Por Susy Quinteros –
Los tatuadores consideran que un buen tatuaje es una inversión de tiempo, dinero, paciencia y talento. Un buen tatuador debe saber escuchar lo que quiere el cliente, pero al mismo tiempo tener la suficiente experiencia e inteligencia para aconsejar lo mejor respecto de su elección. No es solamente un dibujo que se transfiere a la piel, se delinea y se colorea. Cada diseño obedece al gusto personal y distintas tendencias artísticas. Por esta razón existen los diseños tribales, americanos, orientales, biomecánicos y realistas. En los catálogos hay variedad de diseños para elegir o bien la persona interesada puede llegar con su propio diseño. Si el tatuaje abarca varias partes del cuerpo, se hace en varias sesiones que nunca sobrepasan las tres horas diarias. También encarecen los que utilizan sombreados y diferentes colores como los tribales y los que ocupan los dos brazos, toda la espalda, el pecho o varias partes del cuerpo.
La seguridad y la limpieza son fundamentales ya que las agujas sin esterilizar pueden ser especiales transmisoras de virus. La utilización de agujas y material descartable, además de una esterilización de las herramientas de trabajo y limpieza del lugar, garantizan esta práctica. El miedo a contagios es algo que está presente en casi todos los que se animan a hacérselos, por eso realizadores en forma consciente, después del terminado el trabajo, esterilizan todo con extremo cuidado.
Hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Transcurridas tres o cuatro horas quitar el vendaje, lavar con agua fría y jabón y aplicar un cicatrizante.
- Repetir la cura varias veces al día.
- No es necesario volver a vendar, salvo si pudiera haber roces con alguna prenda (zapatos, elásticos).
- No usar ropa que dejen pelusas (franela, lana).
- El tatuaje es una herida en la piel y hay que cuidarlo como tal.
- Durante la cicatrización no hay que bañarse en el mar ni en piletas; no exponerlo al sol; no aplicar alcohol, colonia o agua oxigenada.
- Después de la cicatrización no requiere ningún tipo de tratamiento.
El tatuaje es para siempre. Si alguien se arrepiente, sólo se puede eliminar por medio de láser neodiminium – un haz muy finito de luz láser que destruye el pigmento pero es muy costoso.
Como en todos los temas polémicos, las opiniones son encontradas. Los que se dedican a la tarea de tatuar, tienen una idea muy simplista: en general los jóvenes se tatúan, porque vieron el tatuaje de algún amigo y les gustó. La mayoría de los jóvenes fundamentan su negativa, en que es algo para toda la vida, una marca para siempre y acaso un gesto de amor hacia otra persona que puede ser transitoria. Otros, lo viven como una búsqueda de identidad y el derecho a la libertad individual.
Muchas de los consultados opinan que se harían uno muy pequeño, como un adorno. Otros no afrontarían la negativa de los padres que transfieren la decisión al paso del tiempo: -“después de los 18 tienen derecho a elegir “-
Sq. 2024
