Por exigencia del FMI, el Gobierno evalúa desmantelar el régimen simplificado y migrar a millones de monotributistas al sistema general, una transición que implicaría mayores cargas impositivas y administrativas para los trabajadores.
Según datos oficiales, Argentina cuenta con 2,9 millones de monotributistas, aunque estimaciones vinculadas a ARCA elevan la cifra a cerca de 3,2 millones. ellos podrían quedar obligados a tributar como profesionales inscriptos en IVA y Ganancias, un salto que supondría una carga notablemente mayor para los pequeños contribuyentes.
El Fondo también reclamó una reforma tributaria más amplia. En su informe, señaló la necesidad de “reducir gradualmente los impuestos que distorsionan las exportaciones y las transacciones financieras, reemplazándolos con impuestos directos más simples y mejor administrados”. En paralelo, pidió simplificar el impuesto a las ganancias y recortar “el gasto tributario (estimado en un 3,5% del PBI”.

El traspaso al régimen de autónomos vendría acompañado de una actualización de aportes que pasaría del rango actual de $57.000 a $250.000 mensuales a uno de entre $100.000 y $500.000, lo que representaría aumentos cercanos al 100% para algunos contribuyentes.
Asimismo, también modificaría el IVA: el umbral mínimo se fijaría en un nivel equivalente a la Categoría F del monotributo, alrededor de $3 millones mensuales de facturación. Además, el Ejecutivo trabaja en un régimen laboral alternativo para exmonotributistas o personas con más de seis meses sin empleo.
Aunque el Gobierno, a través del jefe de Gabinete, Manuel Adorni, intentó negar los cambios en el régimen, el contenido del documento del FMI deja poco margen para interpretaciones. Las exigencias del organismo ya forman parte del acuerdo de Facilidades Extendidas por el desembolso de USD 20.000 millones.