Por Jorge Héctor Bonvin (1) –
El 6 de Julio de 1908 el Concejo Deliberante de nuestro municipio dio a luz la Ordenanza 160, por el cual se le daba el nombre de Leandro N. Alem a la calle hasta ese momento se llamaba Florida.- Habían pasado solo doce años del momento en que se quitara la vida.Leandro Nicéforo Alem nació en Buenos Aires el 11 de marzo de 1842. Destacado político argentino, creador del partido Radical, cuyo nombre tiene aún varias controversias. Por razones que se desconocen su apellido era Alen, decidiendo él cambiar la n por la m y los historiadores discuten si su segundo nombre en realidad era Nicéforo. |
La época que le tocó vivir a Alem fue la tan mentada Generación del 80, que se caracterizó entre otras cosas por la fuerte corrupción de sus integrantes. Alem comenzó su actuación política en el Partido Autonomista de Adolfo Alsina siendo elegido dos años seguidos como diputado provincial por Buenos Aires.
En 1886 al finalizar el gobierno de Julio Argentino Roca, este elige como sucesor a su concuñado Miguel Juarez Celman y como en ese tiempo no se creía en el sufragio universal (“consultar al pueblo –es el pensamiento de la época- siempre es errar, pues este siempre tiene opiniones turbias, el hecho del fraude si es que existe, será obra de los partidos en lucha”), es elegido Presidente.
Alem se pondrá entonces a la cabeza de la primera oposición seria que tendría el gobierno, conformando la Unión Cívica en 1890 que era un grupo heterogéneo de sectores que se mostraban disconformes con los negociados y corrupción del gobierno. La conducción la compartía con Bartolomé Mitre. La Unión Cívica reclamaba sufragio libre, decencia y respeto por la Constitución Nacional. En uno de los primeros actos de la Unión Cívica, decía Alem “¿Qué hacen estos sabios economistas? Muy sabios en la economía privada para enriquecerse ellos…no hay, no puede haber buenas finanzas donde no hay buena política. Buena política quiere decir respeto a los derechos; buena política quiere decir aplicación recta y correcta de las rentas públicas; buena política quiere decir protección a las industrias útiles y no especulación aventurero para que ganen los parásitos del poder; buena política quiere decir exclusión de favoritos y de emisiones clandestina. Pero para hacer esta buena política se necesita grandes móviles; se necesita buena fe, honradez, buenos ideales; se necesita, en una palabra patriotismo”
Esto lo lleva a decir a Felipe Pigna (2) que Alem “nunca soñó con que un siglo después habría un radical como De la Rúa que llevaría de Ministro de Economía al funcionario de la dictadura Domingo Cavallo”
Los objetivos de Alem y Mitre eran totalmente distintos y solo coincidían en la necesidad de expulsar del gobierno al corrupto de Juarez Celman, pero mientras Alem pretendía que se realizaran elecciones libres y con transparencia, Mitre quería transar con el roquismo el continuismo de la política conservadora.
Estas diferencias quedan evidenciadas el 26 de julio de 1890 cuando los radicales hacen estallar la Revolución que se recuerda como la del Parque, oportunidad en que Mitre decidió tomarse vacaciones y alejarse del país. Después de tres días la rebelión fue sofocada luego de que un principio parecía que el triunfo estaba cerca. El fracaso se debió a la actitud del General Campos, quien nunca entró en acción. Cómo se repite la historia en nuestro país, en 1987 el general Ernesto Allais tenía que defender al gobierno de Alfonsín ante el levantamiento “cara pintada” y nunca llegó.
Pese a sofocar el movimiento revolucionario el gobierno de Juarez Celman quedó muy debilitado y debió renunciar y aquí Mitre, en otra demostración de su grandeza!!!, negoció con Roca para que quedara en el gobierno el vicepresidente, Carlos Pellegrini.
En 1891 Alem es elegido diputado nacional y allí denuncia el pacto Roca –Mitre lo que produce la definitiva rotura de la Unión Cívica, la Radical queda con Alem y la Nacional con Mitre.
Alem era una persona de una personalidad muy depresiva e inestable, seguramente por acontecimientos que habían ocurrido en su infancia. A los 10 años presenció el ahorcamiento de su padre que era un mazorquero de Juan Manuel de Rosas. Aparte no estaba muy conforme con la marcha de su partido. En 1895 escribirá a un amigo: “ Los radicales conservadores se irán con don Bernardo Irigoyen; otros radicales se harán socialistas o anarquistas; la canalla Buenos Aries, dirigida por el pérfido traidor de mi sobrino Hipólito Irigoyen, se irá con Roque Sáenz Peña, y los radicales intransigentes nos iremos a la mismísima mierda”.
Su suicidio se produce el 1 de julio de 1896 cuando decepcionado por la corrupción y por la falta de solución a los problemas del país decide quitarse la vida sin antes dejar su testamento:
“He terminado mi carrera, he concluido mi misión. Para vivir estéril, inútil y deprimido es preferible morir. ¡Si, que se rompa pero que no se doble!. He luchado de una manera indecible en los últimos tiempos; pero mis fuerzas, tal vez gastadas ya, han sido incapaces para detener la montaña ¡y la montaña me aplastó! He dado todo lo que podía dar; todo lo que humanamente se puede exigir de un hombre, y al fin mis fuerzas me han agotado…”
Terminaba un nuevo siglo y moría un político que había luchado contra la corrupción y el fraude, creador de un partido político que hoy continúa vigente. Faltaban todavía 20 años para que después de la conocida ley Sáenz Peña que permitía el voto obligatorio y secreto, aunque solo de los hombres, le permitiría al radicalismo de la mano de Hipólito Irigoyen, sobrino de Alem, llegar al poder por primera vez.
(1) Jorge Hector Bonvín es el autor del libro “Calles con Historia” que editara la Municipalidad de Concepción del Uruguay en mayo de 2019
(2) Mitos de la Historia Argentina – Tomo 2 – Felipe Pigna – Planeta
