Por Susy Quinteros –
En 1945, la juventud campesina de mi padre compraba revistas de Buenos Aires para que el mundo llegara a la casa. Los bellos rostros de las portadas dejaban en el aire una fugacidad de lejano soñar.
Estilizadas modelos entregaban susurros de vestidos para el deleite de sencillas muchachas que soñaban desde lejos. Sombreritos con flores mostraban el augurio semanal de la belleza. Los guantes de cabritilla completaban invernales atuendos. Sus páginas ofrecían cuentos y novelas de escritores destacados como Leopoldo Lugones, Mateo Booz. Eduardo Gonzalez Lanuza, Manuel Gálvez, Luis Franco, Gabriela Mistral y Silvia Wateeau. El carnet social mostraba fiestas y salones de lejanas élites. La vida de la realeza y de los artistas cinematográficos tenían una parte muy importante dentro de las publicaciones.
-Las revistas llegaban por Correo Argentino y el franqueo a pagar era de $ 1, 50. Las suscripciones sólo eran válidas para los países extranjeros. Los rostros de las portadas pertenecían a dibujos de los destacados pintores de la época.
Vosotras, Maribel, ( la revista de la mujer Argentina) El hogar, Rosalinda, Estampa, Para ti, Fray Mocho y La Nación del domingo llegaban a las estafetas postales de la zona.
Cada página traía propagandas de productos para el consumo de los lectores, por ejemplo:
Medias Reina Cristina, Tosantil (para la tos infantil), Tortulán (crema de aceite de tortuga), Leche de magnesia de Philips, Almidón Linit,
Licores Cusenier, Sunlight Jabón para la ropa fina.