En diálogo con la prestigiosa revista británica ‘New Statesman’, el lingüista, filósofo, politólogo y activista estadounidense de origen judío, Noam Chomsky no ahorró palabras para responsabilizar a Estados Unidos y la OTAN por el conflicto en Ucrania, y señaló que el bando ruso está peleando «con moderación» a diferencia de la destrucción masiva que llevó adelante EEUU en la invasión a Irak.
Chomsky, una de las voces estadounidense más críticas en materia de política exterior de Washington, con amplia repercusión mundial, aseguró que EEUU y el Reino Unido son los que «rechazaron» negociar la paz en Ucrania, con el objetivo de promover sus propios intereses nacionales, al tiempo que elogió el accionar de Rusia en el conflicto por su “mesura y moderación, comparándolo con la brutal invasión liderada por EEUU y el Reino Unido a Irak en el año 2003”.
En tal sentido, el filósofo argumentó que la destrucción a gran escala de la infraestructura que se vio en Irak, «no ha ocurrido en Ucrania», afirmación ésta que el lingüista explica: «Sin duda, Rusia podría hacerlo, presumiblemente con armas convencionales. Podría hacer que Kiev fuera tan inhabitable como lo fue Bagdad, podría pasar a atacar las líneas de suministro en el oeste de Ucrania».
Al respecto, el periodista de New Statesman repreguntó a Chomsky, si estaba insinuando que Rusia estaba peleando de una forma más humana, el politólogo lo afirmó categóricamente: «No lo estoy sugiriendo, es obvio».
Chomsky recordó que los inspectores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tuvieron que ser retirados tras el comienzo de la invasión de Irak porque «el ataque fue tan severo y extremo… Ese es el estilo de guerra de Estados Unidos y el Reino Unido», al tiempo que lamentó que los dignatarios extranjeros “no hayan visitado Bagdad como sí han viajado a Kiev, pese a que la situación en el terreno es totalmente distinta”.
La línea roja
A la pregunta de New Statesman sobre cómo sería un posible acuerdo entre Rusia y Ucrania para alcanzar la paz, Chomsky dijo que lo primero es que Ucrania no sea miembro de la OTAN.
«Esa es la línea roja en la que todos los líderes rusos han insistido desde Yeltsin y Gorbachev», agregando que Ucrania debería ofrecer «un grado de autonomía» a Donbás y que la cuestión del estatus de la península de Crimea puede discutirse luego (anteriormente, Chomsky había señalado que la voluntad de sus habitantes es pertenecer a la Federación Rusa, como lo demostró el referendo de 2014).
Cuestionamiento
El analista internacional también cuestionó la adhesión a la OTAN de Finlandia (que se oficializó el pasado 2 de abril) y la intención de Suecia de forma parte de la alianza militar internacional, para la que falta el visto bueno de Turquía.
Para el autor de lo que realmente quiere el tío Sam la razón detrás de estos realineamientos está vinculada a las industrias militares de ambos países, ya que ese escenario garantiza «nuevas y grandes oportunidades de mercado y un nuevo acceso a equipos avanzados». Pensar que eso tiene algo que ver con el conflicto en Ucrania, explica, es creer «la propaganda occidental».
Fuente: InfoGEI