La OMS recomienda que las legislaciones fijen límites de alcoholemia no mayores a 0,5 gr de alcohol/lt de sangre para la población en general y no más de 0,2 gr de alcohol en sangre para los conductores jóvenes.
Cotidianamente vemos que conductores altamente alcoholizados protagonizan y generan verdaderas tragedias viales ante las cuales nunca faltan las voces que piden la «Tolerancia Cero».
Hablar de tolerancia cero como una utopía o una expresión de lo deseable está muy bien pero establecer como límite numérico el «cero» es una aberración técnica, porque jamás una medición puede carecer de tolerancias ya que el propio aparato de medición (sea cual fuere) tiene su propio margen de error. Por otro lado la solución no pasa por ahí ya que bajar de 0,5 a 0 es cargar las tintas sobre los que hoy cumplen la ley entrando, además, en un terreno pantanoso que se presta a maniobras deshonestas. Por el contrario, el problema está en el otro extremo de la banda, con los conductores que en general exceden el gramo de alcohol en sangre.
¿Que hizo el mundo ante esta realidad? Tanto Europa, Chile o Colombia consideran que está cometiendo un «delito» aquel que conduzca con un grado de alcoholemia que duplique el límite permitido (1 gramo en Europa o 0,8 gr en Chile).
Pasados esos valores ya no se está cometiendo una infracción sino que se convierte en delito. Eso conlleva el pago de una multa, la quita de la licencia de conducir por un tiempo prolongado (hasta un año) e incluso la prisión. Para ello no hace falta que el conductor ebrio mate. Eso es lo importante. Con el solo hecho que haya sido detectado en un control rutinario de alcoholemia se le aplican las penas antes detalladas.
Los legisladores argentinos tienen la oportunidad histórica de tomar el modelo de la Ley Emilia de Chile o leyes similares y dejar de hacer demagogia con la inocua tolerancia cero.
Para los que dicen que la tolerancia cero no deja margen a las especulaciones de tomar «algo» les decimos que el que hoy mata con 1,5 o 2 gramos de alcohol en sangre no especuló con tomar un vasito de cerveza. Se tomó todo, pero sabe que la ley es extremadamente laxa.
NO ESPEREMOS A QUE EL CONDUCTOR BORRACHO MATE PARA CONDENARLO LEVEMENTE. SAQUEMOSLO DE LA CONDUCCIÓN DE UN VEHÍCULO APENAS DETECTAMOS SUS CONDUCTAS.
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(fuente: Ovilam)