Por Roque José Giovenale –
Alcanzar el medio siglo de vida fue el disparador para contar de sentimientos a flor de piel, de recuerdos atesorados con inmenso cariño, de un lugar lleno de magia , del amor a ese sitio, de miradas ilusionadas hacia el futuro, del sentir y los deseos de artistas hermanados por el teatro.
MARIA DEL CARMEN GALVAN «NEGRITA»
Aquel 9 de julio de 1971 no fue un 9 de julio más conmemorando la declaración de la independencia de la nación, fue también la declaración de la independencia de la gente de teatro. Los que empezamos desde muy jóvenes deambulábamos ensayando en casas de familia durante meses y meses, Estrenábamos en la sala de un cine, en su día de descanso, que siempre era un lunes. Claro!!! El público se agotaba en la primera función. Era debut y despedida, y así una y otra vez… hasta que un día tras varias gestiones y arduos trabajos encabezados por Enrique «El Gringo» De Michele y un grupo de gente que lo acompañaba, ese 9 de julio de 1971, se abrió por primera vez el telón de Casa de la Cultura en el espacio que había sido de la maternidad municipal. Fue como lograr el sueño de la casa propia. Teníamos nuestro lugar, con su sala cálida, con ese olor tan particular que te invadía al entrar en ella
Todas las disciplinas artísticas recalaron en nuestra casa. Con el tiempo, cada una encontró espacio en otros lugares y sólo la gente de teatro seguimos firmes mirándola, creando magia sobre su escenario que curiosamente fue construido en el espacio donde estaba la sala de partos de la maternidad y para nosotros sigue siendo una sala de partos. porque en cada estreno parimos y sufrimos con amor el alumbramiento de cada obra, apoyados por un público fiel que siempre nos acompañó.
La fatalidad quiso cortarnos los brazos, pero como el ave fénix está resurgiendo de las cenizas y pronto estará en pié otra vez. La huella de nuestros antecesores es el faro que siempre nos guió para mantenerla vigente durante cincuenta años.
En lo personal la llamo nuestro rincón de sueños, mi segunda casa, mi entrañable casa, mi mundo de magia sin fín, donde he vivido en su escenario, cientos de vidas, diferentes a la mía
Qué decir de todo lo vivido este 9 de Julio???? Feliz,feliz,feliz!!!!!!!! Deseando que muy pronto » demos sala»!y se abra nuevamente el telón!!!!!!!!
¡Querida casa feliz cumpleaños!
ENRIQUE «QUICHINO» DE MICHELE (hijo de Enrique De Michele, fundador de Casa de la Cultura):
-Hay gente que con sólo abrir la boca llega hasta todos los límites del alma, alimenta una flor, inventa sueños y hacer cantar el vino en las tinajas-
Mi viejo, Enrique, -El Gringo- De Michele o Daniel o «Amleto» y muchos nombres más, y mi vieja Cecilia Elicabe, en realidad Haydeé Mary Rossi o «Porota» o «La Mami» eran gente de por aquí nomás. sin blazón alguno, sin estirpe, pero vaya paradoja, un indocumentado nacido dos veces, en Italia y en Santa Fe que llegó apenas a 3º grado, con el nombre cambiado y una madre, lectora incansable, amante del piano, fundaron Casa de la Cultura en la Atenas entrerriana»
Mi padre con sus propias manos y mi madre con su inspiración. «¿Y qué tienen ustedes?» le preguntó el prof.Miguel Gregori, a la sazón intendente, a mi viejo; «¡Nada Gregori!» «¡Que vamos a tener!».
Alimentar flores e inventar sueños eso era lo que tenían y el vino que cantaba en las tinajas del poema, se bebía todas las noches en mi casa y era de bajo cuño, digamoslo y el café que se servía en todas las veladas, se servía a lo campero como lo llamó mi madre, porque no había tantas tazas, así que se tomaba con bombilla. La casa de mis viejos estaba siempre llena de locos y cuando había estrenos, nosotros que éramos chicos nos dábamos cuenta, porque desaparecían algunos muebles e iban a parar al escenario.La pasión era tal que el viejo hizo una muestra de teatro con siete obras diferentes en siete días y hasta armó una pequeña escuela de teatro. La mami se fue a estudiar psicología social con Pichon Riviere en Buenos Aires, para dirigir con más técnica y más fundamento. Más de cincuenta puestas en escena y más de doscientas personas que fueron picadas por el bichito del teatro, de la mano de mis viejos y bajo el cobijo de Casa de la Cultura.
Yo siempre estoy a disgusto con el peregrinar de los teatreros de recorrida por la incomprensión de los despachos oficiales, pidiendo ayuda sólo para brindar teatro a la gente. Puede que esta vez haya alguna diferencia. Ojalá los cincuenta años de Casa de la Cultura sirvan, para entender que los pueblos más avanzados y cultos, más solidarios, fraternos y felices, apuestan buena parte del presupuesto a la cultura, al arte, para solaz de la gente. Ojalá que así sea. Mis viejos estarían recontentos!!!.
-Y uno se va de novio con la vida, ahuyentando a la muerte solitaria porque sabe que a la vuelta de la esquina, hay gente que es así tan necesaria-
VICTOR LAPLACE
» Acá estoy saludandolos a todos Ustedes y alegrándome mucho por la reconstrucción de la sala. Nosotros allí hicimos «Tango Turco», Claribel Medina, el «Rafa» Bruza, Lorenzo Quinteros y yo, siendo una alegría estar allí. Se que están siendo atendidos y ayudados por la gente de la política, lo que me parece maravilloso. Un fuerte abrazo. Pronto volveremos y estaremos con Ustedes. Gran alegría por una sala que se recupera. No es poco…»