por Pablo Stein –
Entrado el siglo XIX, C. del Uruguay comienza a destacarse por sobre otras poblaciones de la provincia y es precisamente desde allí de donde van a salir la mayoría de los primeros dirigentes de Entre Ríos.
Por entonces los principales vecinos eran Cristóbal Espino, José Berden, José
Piris, Antonio y Leandro Salvatella, Antonio Bentos, Matías de Laza, Agustín Urdinarrain, Narciso Calvento, Lorenzo López, Francisco Barú, Juan y Lorenzo Insiarte, José Antonio Pose de Leyes, Felipe López, Joaquín Vilches, Domingo Leyes, José Ignacio Sagastume, Manuel Rico del Camino, Bartolomé Ferrer, Domingo Morales, Manuel Urriste, Juan de Alba, Bartolomé Ferrer José Tomas de Cacho, Nicolás Echanes, Sebastián López, Juan del Mármol y Joseph e Isidro de Urquiza.
Surge la grieta
No todos van a manifestarse a favor de la causa de Mayo, en muchos de ellos prevalece tanto su origen español como la posición económica y social que habían ganado en esos pocos años transcurridos desde la fundación de la villa. Tampoco habían faltado los conflictos entre los vecinos y en ellos estaba implícita la lucha por el poder. En 1799 fue elegido como alcalde don José Pérez, nombre este que no aparece en la lista de los “principales” pero esa resultó la voluntad mayoritaria de los residentes. De inmediato Joseph de Urquiza, aliado con Ignacio Sagastume, lo acusaron de contrabando y abigeato. La denuncia realizada ante el virrey dio resultado, José Pérez fue destituido y el virrey, y esta vez sin consulta a los pobladores, nombró a Julián Colman en el cargo.
Los primeros rebeldes
En 1805, ya cansados de las injusticias que sufrían de parte de los terratenientes y el abandono a que eran sometidos por las autoridades del virreinato, el cabildo de C. del Uruguay decidió pasar por encima del virrey Sobremonte y elevar sus quejas directamente a Carlos IV que era el rey de España.
Según Benjamín Victorica, esta carta no llegó nunca a manos del soberano, pero muestra el apoyo que tendrá cinco años más tarde el pronunciamiento de mayo.
La revolución de mayo
Los hechos del 25 de mayo de 1810 se producen a 27 años de la fundación oficial de las poblaciones entrerrianas y a 40 años de las primeras radicaciones en esta zona, ya que estas datan de 1770. Los cabildos que no eran más que ranchos con paredes de adobe y techo de paja
actuaban en lo civil y criminal pero los curas y los militares estaban protegidos por fueros especiales.
Los mismos vecinos se encargaban de la seguridad a través de la formación de milicias urbanas y tenían no poco trabajo en una geografía con espesos montes en los que se ocultaban quienes vivian al margen de la ley.
Reunidos en el cabildo de la ciudad este decide el 8 de junio con las firmas de José Díaz Vélez, Domingo Morales, Agustín Urdinarrain y José Aguirre, la adhesión a la Primera Junta de Gobierno.
Los cabildos de Gualeguaychú Y Gualeguay también van a manifestar su adhesión el día 22 de junio por lo que podemos afirmar que, en muy pocos días, la provincia de Entre Ríos se sumó a la revolución de mayo.
Una mala elección
El 30 de julio un Cabildo Abierto de C. del Uruguay va a elegir al párroco José Bonifacio Redruello como el diputado ante la junta. Es de destacar que una circular emitida por la junta autorizaba solo a las poblaciones, cabeza de partido a elegir sus representantes, motivo por el cual no eligieron diputados ni Gualeguay, ni Gualeguaychú.
El 4 de octubre de 1810, Manuel Belgrano de paso por C. del Uruguay, con destino al Paraguay recibe a Joseph de Urquiza que le presenta su renuncia como Comandante General de los partidos de Entre Ríos, es que ya se conocía el “Plan de operaciones revolucionarias” de Mariano Moreno y la intención de independizarse de España elaborado por los patriotas. Redruello, confeso partidario de la monarquía jamás se presentó ante la junta para ejercer su cargo.
Los contra-revolucionarios
Josef de Urquiza y el vocal del cabildo Tomas Cacho abandonan C. del Uruguay y se instalan en Montevideo para conspirar contra los patriotas. Urquiza se llevó consigo 87 hombres que en Montevideo formaron dos compañías del regimiento Provincial Unido de Milicias.
Pese a todas sus acciones antirrevolucionarias Josef de Urquiza no recibió nunca castigo y regresó a sus posesiones, las que no sufrieron daño alguno. Tampoco modifico su forma de explotación a través de mano de obra esclava. Los historiadores del sistema ocultan ese pasado bochornoso del padre de Justo José y también la de su madre que para nada fue ajena a la conducta del marido.
Bibliografía consultada:
Cesar Pérez Colman: “Historia de Entre Ríos 1520-1810”
Benjamín Victorica: “Apuntes para servir a la historia”
