Belén Zavallo visitó RADIO PLAZA y estuvo conversando sobre su prolífica producción literaria y poética en el marco del programa “Puro Cuento” que se emite por la 94.7 de lunes a viernes 17hs. Bajo la conducción de Ricardo Leguizamón y Gonzalo Nuñez.
En una interesante entrevista realizada en RADIO PLAZA, la escritora entrerriana compartió con los oyentes de RADIO PLAZA el doloroso proceso que fue la producción de su primera novela “Las Armas” que sintetiza como “un relato del horror y la violencia, una historia que nace en Viale y crece en los alrededores, y que se tiñe de esa poesía litoraleña en la que caben el olor penetrante de las colas de zorro, el perfume de los aromitos, el paso rápido de los cuises en los días soleados de verano, el roce arisco de los espartillos en los tobillos en un viaje a la escuela”.
Durante la escritura, explica que necesitó el acompañamiento de su madre para poder también ofrecer el apoyo de madre a su propia hija. Así, como en una cadena de amor maternal, María Belén Zavallo, avanzaba en la escritura y por las noches compartía, entre lágrimas, los avances de la novela con sus pilares fundamentales. “Yo necesitaba mi madre tanto como mi hija me necesitaba a mí, entonces estábamos juntas y yo les iba leyendo capítulo por capítulo de noche. A veces lloraba y no podía leerle todo. A veces lloraban ellas. Entonces es una novela escrita muy con la carne y, por eso, me cuesta volver al texto”.
La idea de publicación nace en el 2020 luego de que María Ragonese, editora de Agua viva, anunciara una convocatoria para publicar obras inéditas; pero Las Armas, comenzó a gestarse mucho antes. «La empecé a escribir en 2018, pero como siempre siento en la escritura, la historia me llegó de antes. Hay un tiempo en la narración en la que es la memoria la que traza la línea y no la cronología. Este libro me conmueve por muchos motivos, pero también el proceso de escritura hasta la edición y prontísima publicación, hacen que pueda leerme desde una distancia que me permite despegar la carne del hueso», detalla Belén Zavallo.
Es así que Belén consulta a su hija si le parecía bien publicar este texto que “que tocaba muchas fibras sensibles”. La escritora explica: “A mí siempre me interesa más preservar el vínculo, que el trabajo en sí”. Afortunadamente, su hija la autoriza para publicar Las Armas en Agua viva, una editorial independiente y con un circuito de ventas muy pequeño que hacía posible el encuentro cara a cara con cada comprador.
“Las armas” es un viaje literario al patio de atrás de la vida de pueblo del interior, y a unas vidas estragadas por los enconos, los golpes, las humillaciones y la oscuridad más voraz de la violencia de entrecasa. Belén Zavallo no se ocupa de romantizar el espanto. Lo cuenta.
Desde entonces, comenzó un arduo camino que involucra a amigos y amigas, compañeros y compañeras, colegas; todas y todos apuntalando y aportando al crecimiento amoroso de la palabra empoderada. «María Ragonese la leyó con minuciosidad, trabaja en el proyecto de forma macro pero no pierde los detalles y menos ahora que se incorporó a la editorial Washintong Atencio, que además de ser un gran amigo y poeta, es un lector avezado y meticuloso. Trabajar la edición final, porque también hice una primera con Santiago Llach, otra más personal con Noelia Torres, y esta final con los editores, reafirman mi concepción de escritura que saca la soledad del acto a un oficio que se puede transitar junto a otras y otros que también arriman su mirada y construyen mejores versiones del texto y de una misma como escritora», sintetiza la autora.
Luego de publicada “Las armas”, comienzan a llegar las repercusiones de la novela, porque cada comprador de un ejemplar contaba a la autora que conocían a alguna mujer que había atravesado algo similar, “y yo sentía que había muchas cosas por contar”, explica en la entrevista en RADIO PLAZA. Luego agrega: “El sistema te lleva a que te silencies. Atravesar la Fiscalía de género, soportar las miradas, las impugnaciones, los destratos y todo lo que pasa ahí dentro es doloroso”, dice refiriéndose al proceso que tuvo que vivir junto a su hija y cómo el proceso judicial muchas veces termina afectando aún más a las víctimas.
En ese sentido, Belén destaca que el arte y en particular la literatura son una especie de venda, de caricia a la herida que ayuda a sanar: “Para mí la literatura revoca el daño de otra forma. Mucha gente me dice que encuentra mucha belleza en la novela, y me parece que ese es el gran poder que tiene el texto, el poder enhebrar de esa forma y que el lenguaje haga su magia”. También explica lo importante de la distancia temporal, de habitar de otra manera saliéndose del lugar de víctima y, gracias a la terapia, poder continuar con la vida siendo “una mujer fortalecida” y poder ver hacia el pasado con otros ojos. Sintetiza diciendo: “lo trabajé pensando que sea un hecho estético y un artefacto para la literatura”.
En la entrevista transmitida por RADIO PLAZA, la escritora adelanta su próximo libro, del cual explica: “es una novela que va enfundando la mirada hacia los padres”. Retomando eso se “logra entender de lo que nos hicieron nuestros padres cuando sos madre de nuevo”. En ese sentido, comenta que su primera hija la tuvo con tan solo 18 años y todos los desafíos que tuvo que atravesar siempre sostenida por una red afectiva conformada por su familia y amigas. Esa experiencia, la contrapone con su actualidad, en donde volvió a ser madre, siendo ya una mujer adulta y comenta: “todo lo que voy mirando, lo que voy leyendo me hace también empezar a comprender ciertas cosas, a desenhebrar eso y va escrita como que también en consonancia con las lecturas de ese tiempo”.
Belén Zavallo explica que se siente atraída por las diversas maneras de escribir, tanto poesía, como prosa, ensayo y narración e imprime en cada una de sus palabras la riqueza del lenguaje y las diversas maneras de trasladar al lector a paisajes y situaciones para hacerlo parte de las experiencias vividas.
Fuente: Plaza Web
