas.
Durante tres horas se peleó encarnizadamente. Se llegó al enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Por el sur, por el suroeste, por el norte. Fue tan dura y decidida la respuesta de los pobladores, que el enemigo (que no esperaba semejante entereza) al no poder doblegar a los defensores, huyó despavoridamente volviendo hacia el actual balneario Itapé. Contra ellos –que se retiraban- cargó López Jordán encabezando la precaria caballería con que contaba, haciendo que la victoria fuera total y definitiva.
La desastrosa derrota provocó que el Merced cortara amarras, matando con sus paletas –incluso- a los invasores que querían llegar –nadando- para refugiarse abordando el buque. Abandonando –además- anclas, botes, etc.
A las 14 horas la victoria ya era completa.
Diez vecinos perdieron la vida en los combates y 82 invasores. Hubo mas de 100 heridos y 44 prisioneros.
Las tropas de Hornos que venían por tierra desde Gualeguaychú a apoyar la operación y llegaron al atardecer, enterados del desastre, se dispersaron sin entrar en batalla.
Esta acción abortó los planes de Alsina y consolidó el Congreso Constituyente de Santa Fé que posibilitó la redacción de la Constitución de 1853 y la institucionalización del país.
Fueron muchos los nombres que se vistieron de gloria en esa jornada. En el parte de batalla que se eleva al Gral. Urquiza, López Jordán no los señala a todos para no cometer injusticias. Una evento de tal magnitud, con participación del pueblo en las acciones militares, sólo ocurrió en Buenos Aires en 1806/7 en ocasión de las invasiones inglesas.
Es –hasta ahora- la página mas gloriosa en la vida de esta ciudad histórica de Concepción del Uruguay.
Cuando se cumplieron los 150 años de entonces (año 2002), desgraciadamente no se rememoró la ocasión como debiera. Ni oficial ni privadamente.
Valgan estas sencillas líneas en homenaje a la heroicidad de aquellos valientes, heroicos y anónimos vecinos.
Conozcamos nuestro pasado, difundámoslo. Seamos orgullosos y –sabia y humildemente– aprendamos de él.
Ojalá pudiéramos emular el ejemplo de participación, valentía y decisión que ellos tuvieron, para resolver los problemas que hoy enfrentamos.
Algunos de nuestros antepasados bautizaron una calle con la fecha que conmemora aquella gesta.
NO HAY PEOR PECADO QUE LA INGRATITUD
(Datos históricos extraídos fundamentalmente de la Historia de Concepción del Uruguay del Prof. Oscar Uquiza Almandoz.)
(articulo publicado en diario La Calle el 21/11/06 y en La Ciudad el 21/11/16)
